Pedro de Ribera (Madrid,
1681-1742) fue uno de los arquitectos españoles barrocos más destacados. Fue
seguidor de Ardemans y José Benito de Churriguera, pero dotó a sus edificios de
una personalidad inconfundible. Desarrolló casi toda su carrera profesional en
Madrid, convirtiéndose en el mejor representante del barroco madrileño.
Disfrutó del respaldo de Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués de Vadillo,
corregidor de Madrid. Fue nombrado Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de
Madrid en 1726.
El estilo de Pedro de Ribera se reconoce
por las características siguientes:
- Fusión en la fachada principal de los edificios de la puerta de acceso con un balcón superior.
- Empleo de baquetones para enmarcar la puerta del edificio; son de sección asimétrica y más saliente que los utilizados hasta entonces.
- Profusión de elementos decorativos en las portadas de los edificios.
- Sustitución de las columnas por estípites.
- Empleo de cúpulas bulbosas, hasta entonces ajenas a la arquitectura española.
- Uso de chapiteles para rematar las torres, heredados del estilo herreriano.
Pedro de Ribera construyó edificios
religiosos, civiles y militares, y elementos urbanísticos, como puentes y
fuentes.
Entre los edificios religiosos hay que
citar la ermita de la Virgen del Puerto (1716-1718), la iglesia de Nuestra Señora
de Montserrat (1720), la iglesia parroquial de San Millán y San Cayetano
(1722-1737) y la iglesia parroquial de San José (1730-1748), además intervino
en el monasterio de Santiago de Uclés (1735).
La ermita de la Virgen del Puerto se
construyó por encargo del marqués de Vadillo, fue destruida durante la Guerra
Civil de 1936-1939 y reconstruida en 1945. Es uno de los primeros ejemplos de
arquitectura barroca en España. Tiene planta de cruz griega con los brazos
rematados en semicírculo en el interior y plano al exterior, y cúpula sobre
tambor octogonal rematado por un chapitel. La fachada adintelada está enmarcada
por dos torres-campanario coronadas por chapiteles.
La ermita de la Virgen del Puerto (1716-1718) es una de las iglesias levantadas por Pedro de Ribera.
La iglesia de Nuestra Señora de
Montserrat formó parte del monasterio homónimo fundado por Felipe IV en 1642.
Las obras se concluyeron en 1720 con la participación de Pedro de Ribera en la
decoración de la portada y construcción de las dos torres. Llama la atención el
dinamismo de la decoración. En la parte superior se abren ventanales de medio
punto flanqueados por estípites; el tejado de pizarra se corona con una
arandela, una caperuza con un bulbo, un chapitel y una bola del mundo con una
cruz. La iglesia de Nuestra Señora de Montserrat fue declarada Monumento
Nacional en 1914.
La iglesia parroquial de San Millán y
San Cayetano formó parte del desaparecido convento de Nuestra Señora del Favor.
Las obras las inició el arquitecto Marcos López en 1669, las continuaron José
de Churriguera y Pedro de Ribera y las concluyó Francisco de Moradillo en 1761.
La planta es de cruz griega. La cúpula cuenta con un tambor sobre pechinas de
estilo bizantino. El interior consta de tres naves y cuatro capillas. La
fachada presenta ocho pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto; las
dos pilastras de cada extremo encuadran las dos torres y entre las cuatro del
centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto; los nichos que hay
sobre los arcos albergaron las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del
Favor y de san Andrés Avelino, realizadas por el escultor Pedro Alonso de los
Ríos. Durante la Guerra Civil de 1936-1939 el convento fue atacado y sólo quedó
la fachada, fue reconstruido por iniciativa de la duquesa de Alba en 1962 y
declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico Nacional en
1980.
La iglesia parroquial de San José cuenta con una
fachada muy ornamentada, nave cubierta con bóveda de cañón y cúpula. Destaca
por su decoración la capilla de Santa Teresa, dispuesta como una iglesia en
miniatura y embellecida con pinturas murales.
Pedro de Ribera diseño
la fachada principal del monasterio de Santiago de Uclés.
Pedro de Ribera construyó la fachada principal o del
mediodía del monasterio de Santiago de Uclés. Aparecen cuatro pilastras
decorativas. En la parte superior se cuentan delfines, leones, cabezas,
guerreros, trofeos, frutas, dos cruces de Santiago y dos bustos de moros
sujetos con cadenas, medio cuerpo de Santiago con la cruz maestral en la mano
izquierda y una espada en la derecha en la que se lee “Fidei defenso”, es
decir, “Defensa de Dios”, y en la parte inferior se lee “Caput Ordinis”, es
decir, “Cabeza de la Orden”, y se ven cruces sueltas, una corona real,
caballeros con trofeos y moros encadenados. El monasterio de Uclés fue
declarado Monumento Nacional en 1931.
El Real Hospicio
del Ave María y San Fernando es el edificio más conocido de Pedro de Ribera y
del Barroco madrileño.
Entre los edificios civiles hay que
mencionar el Palacio de Torrecilla (1716-1731), el Real Hospicio del Ave María
y San Fernando (1721-1726), el Palacio de Santoña (1730-1734) y el Palacio del
marqués de Perales (1732).
El Palacio de Torrecilla se distribuye
en piso bajo y tres plantas. En la fachada se funde en un conjunto la puerta
monumental y la balconada superior.
El Real Hospicio del Ave María y San
Fernando esta considerada la mejor obra de Pedro de Ribera y del barroco
madrileño. La portada está concebida como un retablo; se divide en dos cuerpos,
separados por una cornisa curva en el centro; en el segundo cuerpo, cobijado en
una hornacina se distingue la figura de san Fernando recogiendo las llaves de
la ciudad de Sevilla. El movimiento ascensional de la fachada se consigue
utilizando elementos arquitectónicos y decorativos, caso de estípites, óculos y
rocallas. El conocido como Hospicio de San Fernando fue declarado Monumento
Nacional en 1919.
El Palacio de Santoña está construido en
ladrillo y cantería de granito. La portada principal se ajusta al modelo típico
de Pedro de Ribera en el que se funde la puerta de acceso y el balcón.
Del Palacio del marqués de Perales
destaca la portada con balcón superpuesto con decoración floral y orejetas.
El cuartel del
Conde-Duque de Madrid es el único edifico de carácter militar de Pedro de
Ribera.
El cuartel del Conde-Duque (1717) fue un
edificio militar en el que participó Pedro de Ribera. Fue mandado construir por
Felipe V para acoger a las compañías de los Reales Guardias de Corps. El
edificio se concibió como un gran cuartel de estilo francés. Es de planta
rectangular y se estructura alrededor de tres patios, siendo el central el de
mayor tamaño. Destaca la portada principal en la fachada este, que cuenta con
dos pilastras rústicas a cada lado de la puerta y escudo real. Para dar
perspectiva a la portada se trazó una plaza frente a ella.
Dos de los elementos urbanísticos más
conocidos son el Puente de Toledo (1718-1732) y la Fuente de la Fama
(1738-1742).
El Puente de Toledo une ambas riberas
del río Manzanares, enlazando las glorietas de Pirámides y Marqués de Vadillo.
Fue construido con pilares de granito. Se compone de una parte central formada
por nueve arcos de medio punto con sólidos contrafuertes y tambores que se
rematan en balconcillos. En la zona central hay dos hornacinas que contienen
las estatuas de san Isidoro Labrador y santa María de la Cabeza, realizadas por
el escultor Juan Alonso de Villabrille y Ron. El Puente de Toledo fue declarado
Monumento Nacional en 1956 y Bien de Interés Cultural en 1992.
El Puente de
Toledo de Madrid comunica las dos orillas del río Manzanares.
La Fuente de la Fama la encargó Felipe V
con el fin de abastecer de agua a Madrid a la vez que embellecer la ciudad.
Está construida en piedra berroqueña y caliza para los grupos escultóricos. Se
asienta sobre un pilón en forma de trébol de cuatro hojas, sobre el que
descansa la base, custodiada por cuatro delfines mitológicos, que arrojan agua;
estas esculturas sujetan una pilastra adornada al modo churrigueresco. Los
motivos ornamentales son floreros y cuatro niños sosteniendo otras tantas
conchas, que hacen las veces de parapeto sobre las cabezas. La estatua de la
Fama que remata la fuente es una victoria alada con trompeta, obra del escultor
Juan Bautista.
La Fuente de la
Fama está rematada por una victoria alada.
Obras de Pedro de Ribera que no se han
conservado son el Real Seminario de Nobles (1725), la Fuente de las Arpías
(1726), de la que sólo se conserva la estatua de la Mariblanca, la primera
Puerta de San Vicente (1726-1727) y el Puente Verde (1728-1732).
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