Francisco
Herrera el Mozo
(Sevilla, 1622-Madrid, 1685) se formó como pintor con su padre Francisco
Herrera el Viejo. En 1647 viajó a Italia, donde conoció a Pietro de Cortona,
estudió a la escuela veneciana y se impregnó del Barroco italiano. En 1654
regresó a España y pintó El triunfo de san Hermenegildo. Fue
nombrado pintor de corte en 1656. Francisco Herrera el Mozo está considerado el
mejor representante de la escuela barroca madrileña.
Hermenegildo fue un príncipe visigodo,
hijo del rey Leovigildo y hermano de Recaredo. Por influencia de san Leandro y
de su esposa Ingunda renunció al arrianismo para convertirse al catolicismo.
Conspiró contra su padre en 581 lo que provocó una guerra civil que finalizó en
584. Hermenegildo fue capturado, encarcelado, rechazó el perdón de su padre, se
negó a recibir la comunión de un obispo arriano y, por último, fue martirizado
y decapitado en 585. El papa Sixto V, a petición del rey Felipe II, declaró santo
a Hermenegildo en 1585; desde entonces es santo patrón de la Corona de España.
Francisco
Herrera el Mozo: Triunfo de san
Hermenegildo, 1654.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo
sobre lienzo.
Temática:
Religiosa.
Dimensiones: 328
x 229 cm.
Museo Nacional
del Prado, Madrid, España.
Triunfo
de san Hermenegildo
se ajusta al tema de la apoteosis de santos en Rompimiento de Gloria. San
Hermenegildo aparece como un santo joven y vigoroso en ascensión hacia los
cielos, viste al modo romano imperial con coraza y manto y en su mano derecha
porta un crucifijo. Alrededor del santo, unos ángeles ascienden con él llevando
los atributos reales del cetro y la corona, los martiriales de las cadenas y el
hacha, y los de santidad de la palma y la corona de flores. Otros ángeles
cantan y tocan a Gloria. En el nivel inferior, bajo san Hermenegildo, aparecen
Leovigildo, rey visigodo y padre del santo, con armadura y gesto de angustia, y
un obispo arriano, con cáliz en la mano y gesto de temor.
Las características formales del cuadro
son barrocas: la composición es helicoidal ascendente; las pinceladas son
líquidas y difuminan el segundo plano; los colores son brillantes y luminosos,
con predominio de los azules y los blancos; y contrasta el oscuro de la parte
inferior, donde están Leovigildo y el obispo arriano, con la claridad
celestial, donde se hayan san Hermenegildo y los ángeles.
Triunfo
de san Hermenegildo
debe su relevancia artística e histórica por tres motivos: por sus
calidades siempre ha sido considerado una obra maestra del Barroco; por haber influido en la obra de pintores de la talla de Claudio Coello, como
se demuestra en Triunfo de san Agustín (1664); y por plasmar el ideario contrarreformista del catolicismo y de la
Monarquía hispánica frente al luteranismo.
Triunfo
de san Hermenegildo
formó parte del retablo mayor de la iglesia conventual de los Carmelitas
Descalzos de Madrid. Desde 1836 se encuentra en el Museo Nacional del Prado.
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