Francesco Sabatini (Palermo, 1772-Madrid, 1797) se formó como
arquitecto a la sombra de Vanvitelli. En Nápoles trabajó para el rey Carlos
VII, futuro Carlos III de España, con quien vino a Madrid en 1760. Se encargó
de las obras llevadas a cabo en Madrid entre 1760 y 1785. Su obra más
sobresaliente y la que le ha dado más fama es la Puerta de Alcalá en Madrid (1778); otras obras a destacar en Madrid
son la Real Casa de la Aduana (1769) y la Puerta de San Vicente (1775); fuera
de Madrid el convento de San Pascual en Aranjuez (1770). Su estilo evolucionó
desde el estilo barroco al neoclásico.
Fachada interior de
la Puerta de Alcalá.
La Puerta de
Alcalá se construyó por orden de Carlos III. Vino a sustituir a la puerta
existente desde el siglo XVI y conmemora la llegada de Carlos III a Madrid en
1760 para hacerse cargo del trono de España.
En 1769 se
presentaron varios proyectos para realizar la Puerta de Alcalá. Los de Ventura
Rodríguez quedaron descartados. De los presentados por Sabatini hubo dos que
agradaron a Carlos III; se decidió fundir ambos, razón por la cual las dos
fachadas de la Puerta de Alcalá son distintas.
Las obras se
iniciaron en 1770 y se concluyeron en 1778. Para su construcción se empleó
sillería de piedra berroqueña para los elementos estructurales, piedra blanca
para los decorativos y planchas de plomo para la cubierta de los frontones.
Se trata de
una puerta monumental de estilo neoclásico.
La Puerta de Alcalá presenta tres cuerpos, el central y los laterales,
de menos altura y anchura. El cuerpo central cuenta con un arco de medio punto,
los laterales con dos de medio punto de la misma altura que el central y dos
adintelados a menor altura. Las dovelas centrales de los arcos de medio punto
presentan cabeza de león en la fachada interior y sátiros en la exterior.
Fachada
exterior de la Puerta de Alcalá.
La fachada
exterior mira al este; cuenta con diez columnas jónicas lisas, seis flanquean
el arco central. La fachada interior mira al oeste; cuenta con seis pilastras y
dos columnas jónicas, que flanquean el arco central. Columnas y pilastras
descansan sobre un zócalo y sobre ellas una cornisa. Sobre el vano central un cuerpo
rectangular coronado por un frontón recto en la fachada interior y curvo partido
en la exterior presenta una inscripción en latín que dice: “REGE CAROLO III
ANNO MDCCLXXVIII”, que se traduce por: “Rey Carlos III, año 1778” .
De la decoración de la Puerta de Alcalá se ocuparon los escultores
Francisco Gutiérrez y Roberto Michel. Francisco Gutiérrez realizó la decoración
de la fachada exterior; aparece el escudo de armas de Carlos III sostenido por
la Fama y el Genio, también trofeos de guerra, armas antiguas y de la época,
angelotes y guirnaldas en los recuadros sobre los arcos exteriores. Roberto
Michel decoró la fachada interior; sobre los arcos laterales figuran las cuatro
virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza) y cornucopias
en los recuadros sobre los arcos exteriores.
La
Puerta de Alcalá se construyó por orden de Carlos III y se finalizó en 1778.
La Puerta de
Alcalá ha sido restaurada en cinco ocasiones, en los años 1869, 1904, 1959,
1979 y 1992. Se han respetado los impactos de proyectiles de los
enfrentamientos armados habidos en las proximidades, desde la Guerra de
Independencia (1808-1814) hasta la Guerra Civil (1936-1939).
La
trascendencia artística de la Puerta de Alcalá se pone de manifiesto por ser el
primer arco de triunfo construido en Europa desde la caída de Roma y haber
servido de precedente de la Puerta de Brandemburgo en Berlín (1789).
La Puerta de
Alcalá fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1976.