sábado, 30 de noviembre de 2024

Torre Puig, de Rafael Moneo

Rafael Moneo (Tudela, 1937) se graduó por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (1961) y completó su formación en la Academia de España en Roma (1963-1965). Trabajó con Francisco Javier Sáenz de Oiza y Jorn Utzon. Abrió su estudio de arquitectura en 1973. Ha sido catedrático de Arquitectura en Barcelona (1971-1981) y en Madrid (1981-1984) y director de la Escuela de Graduados en Diseño de la Universidad de Harvard (1985-1990). Recibió entre otros los premios Pritzker (1996) y Mies van der Rohe (2001), y la Medalla de Oro del Royal Institute of Architecs (2003). Entre sus obras destacan el Museo de Arte Romano de Mérida (1986), la reforma del palacio Villahermosa de Madrid para albergar el Museo Thyssen-Bornemisza (1992), el Kursaal de San Sebastián (1999), la catedral de Santa María de Los Ángeles en EE. UU. (2002) y la Torre Puig en Hospitalet del Llobregat (2013).

La fachada de la Torre Puig destaca por su cubierta en espiral ascendente, dotándola de un gran dinamismo.

  

Las obras de la Torre Puig se iniciaron en 2010 y se finalizaron en 2013, inaugurándose en 2014. Se trata de un edificio de oficinas, sede de la marca de cosméticos Puig en Hospitalet de Llobregat, a las afueras de Barcelona.

La altura de la azotea se sitúa a 90 metros, pero la altura completa del edificio es de 109 metros. Consta de 22 plantas y una superficie de 23.000 m². El edificio es de planta cuadrada, de 27,50 m. de lado. Se utilizó un módulo 1,35 m., que se multiplica por dos, por tres y por cuatro.


Planta tipo de la Torre Puig. Los espacios de trabajo se organizan alrededor del núcleo del edificio.

  

Para construir la Torre Puig se utilizó hormigón armado para la estructura y vidrios de diferentes tonalidades para el exterior; para la fachada se empleó vidrio oscuro, envuelto por láminas de vidrio blanco en espiral ascendente, lo que dota al edificio de movimiento, a la vez que proyecta una figura unitaria e integradora; las láminas de vidrio tamizan la luz que llega al interior del edificio. También se utilizó madera de roble en aquellos para crear espacios de confort para los visitantes.

El núcleo de la Torre Puig define el espacio útil y de trabajo, desde oficinas a salas de reunión, espacios de exposición y otros. Las escaleras corren en paralelo al núcleo, de línea sobria, pero elegante, aunque las hay en espiral, de un gran dinamismo.

Las diferentes plantas ofrecen diferentes espacios de diferentes usos; la planta -1 acoge un auditorio, la planta baja el vestíbulo, la planta primera la cafetería, la planta segunda el restaurante, la planta tercera el gimnasio, la planta novena la sala de visitas y reuniones, el resto de plantas están destinadas a oficinas y otros espacios de trabajo. La configuración de estas áreas obedece el criterio de “espacio abierto”.


Vista interior de una de las plantas de la Torre Puig. La escalera asciende en paralelo al núcleo del edificio y el espacio de trabajo se organiza entre esta y los ventanales. El concepto es de “espacio abierto”.

  

Del entorno exterior de la Torre Puig llama la atención el jardín, el estanque y el umbral de entrada, que protege de las inclemencias del tiempo.

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