Los escultores que participaron
en la fábrica de la fachada de las Platerías son al menos tres: el maestro Estaban, el maestro del Cordero y el maestro de la Traición.
La fachada de las Platerías es la portada
de la fachada sur del crucero de la catedral de Santiago de Compostela. Se
llevó a término entre 1103 y 1117 “a mayor gloria del obispo Gelmírez”, su
comitente y primer arzobispo de Santiago de Compostela.
Maestros Esteban, del
Cordero y de la Traición: Fachada de las Platerías,
1117.
Estilo: Románico.
Técnica: Granito y
mármol en relieve.
Temática: Religiosa.
Catedral de Santiago
de Compostela, España.
La fachada de las Platerías es una doble
puerta de medio punto abocinada, algo poco corriente en el románico. Acoge
muchas esculturas pensadas en un principio para la fachada de la Azabachería o fachada norte del crucero de la
catedral de Santiago de Compostela.
El tímpano de la puerta izquierda está dedicado a las Tentaciones de
Cristo. En la parte inferior derecha aparece una mujer vestida con una túnica
larga transparente, que deja en evidencia su anatomía, cabello largo y
despeinado y con una calavera entre sus manos. Acerca de la mujer existen dos
versiones: la primera, afirma que se trata de Eva y aludiría al pecado
original; la segunda, defiende que es una mujer adúltera, en concreto la del Códice Calixtino donde se lee: “(…) Y no
ha de relegarse al olvido que junto a la tentación del Señor está una mujer
sosteniendo entre sus manos la cabeza putrefacta de su amante, cortada por su
propio marido, quien la obliga dos veces por día a besarla. ¡Oh, cuán grande y
admirable castigo de la mujer adúltera para contarlo a todos! (…)”. El cabello
largo y despeinado de la mujer informa al creyente de su desorden moral y la
calavera entre sus manos de la penitencia por haber pecado. En otra escena
ángeles demoníacos colocan al Señor sobre el pináculo del templo, otros le
presentan piedras y le retan a que las convierta en pan y otros le muestran los
reinos del mundo que le regalarían si les adorase; pero también aparecen
ángeles bondadosos adorándole con incensiarios. También se reconoce la imagen
del rey David sentado en su trono con las piernas cruzadas tocando un instrumento
musical; personifica el triunfo del bien sobre el mal.
La
mujer adúltera es la escultura más conocida de la fachada de las Platerías.
El tímpano de
la puerta derecha está dedicado a la Pasión de Cristo. Aparecen escenas
dedicadas al Prendimiento, el Cirineo, la Flagelación y la Coronación de
espinas; también la creación de Eva, Cristo en un trono, el sacrificio de Isaac
y la Adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús. Otras figuras que llaman la
atención son un zorro engullendo una liebre y una mujer mal vestida con un
animal en el regazo.
En las jambas
de las puertas aparecen apóstoles y profetas haciendo las veces de guardianes
del paraíso y ángeles trompeteros en las enjutas de los arcos.
De las once
columnas de las puertas todas son de granito excepto las de los extremos y la
del centro que son de mármol; todas con capitel corintio.
El centro del
friso está ocupado por la figura de Cristo bendiciendo; le acompaña al apóstol
Santiago. También están representados dos leones que soportan un crismón, el
Padre Eterno dentro de un medallón con las manos abiertas y rodeado de ángeles;
san Andrés, la Virgen María y el Niño Jesús, san Juan y la expulsión de Adán y
Eva del paraíso, además de otras muchas figuras.
A pesar de la
participación de al menos tres maestros escultores en la fábrica de la fachada de las Platerías se pueden citar
características que hacen que este conjunto escultórico sea típico del románico:
carácter monumental, esculturas trabajadas en relieve, adaptación al marco
arquitectónico, jerarquía en función del tamaño, antinaturalismo, horror vacui y función didáctica.
La fachada de las Platerías pasa por ser
uno de los conjuntos escultóricos más singulares del románico por presentarse
en una doble puerta y por la densidad escenográfica y de contenidos.
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