El Greco (Candia, Creta,
1541-Toledo, España, 1614) inició su carrera artística pintando iconos de
estilo tardobizantino; entre 1567 y 1570 vivió en Venecia, donde estudió a
Tiziano, Tintoretto y Veronés; y entre 1570 y 1577 en Roma, relacionándose con
el círculo del cardenal Farnesio y estudiando a Miguel Ángel. En 1577 se
instaló en España, en la ciudad de Toledo, donde pintó sus mejores lienzos por
encargo de la Iglesia.
Sus mejores cuadros son los retratos y los religiosos, de entre los que hay que
citar El expolio (1579), El martirio de san Mauricio y la legión
tebana (1582), El entierro del conde de Orgaz (1587) y La adoración de los pastores (1614).
El Greco: El
entierro del conde de Orgaz, 1587.
Estilo: Manierismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 480 x 360 cm.
Iglesia de Santo Tomé, Toledo, España.
Andrés Núñez de Madrid, párroco de la
iglesia de Santo Tomé de Toledo, encargó a El Greco en 1586 la realización del
cuadro El entierro del señor de Orgaz
por la cantidad de 1.200 ducados.
El Greco se ajustó al contrato, que
estipulaba que habría de reproducir el milagro habido durante el entierro de
don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz y conde a título póstumo desde 1522.
El entierro tuvo lugar en 1323. El milagro consistió en el descendimiento desde
el cielo de san Agustín y san Esteban con el fin de ser ellos los que
enterrasen al señor de Orgaz; era la manera de distinguirle por encima del resto
de mortales y presentarlo como un modelo de comportamiento a imitar; ya en vida
fue tenido como una persona devota de los santos y generosa con los pobres.
El lienzo se divide en dos niveles: el
terrenal en el plano inferior, donde se recoge el momento en el que san Agustín
y san Esteban proceden a sepultar al señor de Orgaz; y el celestial en el superior, donde se observa el ascenso al cielo del alma del difunto.
El Greco situó
en el nivel inferior de El entierro del
conde de Orgaz la escena del milagro del sepelio del noble con la
participación de san Agustín y san Esteban, pero también hace las veces de
galería de retratos de las personalidades ilustres de la ciudad de Toledo de
finales del siglo XVI.
La escena del entierro ocupa el centro del primer plano del nivel inferior. El conde de Orgaz aparece inerte, vestido con armadura de acero bruñido y gola blanca. Le sostienen san Agustín, uno de los padres de la Iglesia, vestido de obispo, con mitra y casulla, en la que aparecen bordadas las imágenes de san Pablo, Santiago el Mayor y santa Catalina de Alejandría, y san Esteban, primer mártir de la Iglesia, vestido con dalmática diaconal en la que aparece bordada la escena de su martirio; ambos santos se ayudan de un lienzo blanco para sostener al conde de Orgaz. A la izquierda aparece un niño vestido de negro, arrodillado mirando al espectador; lleva un papel que le sirve a El Greco para firmar e identificar al niño como su hijo Jorge Manuel, ya que en el papel se lee “Domenico Theotocopuli 1578”. A la derecha aparecen don Pedro Ruiz Durón, ecónomo de la iglesia de Santo Tomé, como sacerdote vestido con roquete transparente, contemplando el ascenso al cielo del alma del difunto, y don Andrés Núñez de Madrid, sacerdote de la iglesia de Santo Tomé, el cual está pronunciando el responso; entre ambos don Rodrigo de la Fuente, beneficiado de la iglesia de Santo Tomé, porta una cruz procesional; en el otro extremo aparecen frailes conversando, uno franciscano, otro agustino y otro dominico El resto de figuras son caballeros, muchos son personas ilustres de la nobleza toledana, otros son clérigos y letrados, más dos caballeros de la Orden de Santiago, todos con una expresión particular, pero con el denominador común del respeto por estar asistiendo a un funeral; se han reconocido a algunos de ellos: el primero por la izquierda es Juan López de la Quadra, mayordomo de la iglesia de Santo Tomé, a la izquierda del caballero de la Orden de Santiago y mirando al espectador aparece El Greco autorretratado, y los más próximos al sacerdote vestido con roquete se reconocen al arquitecto Alonso de Covarrubias, Francisco de Pisa, erudito especialista en la vida del conde de Orgaz, y Diego de Covarrubias, eclesiástico y jurista. A quien apuesta por identificar entre los retratados al escritor Miguel de Cervantes. Los caballeros visten a la moda española del momento, de terciopelo negro. El niño y algunos de los personajes portan cirios de gran tamaño. El Greco recurre al recurso de dirigir la mirada de algunos de los personajes hacia el espectador para integrar a este en el cuadro.
El Greco sitúa
en el nivel superior de El entierro del
conde Orgaz el ascenso al cielo del alma del noble.
El eje vertical del nivel superior lo
marca la línea del ángel que eleva al cielo el alma del conde de Orgaz y Dios
en lo más elevado. El Señor aparece como gran Juez y actitud gloriosa, vestido
de blanco para representar la pureza y rodeado de una luz amarilla que
representa la resurrección y la gloria. A sus pies se reconocen, a la izquierda
la Virgen María, vestida de azul y rojo, simbolizando la eternidad y la Pasión,
y a la derecha san Juan Bautista, ambos como intercesores ante Dios
Todopoderoso, de hecho, la Virgen recoge el alma del conde de Orgaz para
presentarla al Señor y san Juan Bautista aparece suplicante ante Dios para
conseguir de este que salve el alma del difunto. En el lado de la Virgen se
reconoce a san Pedro, que porta las llaves del cielo, y personajes del Antiguo
Testamento, el rey David con el arpa, Moisés con las tablas de la ley y Noé con
el arca. En el lado de san Juan Bautista aparecen los bienaventurados mirando
al Señor, el apóstol Pablo con la espada de su martirio, Santiago el Mayor como
peregrino, santo Tomás con la escuadra de arquitecto y el rey Felipe II, aún
vivo, es una manera de reconocerle por encima del resto de los mortales por
desarrollar una política decidida de defensa del catolicismo y la manera que
tuvo El Greco de manifestar la ausencia de resentimiento hacia él aunque le
apartase años atrás de la decoración del Real monasterio de San Lorenzo del
Escorial; también se adivinan las figuras de María Magdalena, Marta y san
Esteban. La distribución de los ángeles sigue una disposición ascendente con
arreglo a la jerarquía propuesta por san Agustín; es decir, ángeles, cercanos a
los hombres y de aspecto humano, serafines y querubines, próximos a los seres
espirituales y representados como pequeños amorcillos, y tronos y potestades,
junto al Señor, amorfos y representados
con manchas de color difuminadas.
El
entierro del conde de Orgaz ofrece las siguientes características formales:
- Luz de apariencia artificial y distribuida para llamar la atención sobre las figuras y personajes que El Greco considera principales, Dios, el alma del conde de Orgaz y este.
- Colores en tonos brillantes y metálicos.
- Composición dinámica.
- Alargamiento de las figuras hasta un canon de 12 o 13 cabezas.
- Figuras recortadas.
- Figuras serpentinatas para ofrecer mayor movimiento.
- Predominio del color sobre la línea para definir las formas.
- Horror vacui no dejando
espacios vacíos de figuras.
- Agolpamiento de las figuras hacia el primer plano.
- Complejo desarrollo escenográfico con arreglo al también complejo programa teológico e iconográfico del cuadro.
Por todo ello, El entierro del conde de Orgaz está considerado como la obra
maestra de El Greco y del manierismo español y una de las de todos los
tiempos, que hizo de El Greco uno de los grandes genios de la pintura
universal.
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