sábado, 30 de mayo de 2015

Santo Domingo de Guzmán entronizado como obispo, de Bartolomé Bermejo

Bartolomé Bermejo (Córdoba, 1440-Barcelona, 1498) estudió en Flandes en los talleres de Roger van der Weyden y Dieric Bouts. Desarrolló su carrera pictórica en la Corona de Aragón durante el último cuarto del siglo XV. Entre sus clientes estuvo la reina Isabel de Castilla. El éxito y prestigio que alcanzó le empujaron a crear un taller de pintura para poder satisfacer un número creciente de encargos. Entre sus colaboradores destacaron Martín Bernat y Miguel Ximénez. Todas las obras que se le atribuyen son religiosas, y sobre todas destaca Santo Domingo de Silos entronizado como obispo (1474-1477).

Santo Domingo de Silos entronizado como obispo es la tabla central del Retablo mayor de la iglesia homónima de Daroca, obra que no se conserva.

Santo Domingo de Silos aparece sentado en su cátedra de obispo, mirando de frente al espectador, en un momento de pausa en la lectura de un libro que tiene entre las manos. Se reconoce la condición de obispo por los elementos que viste y porta: dalmática, de color rojo vino; mitra, cubierta con piedras preciosas; capa pluvial, ajustada con broche tetralobulado; y báculo, con astil de plata y empuñadura de oro. Su condición de abad se distingue por el velo transparente anudado en la empuñadura del báculo.

Bartolomé Bermejo: Santo Domingo de Silos entronizado como obispo, 1474-1477.
Estilo: Gótico hispanoflamenco.
Técnica: Óleo sobre tabla.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 242 x 130 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


El trono de obispo, sobre plataforma, destaca por los dorados, taracea mudéjar, tracería gótica y las siete figuras, bajo pináculo, que representan las virtudes cristianas.

Las virtudes teologales se disponen en el respaldo de la cátedra: la Caridad, en la cúspide, protegiendo a dos desvalidos; la Fe, a la izquierda, con mitra, báculo y cáliz; y la Esperanza, a la derecha, con un arbolillo en la mano.

Las virtudes cardinales se disponen en los laterales de la cátedra: en el lado izquierdo, la Justicia sostiene una balanza y una espada, y la Fortaleza empuña una espada con la que mantiene a raya al demonio; en el lado derecho, la Prudencia lee un libro mientras se ilumina con una tea, y la Templanza se sirve vino con moderación.

La devoción de santo Domingo de Silos hacia la Virgen se muestra en la empuñadura del báculo donde aparece representada.

Las imágenes de los santos hacia los que santo Domingo de Silos sentía una especial devoción aparecen en el lado izquierdo de la cenefa de la capa pluvial: de arriba abajo, san Pedro, santa Bárbara, san Andrés y santa Apolonia. En el lado derecho aparecen representados santos devocionales de los vecinos de Daroca: de arriba abajo, santa Catalina, san Bartolomé y santa Quiteria.

Bartolomé Bermejo se apoya en un dibujo prodigioso para dar volumen y fuerza expresiva al rostro de santo Domingo de Silos, de mirada penetrante, pero hierático.

Los colores son intensos. El blanco, los azules, los rojos y los verdes ponen el contrapunto al oro, predominante en el cuadro.

Bartolomé Bermejo con Santo Domingo de Silos entronizado como obispo se situó al mismo nivel que los grandes pintores flamencos contemporáneos. Fue el pintor español que mejor dominó la técnica del óleo sobre tabla, tanto que no necesitó recurrir a la técnica artesanal del estuco resaltado sobre tabla para dar volumen y conseguir calidades y texturas auténticas, que, en el caso del velo transparente, se adelantó a El Greco en un siglo.

La ubicación original de Santo Domingo de Silos entronizado como obispo fue la iglesia homónima de Daroca. En 1869 el erudito Paulino Savirón trasladó la tabla al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. En 1920 el Museo del Prado se hizo con la tabla a cambio de obras menores.

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