Pedro Borrell del Caso (Puigcerdá, 1835-Barcelona, 1910) es un pintor realista español. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Participó en exposiciones en Barcelona, Madrid y París, obteniendo medallas y menciones de honor. Rechazó ser catedrático en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Por su academia de dibujo pasaron Javier Nogués y José María Sert entre muchos otros. Destacó como retratista y pintor de cuadros de temática religiosa de estética nazarena, aunque muchas de estas últimas obras fueron destruidas durante la Guerra Civil española (1936-1939). Sobresalió como pintor de trampantojos, llamando la atención Huyendo de la crítica (1874) y Dos niñas (1880).
Huyendo
de la crítica
es el trampantojo más conocido de Borrell del Caso. El trampantojo es una
ilusión óptica con la que se pretende confundir al espectador, haciéndole creer
que la ficción es realidad.
El único personaje que aparece en Huyendo de la crítica es un niño, que pretende salir de un cuadro a toda prisa; se está dando impulso con las piernas y las manos; la pierna izquierda la tiene apoyada en el suelo de un espacio interior y la derecha en un marco ficticio; con las manos se sujeta al marco a distinta altura, el brazo derecho lo tiene flexionado, lo que hace que la mano esté a la misma altura del hombro, el brazo izquierdo lo tiene extendido hacia la parte baja del marco. Presenta un rostro asustado, con ojos desorbitados. Viste un pantalón corto y una camiseta de manga larga abierta hasta el abdomen. El niño destaca sobre un fondo neutro.
La paleta de colores parece ser escasa, pero no lo es, además de ser rica en matizas gracias a los juegos de luces y sombras. Hay un equilibrio entre colores fríos y cálidos: castaño, encarnado, negro, ocre y verde.
La luz procede del lado superior izquierdo, iluminando la parte derecha del rostro, el pecho, el hombro y la pierna derechos y la mano izquierda, dejando la mitad izquierda del cuerpo en la penumbra. En el lado inferior derecho se aprecia que el fondo del cuadro es verdoso, pero negro allí donde no llega la luz.
El niño que aparece en Huyendo de la crítica recuerda a los niños pobres de los cuadros de Murillo.
Se acepta que los mensajes que Borrell del Caso quería hacer llegar al espectador a través de Huyendo de la crítica son dos: el de querer pintar con absoluta libertad y el de sacudirse a los críticos, quienes con sus comentarios podían arruinar la carrera profesional o la vida privada de cualquier artista. En este sentido el niño que aparece en el lienzo sería un trasunto de Borrell del Caso.
La trascendencia artística del lienzo Huyendo de la crítica, de Borrell del Caso, radica en ser uno de los trampantojos más conocidos de la historia del arte por su vistosidad y dinamismo.
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