Antonio Gaudí (Reus,
1852-Barcelona, 1926) trabajó como delineante antes de obtener el título de
arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona en
1878. Es el mejor representante del modernismo en España y por su obra original
se le considera uno de los arquitectos más sobresalientes de todos los tiempos.
Revolucionó la arquitectura al inspirarse en la naturaleza para crear nuevos
elementos arquitectónicos como puso de manifiesto en la Casa Batlló, construida entre 1904 y 1906 dentro de su etapa
naturalista (1898-1914).
Gaudí hizo de la fachada el elemento más llamativo
de la Casa Batlló por sus líneas ondulantes y colorido, que parece inspirarse
en el mar Mediterráneo. Dentro de la fachada llama la atención la tribuna
principal por las columnas de formas óseas.
La Casa Batlló es el resultado de la
remodelación del edificio residencial construido por Emilio Sala Cortés en 1877
en el Paseo de Gracia, eje principal del recién estrenado Ensanche de
Barcelona, planificado por Ildefonso Cerdá en 1859. José Batlló y Casanovas,
empresario textil y hombre de negocios, compró el edificio de Sala Cortés en
1903 y encargó a Gaudí que lo derribase y levantase un edificio de nueva
planta; sin embargo, Gaudí procedió a su remodelación entre los años 1904 y
1906 cambiando por completo su aspecto, convirtiéndolo en una obra de arte y
dotándolo de una funcionalidad de la que carecía.
La Casa Batlló ofrece unas dimensiones
de 32 m. de alto x 14,5 m. de ancho, con una superficie útil por piso de 450 m².
Cuenta con ocho plantas, sótano, planta baja, cinco plantas principales y
desván. Se articula alrededor de patio central, al que daban las habitaciones
del servicio, escaleras y ascensor, proporciona luz y ventilación al edificio, mientras
los salones y dormitorios nobles daban a la fachada.
El blanco y los
tonos azulados resaltan la amplitud del vestíbulo de la Casa Batlló.
Gaudí dotó a la Casa Batlló de una
fachada singular que llama la atención del espectador por sus líneas onduladas
y elementos con forma ósea, colorido y luminosidad. Utilizó piedra arenisca,
vidrio y cerámica y hierro fundido para los balcones. Diversos autores han
concluido que Gaudí se inspiró en el mar Mediterráneo para dar forma a la
fachada de la Casa Batlló. De la fachada destaca la tribuna del piso principal,
el que ocupó la familia Batlló; ofrece cinco vanos forrados con vidrieras que
se apoyan en ocho columnas de forma ósea; el friso de la tribuna está coronado
con motivos escultóricos vegetales. Sobre a tribuna se disponen balcones,
terrazas y vanos. Un elemento singular es el revestimiento con vidrio y
cerámica en colores llamativos y distintos efectos dependiendo de la luz del
día. La cubierta de la techumbre del edificio está recubierta con cerámica
vidriada en forma de escamas. La fachada posterior del edificio presenta formas
ondulantes y está forrada de trencadís
o cerámica reciclada; a esta fachada asoman terrazas protegidas con una
barandilla metálica; la planta del desván aparece cubierta con cerámicas
decoradas con motivos florales y geométricos.
Se diseñaron tres accesos en la planta
baja del edificio, uno para las viviendas, otro para la tienda y otro para las
cocheras; el primero de hierro, cerámica, vidrio, mármol y estuco y los otros
dos de madera. El vestíbulo de acceso tiene forma rectangular y techos curvos.
El salón principal de la planta noble de la Casa
Batlló destaca por la combinación de columnas exentas, techo de líneas
helicoidales y gran cristalera.
De las plantas principales destaca la
planta noble, la que ocupaba la familia Batlló, y dentro de esta el salón
principal, que ofrece un techo de formas helicoidales en relieve, columnas
exentas y un gran ventanal orientado al Paseo de Gracia y que al exterior es la
gran tribuna de líneas ondulantes. Otro elemento llamativo es la chimenea con
forma de seta del que fuera despacho de José Batlló y Casanovas.
Los azulejos del
patio de luces ofrecen una intensidad decreciente en tonos azules desde el
último piso hasta el bajo para dar más luminosidad a los pisos inferiores.
Otras dependencias llamativas de la Casa
Batlló son el patio posterior, el jardín interior con jardineras cubiertas de trencadís, el desván por su sucesión de
arcos catenarios, la escalera de caracol que comunica este con la azotea, donde
destacan la cruz gaudiana de cuatro brazos y las chimeneas de formas sinuosas y
de vivos colores.
La azotea de la
Casa Batlló ofrece formas oníricas, desde la cruz gaudiana de cuatro brazos a
las chimeneas de formas sinuosas y vivos colores.
La familia Batlló vendió la Casa Batlló
a Seguros Iberia en 1954, que lo destinó a oficinas; la familia Bernat,
propietaria de Chupa Chups lo adquirió en 1993, lo restauró y lo abrió al
público.
La Casa Batlló fue declarada Monumento
Histórico-Artístico Nacional en 1969 y la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad
Obras de Antonio Gaudí.