La Real iglesia colegiata de Santa María de Roncesvalles es el mejor ejemplo del gótico de influencia francesa en Navarra. Debe su fundación a Sancho VII de Navarra (rey, 1194-1234) para acoger la sepultura del monarca y ser un referente en el Camino de Santiago. Se levantó entre 1215 y 1221 y se consagró en 1219. Ocupa el lugar que dejó una iglesia anterior de la que no se conserva ningún resto; fue una iglesia que ordenó levantar García Ramírez (rey, 1134-1150) en 1135, coincidiendo con la construcción de un hospital de peregrinos. La Real iglesia colegiata de Santa María de Roncesvalles sufrió incendios en 1445, 1468 y 1626, lo que obligó a su restauración a lo largo del siglo XVII; ello explica que parte de la arquitectura gótica esté cubierta con elementos barrocos.
La
Real iglesia basílica de Santa María de Roncesvalles ofrece planta basilical de
tres naves, la central es doble en anchura y altura que las laterales y de dos
tramos y medio, mientras que las laterales presentan cinco tramos. La nave
central finaliza en una cabecera pentagonal, que acoge el presbiterio; sin
embargo, las naves laterales finalizan en un muro recto.
Los
elementos de soporte son pilares cilíndricos de estilo corintio esquematizado.
Sobre ellos apoyan arcos apuntados.
La diferencia de altura entre la nave central y las laterales se aprovechó para abrir un triforio, que presenta cuatro arcos apuntados y un óculo entre cada dos de los pilares que separan la nave central de las laterales.
La nave central está cubierta por bóvedas sexpartitas, las laterales por bóvedas de crucería simple y el presbiterio con una bóveda pentagonal.
La
fachada se ha reconstruido. Solo es original el vano de la puerta y las tres
arquivoltas. El tímpano acoge un relieve de la Virgen María con el Niño Jesús.
A los lados de la portada dos vanos apuntados y geminados y sobre ella un
rosetón con vitrales del siglo XX.
La
iluminación del templo se consigue a través del rosetón de la portada, los
óculos de las naves laterales y las vidrieras del presbiterio, que recorren
toda la altura de la cabecera entre arcos alancetados.
Los elementos decorativos escultóricos son escasos; se limitan a los capiteles de los pilares, siendo los motivos de carácter vegetal, la clave de la bóveda del presbiterio y la Virgen de Roncesvalles, una talla gótica del siglo XIV hecha en madera y recubierta de plata.
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