viernes, 19 de enero de 2018

Caja de las Ágatas

La caja de las Ágatas fue donada en 910 por el infante Freula de Asturias y su esposa Nunilo Jimena a la iglesia de San Salvador de Oviedo, hoy desaparecida. Ha sido restaurada en dos ocasiones: en 1942 para reparar los desperfectos ocasionados por los sublevados durante la revolución de Asturias de 1934, que dinamitaron la Cámara Santa de la catedral de San Salvador de Oviedo, y en 1985, para restaurar el daño causado tras su robo en 1977.

Caja de las Ágatas, 910.
Estilo: Prerrománico asturiano.
Técnica: Mixta en madera, oro, plata y piedras preciosas talladas.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 16,5 x 42,4 x 27,1 cm.
Catedral de San Salvador, Oviedo, España.


Los materiales utilizados en la fabricación de la caja de las Ágatas son madera de ciprés, oro, plata, ágatas, gemas, granate, esmalte, perlas y cabujones.

La caja de las Ágatas es una arqueta en madera de ciprés de forma rectangular con una tapa de forma piramidal rectangular truncada y solero. A excepción del solero y de la placa colocada en la tapa, está recubierta con láminas de oro repujadas con formas florales estilizadas. En las láminas de oro se cuentan 99 aberturas con formas de arcos de medio punto, de herradura, peraltados y semielípticos y formas elipsoidales, todas cubiertas con placas de ágata listada de 3 mm. de grosor. Los laterales de la caja se dividen en dos niveles, separados por la abertura que separa la caja de la tapa, y están adornados con cenefas de trazos rectilíneos oblicuos repujadas que alternan con gemas. El solero de la caja es de plata maciza, sujeto a la tapa por clavos; en él se lee una inscripción y se observa una representación del Tetramorfos, rodeando otra estilizada de la Cruz de la Victoria; además, hay cuatro semiesferas con reborde fileteado que sirven de soporte a la caja, a la que están unidas mediante clavos. La placa colocada en el remate de la caja es su parte más antigua, se fecha entre los siglos VIII y IX; su base es de oro, rodeada por celdillas tabicadas que contienen fragmentos de granate que se prolongan en el interior formando dibujos curvilíneos; en sus cuatro ángulos hay sendas gemas en cabujones de borde semicircular, otras cuatro en los medianeros, tres en el eje mayor y una en el centro; los espacios carentes de ornamentación están rellenados de esmaltes policromados con formas de dragón, pájaros, peces, reptiles y árboles.

En el solero de la caja se lee una inscripción en latín vulgar que dice:

     “SVSCEPTVM PLACIDE MANEAT HOC IN HORDE DI QVOD / OFFERVNT FAMVLI XPI FROILA ET NVNILO COGNOMENTO / SCEMENA HOC OPVS PERFECTVM ET CONCES / SVM SCO SALVATORI OVETENSIS QVISQVIS / AVFERRE HOC DONARIA NSA PRESVNSERI FVLMINE DIVINO / INTEREAT IPSE OPERATVM EST ERA DCCCCXLVIII”,

que se traduce por:

            “Acéptese este regalo en honor de Dios que le ofrecen los siervos de Cristo, Freula y Nunilo, por sobrenombre Jimena. Esta obra fue terminada y concedida a San Salvador de Oviedo. Cualquiera que intentare robar esta nuestra ofrenda, perezca por el rayo divino. Se hizo en la era 948 (año 910)”.

La caja de las Ágatas debe su importancia artística a ser una de las pocas piezas que se conservan de la orfebrería prerrománica asturiana.

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