Alonso de
Covarrubias
(Torrijos, 1488-Toledo, 1570) es uno de los arquitectos más destacados del Renacimiento
español. Comenzó a trabajar de imaginero a la sombra del arquitecto Antón Egas.
También le influyeron Enrique Egas, Juan Guas, Diego de Siloé y Rodrigo Gil de
Hontañón. En 1534 fue nombrado maestro de obras de la catedral de Santa María
de Toledo y en 1537 Carlos V le nombró arquitecto real. También fue escultor.
La trayectoria artística de Alonso de
Covarrubias pasó por tres etapas:
- De transición del gótico al Renacimiento, hasta 1518.
- Plateresco, de 1518 a 1535.
- Purista o clasicista, de 1535 a 1570.
De la etapa de transición del gótico al Renacimiento (hasta 1518) hay que
citar la colegiata de Torrijos, diseñada por Antón Egas, pero en la que
intervino Covarrubias, al menos, en la portada de poniente, la puerta de la
sacristía y en los elementos ornamentales. También son de esta etapa los
sepulcros de Alonso y Mariana de Rojas de la iglesia de San Andrés de Toledo.
De la etapa plateresca (1518-1535) las esculturas más destacables son el retablo de santa Librada (1518) y el mausoleo de don Fadrique de Portugal (1520),
ambos en la catedral de Santa María de Sigüenza, y de entre las obras
arquitectónicas la capilla de los Reyes Nuevos de la catedral de Santa María de
Toledo (1531-1534), la bóveda de las cabezas de la Sacristía Mayor de la
catedral de Santa María de Sigüenza (1532) y el palacio arzobispal de Alcalá de
Henares (1535).
El retablo
de santa Librada se encuentra en la sacristía homónima de la catedral de
Santa María de Sigüenza, en el extremo norte del transepto. Está formado por
dos cuerpos y tres calles, la central más alta y ancha que las laterales, con
seis pinturas sobre tabla de Juan Soreda (1525-1528). El primer cuerpo tiene
forma de arco de triunfo, con una bóveda de medio cañón con casetones, y a los
lados sendas hornacinas con imágenes de los evangelistas, de los padres de la
Iglesia, escenas de la Virgen María y de santas, entre columnas y pedestales.
En la parte media del retablo hay una urna de plata con las reliquias de la
santa. El ático está ocupado por un altorrelieve de la Virgen María rodeada de
ángeles.
El retablo de santa Librada (1518) y el mausoleo de don Fadrique de Portugal (1520)
se disponen en escuadra en la sacristía de Santa Librada, en el extremo norte
del crucero de la catedral de Santa María de Sigüenza.
El mausoleo
de don Fadrique de Portugal hace esquina con el retablo de santa Librada. Se trata de un retablo con banco, tres
cuerpos, ático y tres calles. Entre los elementos decorativos, en el banco una
cartela que alude al obispo don Fadrique de Portugal; en el primer cuerpo
grutescos, motivos vegetales, un escudo con las armas del obispo y las imágenes
de san Andrés y san Francisco en sendas hornacinas, en el segundo cuerpo, y
dentro de una hornacina, la imagen de don Fadrique de Portugal arrodillado en
compañía de dos clérigos, con las imágenes de san Pedro y san Pablo en dos hornacinas
laterales; en el tercer cuerpo el relieve de una Piedad y a los lados dos
escudos; y en el ático un Calvario policromado. La ejecución la llevaron a cabo
Francisco de Baeza, Sebastián de Almonacid y Juan de Talavera.
La capilla de los Reyes Nuevos de la
catedral de Santa María de Toledo es la primera gran obra arquitectónica de
Covarrubias. Debe su nombre a la nueva casa reinante de los Trastámara. Se
puede considerar una pequeña iglesia, de una nave de dos tramos y un ábside
poligonal, más una sacristía y un vestíbulo de entrada.
La bóveda de las cabezas de la Sacristía
Mayor de la catedral de Santa María de Sigüenza es de medio cañón, formada por
cuatro secciones divididas por arcos fajones. Está cubierta por casetones, que
reciben las esculturas de 304 cabezas de gran tamaño, que representan a
personajes diversos –guerreros, monjes, obispos, reyes y otros–. En los ángulos
hay cabezas de querubines de pequeño tamaño.
Detalle de la
bóveda de las cabezas de la Sacristía Mayor de la catedral de Santa María de
Sigüenza, (1532).
Del palacio arzobispal de Alcalá de
Henares destaca la fachada de carácter monumental, con dos pisos, el primero
con ventanas cuadradas y el segundo con ventanas con arco de medio punto, tres
a cada lado de la puerta de acceso en arco de medio punto y balcón al que se
accede a través de un arco de medio punto; las ventanas, la puerta de acceso,
el balcón y la fachada están decorados con medallones y motivos heráldicos, el
escudo que remata el balcón es del cardenal-infante don Luis de Borbón y
Farnesio, y se añadió en el siglo XVIII en sustitución del imperial de Carlos
V. Remata la fachada una galería de 18 arcos geminados de medio punto con
balaustrada, que se apoyan en columnas de orden compuesto, agrupados de dos en
dos mediante pilastras.
Fachada del palacio
arzobispal de Alcalá de Henares, (1535).
Otras obras de esta etapa son la
remodelación de la iglesia de las Santas Justa y Rufina de Toledo y la iglesia
Mayor de Baza, ambas de 1530.
De la etapa purista (1535-1570) destacan el Alcázar de Toledo (1535), el
hospital de San Juan Bautista, de Tavera o de Afuera (1541), la fachada
principal del palacio arzobispal de Toledo (1543) y la Puerta Nueva de Bisagra
(1547).
El Alcázar de
Toledo (1535) se estructura en torno a un patio central de doble crujía.
Carlos
V encomendó a Alonso de Covarrubias la remodelación del Alcázar de Toledo. El
edificio es de planta cuadrada, con patio central y con cuatro torres
esquineras con cubiertas de chapitel. Llama la atención la fachada norte; se
divide en tres pisos mediante entablamentos; en los dos pisos inferiores, de
sillar liso, se cuentan ocho vanos adintelados, cuatro a cada lado de la puerta
de acceso y el escudo imperial, rematados con medallones los del primer piso y
con frontón triangular los del segundo; en el tercer piso, de sillar
almohadillado, los vanos son nueve en arcos de medio punto. La portada es en arco
de medio punto con dovelas almohadilladas entre columnas jónicas sobre
pedestal. Sobre la portada de acceso, en el segundo piso, un escudo imperial de
Carlos V. El patio se construyó en 1550; presenta doble crujía de medio punto
sobre columnas corintias; en las enjutas del primer piso la decoración es
heráldica, las del segundo son lisas.
El
hospital de San Juan Bautista, de Tavera o de Afuera, es de planta rectangular con
dos patios separados por doble crujía, limitada por una escalera y una iglesia.
El aspecto del edificio es el de un palacio florentino renacentista,
exceptuando la portada, que se construyó en 1760. En la fachada se utilizó
sillar almohadillado, en el piso bajo presenta ventanas equidistantes y
rectangulares y semicirculares en el superior, siendo a la inversa las de los
extremos.
El hospital de
San Juan Bautista, de Tavera o de Afuera (1541) cuenta con dos patios que se
comunican a través de una doble crujía.
La fachada principal del palacio
arzobispal de Toledo está formada por un arco de medio punto con dovelas
almohadilladas y está encajado entre dos pares de columnas jónicas sobre
pedestal, que sostienen un friso dórico. Sobre el entablamento, en los
extremos, aparecen ninfas portando el escudo de armas del cardenal Tavera;
entre ellas, un balcón entre dos pilastras, rematado con el emblema imperial de
Carlos V, que rompe por la base un frontón triangular. En el siglo XVII esta
portada sería colocada en su emplazamiento actual.
De la fachada
del palacio arzobispal de Toledo (1543) destacan las dovelas almohadilladas de
la puerta de acceso.
La Puerta Nueva de Bisagra fue concebida
como arco de triunfo. Está compuesta por dos cuerpos: el que da a la ciudad se
abre con un arco de medio punto serliano con dovelas almohadilladas, flanqueado
por torreones cuadrados rematados por tejados, en el centro, la parte superior
central está ocupada por el blasón imperial de Carlos V, y sobre él un frontón
triangular; y el lado externo, con un arco presidido por el escudo de la ciudad
y flanqueado por dos grandes torreones circulares.
La Puerta Nueva de Bisagra (1547) es una de las
obras más célebres de Alonso de Covarrubias y del Renacimiento en la ciudad de
Toledo.
Otra obra importante de esta etapa es la
escalera claustral del hospital de Santa Cruz, que comunica los dos pisos, es
de tres tramos y está decorada con grutescos y motivos heráldicos. También hay
que mencionar la cabecera de la iglesia de la Magdalena de Getafe, la iglesia
de Santa Catalina de Talavera de la Reina, la iglesia de San Román de Toledo,
el ensanche de la plaza del Ayuntamiento de Toledo y la remodelación de la
sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo.
Alonso de Covarrubias destacó como un
arquitecto que supo evolucionar dentro del Renacimiento español, desde el
plateresco al clasicismo, construyendo o interviniendo en edificaciones que son
emblemáticas de la arquitectura española de todos los tiempos, desde al Alcázar
de Toledo al hospital de San Juan Bautista o la Puerta Nueva de Bisagra, todas
en la ciudad de Toledo, que convirtió en una de las capitales del Renacimiento
español.