sábado, 27 de junio de 2020

Casa Batlló, de Gaudí


Antonio Gaudí (Reus, 1852-Barcelona, 1926) trabajó como delineante antes de obtener el título de arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona en 1878. Es el mejor representante del modernismo en España y por su obra original se le considera uno de los arquitectos más sobresalientes de todos los tiempos. Revolucionó la arquitectura al inspirarse en la naturaleza para crear nuevos elementos arquitectónicos como puso de manifiesto en la Casa Batlló, construida entre 1904 y 1906 dentro de su etapa naturalista (1898-1914).

Gaudí hizo de la fachada el elemento más llamativo de la Casa Batlló por sus líneas ondulantes y colorido, que parece inspirarse en el mar Mediterráneo. Dentro de la fachada llama la atención la tribuna principal por las columnas de formas óseas.


La Casa Batlló es el resultado de la remodelación del edificio residencial construido por Emilio Sala Cortés en 1877 en el Paseo de Gracia, eje principal del recién estrenado Ensanche de Barcelona, planificado por Ildefonso Cerdá en 1859. José Batlló y Casanovas, empresario textil y hombre de negocios, compró el edificio de Sala Cortés en 1903 y encargó a Gaudí que lo derribase y levantase un edificio de nueva planta; sin embargo, Gaudí procedió a su remodelación entre los años 1904 y 1906 cambiando por completo su aspecto, convirtiéndolo en una obra de arte y dotándolo de una funcionalidad de la que carecía.

La Casa Batlló ofrece unas dimensiones de 32 m. de alto x 14,5 m. de ancho, con una superficie útil por piso de 450 m². Cuenta con ocho plantas, sótano, planta baja, cinco plantas principales y desván. Se articula alrededor de patio central, al que daban las habitaciones del servicio, escaleras y ascensor, proporciona luz y ventilación al edificio, mientras los salones y dormitorios nobles daban a la fachada.

El blanco y los tonos azulados resaltan la amplitud del vestíbulo de la Casa Batlló.


Gaudí dotó a la Casa Batlló de una fachada singular que llama la atención del espectador por sus líneas onduladas y elementos con forma ósea, colorido y luminosidad. Utilizó piedra arenisca, vidrio y cerámica y hierro fundido para los balcones. Diversos autores han concluido que Gaudí se inspiró en el mar Mediterráneo para dar forma a la fachada de la Casa Batlló. De la fachada destaca la tribuna del piso principal, el que ocupó la familia Batlló; ofrece cinco vanos forrados con vidrieras que se apoyan en ocho columnas de forma ósea; el friso de la tribuna está coronado con motivos escultóricos vegetales. Sobre a tribuna se disponen balcones, terrazas y vanos. Un elemento singular es el revestimiento con vidrio y cerámica en colores llamativos y distintos efectos dependiendo de la luz del día. La cubierta de la techumbre del edificio está recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas. La fachada posterior del edificio presenta formas ondulantes y está forrada de trencadís o cerámica reciclada; a esta fachada asoman terrazas protegidas con una barandilla metálica; la planta del desván aparece cubierta con cerámicas decoradas con motivos florales y geométricos.

Se diseñaron tres accesos en la planta baja del edificio, uno para las viviendas, otro para la tienda y otro para las cocheras; el primero de hierro, cerámica, vidrio, mármol y estuco y los otros dos de madera. El vestíbulo de acceso tiene forma rectangular y techos curvos.

El salón principal de la planta noble de la Casa Batlló destaca por la combinación de columnas exentas, techo de líneas helicoidales y gran cristalera.


De las plantas principales destaca la planta noble, la que ocupaba la familia Batlló, y dentro de esta el salón principal, que ofrece un techo de formas helicoidales en relieve, columnas exentas y un gran ventanal orientado al Paseo de Gracia y que al exterior es la gran tribuna de líneas ondulantes. Otro elemento llamativo es la chimenea con forma de seta del que fuera despacho de José Batlló y Casanovas.

Los azulejos del patio de luces ofrecen una intensidad decreciente en tonos azules desde el último piso hasta el bajo para dar más luminosidad a los pisos inferiores.


Otras dependencias llamativas de la Casa Batlló son el patio posterior, el jardín interior con jardineras cubiertas de trencadís, el desván por su sucesión de arcos catenarios, la escalera de caracol que comunica este con la azotea, donde destacan la cruz gaudiana de cuatro brazos y las chimeneas de formas sinuosas y de vivos colores.

La azotea de la Casa Batlló ofrece formas oníricas, desde la cruz gaudiana de cuatro brazos a las chimeneas de formas sinuosas y vivos colores.


La familia Batlló vendió la Casa Batlló a Seguros Iberia en 1954, que lo destinó a oficinas; la familia Bernat, propietaria de Chupa Chups lo adquirió en 1993, lo restauró y lo abrió al público.

La Casa Batlló fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1969 y la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad Obras de Antonio Gaudí. 

sábado, 20 de junio de 2020

Frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro, del Taller de Seo de Urgel

El frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro es obra del Taller de Seo de Urgel, se realizó a mediados del siglo XII y es originario de la iglesia de San Quirico de Durro.

 Taller de Seo de Urgel: Frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro, mediados del siglo XII.
Estilo: Románico.
Técnica: Temple sobre tabla.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 98 x 129 cm.
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, España.


El frontal narra el martirio de santa Julita y san Quirico, víctimas de las persecuciones del emperador romano Diocleciano, que se negaron a rendirle pleitesía.

El frontal se estructura en un espacio central ocupado por una mandorla y cuatro registros horizontales, dos a cada lado de la mandorla. Esta acoge las imágenes de santa Julita entronizada, vestida de azul, blanco y dorado, sujetando con la mano derecha un bastón florado y con la izquierda a san Quirico, su hijo; este se presenta entronizado, vestido de azul y dorado; los dos aparecen nimbados y descalzos, la santa con los pies en disposición abierta. La mandorla presenta el fondo rojo y en latín las inscripciones “SIOLITA” y “SQUIRICIS”, identificado a ambos santos.

Los cuatros registros están ocupados por escenas del martirio de los santos; en el superior izquierdo dos hombres sierran por la mitad a san Quirico; en el superior derecho otros dos personajes están clavando tantos clavos en el rostro del santo como años tenía este en el momento del martirio; en el inferior izquierdo madre e hijo aparecen dentro de un caldero con aceite hirviendo; y en el inferior derecho dos hombres están acuchillando a san Quirico.

La mandorla y los registros laterales aparecen sobre fondos monocolores en distintas tonalidades.

El frontal presenta un borde negro, decorado con rombos rojos que contienen repetido el mismo motivo vegetal en blanco.

Los aspectos formales se ajustan a las características de la pintura románica:
  • Simetría bilateral, tomando como eje la mandorla que acoge las figuras de santa Julita y san Quirico.
  • Perspectiva jerárquica, que sirve para indicar la importancia de las figuras; la más importante es la de santa Julita seguida de la de san Quirico, que aparece desproporcionada teniendo en cuenta que en el momento que recibió el martirio contaba con tres años de edad.
  • Frontalidad, geometrización, hieratismo e isocefalia de las figuras, que no manifiestan sentimiento alguno. Su canon es alargado.
  • Los paños presentan dobleces antinaturalistas y carecen de textura, no se puede saber de qué tejido están hechos.
  • La línea se impone al color, es gruesa y negra, y sirve para delimitar los contornos.
  • El color es plano. La gama es escasa –azul, blanco, dorado, negro y verde– y carente de tonalidades, pero de un fuerte impacto simbólico: el azul representa la eternidad y la nobleza, el blanco la pureza, el dorado la Gloria y el verde la esperanza. El negro no cumple una función simbólica.
  • La luz es inexistente.
  • No hay espacio, el fondo es plano.
  • La decoración es escasa, sólo una cenefa bordeando el frontal.

El frontal de Santa Julita y San Quirico de Durro ofrece la singularidad de presentar en la mandorla las figuras de ambos santos en sustitución del Maiestas Domini habitual. La intención es influir en el espectador para que vea en los santos el modelo a seguir en su desarrollo personal.

sábado, 13 de junio de 2020

Puerta Preciosa de la catedral de Santa María la Real de Pamplona


La conocida como puerta Preciosa de la galería sur del claustro de la catedral de Santa María la Real de Pamplona se llevó a término entre 1350 y 1360, pero se desconoce su autor. Debe su nombre al salmo que los canónigos cantaban antes de acceder a sus celdas: “Pretiota in conspectu Domini, mors sanctorum eius”, que se traduce por “Preciosa es delante de Dios la muerte de sus santos”.

 Anónimo: Puerta Preciosa, hacia 1350-1360.
Estilo: Gótico
Técnica: Talla en piedra.
Temática: Religiosa.
Claustro de la catedral de Santa María la Real de Pamplona, España.


La temática que se desarrolla es la Anunciación, Dormición, Asunción y Coronación en el cielo de la Virgen María. Se inspira en Dormición de nuestra Señora, Madre de Dios y siempre Virgen María, de Juan, arzobispo de Tesalónica, de inicios del siglo VII, y Leyenda Dorada, de Jacobo da Varagine, obispo de Génova, de finales del siglo XIII.

El programa iconográfico ocupa las jambas, arquivoltas y tímpano de la puerta.

En las jambas se reconoce el tema de la Anunciación, con las figuras del arcángel Gabriel, en la jamba izquierda, y la Virgen María, en la derecha. Son figuras de bulto redondo, bajo doselete calado.

Las arquivoltas son tres, la central baquetonada. En la arquivolta interior se disponen las imágenes de las diez vírgenes de los Evangelios, coronadas, con palma y libro, cobijadas bajo doselete calado. En la arquivolta exterior se disponen dieciséis ángeles sobre nubes. Todas las figuras siguen la hilera de las arquivoltas.

El tímpano de la puerta acoge catorce escenas dispuestas en cuatro registros horizontales separados por nubes. En el primer registro cinco escenas: un ángel anuncia a la Virgen María su próxima muerte, la Virgen María anuncia su muerte a sus parientes y amigos, llegada de san Juan y conversación con la Virgen María, la Virgen María presenta su mortaja y vestidos a san Juan y el encuentro de san Juan con san Pedro y san Pablo, venidos sobre nubes. En el segundo registro otras cinco escenas: la llegada de los restantes apóstoles sobre nubes ante la casa de la Virgen María, diálogo entre la Virgen María y los apóstoles, la Virgen María muestra su mortaja a los apóstoles, la Virgen María se prueba la mortaja y la Virgen María entrega su mortaja a tres doncellas amigas. En el tercer registro se cuentan tres escenas: la Virgen María entrega la palma a san Juan, exequias de la Virgen María en su casa y cortejo fúnebre en el sepelio de la Virgen María e intento de profanación de su cuerpo por un sacerdote judío acompañado por tres soldados. El cuarto registro contiene la escena de la Coronación de la Virgen María en el cielo.

Las características formales son las siguientes: 
  • Horror vacui, es decir, cubrición de todo el espacio del tímpano por figuras.
  • Talla simétrica de las figuras.
  • Naturalismo en rostros, gestos y actitudes, que sirve para reflejar los sentimientos de cada personaje.
  • Claridad compositiva.

La puerta Preciosa del claustro de la catedral de Santa María la Real de Pamplona es por su riqueza iconográfica y formal uno de los conjuntos escultóricos más sobresalientes del gótico español del siglo XIV.

viernes, 13 de marzo de 2020

Colegiata de Santa Juliana

El rey Alfonso III de Asturias mandó construir en 870 una ermita para acoger las reliquias de santa Juliana de Nicomedia, martirizada por orden de Diocleciano en 304. El rey Fernando I de Castilla tomó la ermita bajo su protección en 1045 y concedió a su abad la propiedad de la villa de Santillana del Mar y sus alrededores. En el siglo XII los monjes benedictinos que habitaban el monasterio son sustituidos por otros agustinos, el monasterio adquirió el rango de colegiata y dio comienzo la construcción de la colegiata de Santa Juliana.

La colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar es uno de los edificios más destacados del románico español.


La planta de la colegiata de Santa Juliana se estructura sobre tres naves de cuatro tramos, transepto, cimborrio, tres ábsides semicirculares, torre cilíndrica adosada a la fachada sur, una torre campanario a los pies de la iglesia, una sacristía en el crucero sur y una capilla en el norte.

Planta de la colegiata de Santa Juliana.


La portada está situada en la fachada sur, se abre a un atrio de amplias proporciones construido sobre un antiguo cementerio, está bordeado por un muro de piedra y flanqueado en su entrada por dos esculturas de leones fechadas en el siglo XVI.

El acceso a la iglesia presenta una puerta abocinada de medio punto con cuatro arquivoltas adoveladas. Las dovelas del arco y de las arquivoltas son lisas. Encima y en el centro el Pantocrátor, flanqueado por el apostolado. Sobre una cornisa, un gran frontón triangular del siglo XVII acoge, en una hornacina, una escultura barroca de santa Juliana con la palma del martirio y un diablo al que sujeta con una cadena.

Sobre la iglesia corre una logia formada por quince arcos, del siglo XVII.

A la izquierda de la portada se encuentra la casa del abad, edificio porticado del siglo XVII.

El segundo acceso a la iglesia es la entrada que permite el tránsito desde el claustro a la iglesia. Sobresale del muro, es de medio punto con una arquivolta muy sencilla. En la parte superior nueve canecillos y uno en el que aparece un hombre portando un animal sobre los hombros.

De las tres naves de la iglesia la central es más ancha que las laterales, pero igual al transepto, por lo que el crucero tiene forma cuadrada. El transepto no sobresale en planta. La nave central está separada de las laterales por arcos de medio punto que se apoyan en medias columnas adosadas a pilares cruciformes. La cubierta original era una armadura de madera, que fue sustituida por bóvedas de crucería de estilo gótico, de cuatro o seis plementos. Los brazos del transepto se cubren con bóvedas de cañón y los ábsides con bóvedas de horno.

La cubierta del cimborrio es del siglo XVIII y vino a sustituir la original sobre trompas. Se trata de una cúpula sobre pechinas, que al exterior adopta la forma de torre cuadrada, con ventanas ajemizadas.

La iglesia dispone de un coro.

El ábside central es mayor que los laterales. Se divide en el plano horizontal en dos cuerpos separados por una moldura con ajedrezado jaqués y en el vertical se divide en tres lienzos separados por dos columnas superpuestas. Hay una aspillera de pequeño tamaño flanqueada por dos pares de columnas, todo dentro de un vano de medio punto. El ábside sur sigue la misma disposición. El ábside norte está tapado en parte por una construcción posterior; un vano de medio punto presenta un tímpano con dos fieras en actitud de lucha.

Las molduras y arquivolta exterior del ábside central están adornadas con el ajedrezado jaqués.


La iglesia dispone de dos torres. La torre cilíndrica de la fachada sur es del siglo XII; está formada por cuatro cuerpos separados por tres líneas de molduras horizontales, las dos inferiores con ajedrezado jaqués y la tercera sin decoración; los tres cuerpos inferiores son macizos y el cuarto cuenta con un vano dividido por una columna que hace las veces de parteluz; la techumbre es a una vertiente. La torre cuadrada de los pies de la iglesia es del siglo XIII; está formada por tres cuerpos separados por molduras horizontales, los dos inferiores no tienen ventanas, el superior acoge las campanas y tiene cuatro vanos en cada lado; la techumbre es a cuatro aguas.

El claustro está situado en el lado norte de la iglesia. Tiene forma cuadrada. Se construyó en varias fases: el ala norte entre finales del siglo XII y principios del XIII, el ala sur y la oeste a finales del XIII y el ala este, que no es románica, en el XVI. Las galerías más antiguas están formadas por arcos de medio punto, apoyados en columnas pareadas o cuádruples, todas sobre un podio corrido.

Los elementos decorativos de la iglesia y el claustro son de carácter escultórico. Dentro de la iglesia destacan la pila bautismal con un relieve de Daniel en el foso de los leones, de finales del siglo XII, un Pantocrátor, fechado en 1200, el retablo mayor, de 1530, atribuido al taller de León Picardo, el frontal del altar en plata repujada, del siglo XVII, que oculta otro románico, y varios sepulcros, entre los que destaca el del obispo don Pelayo de Oviedo, del siglo XII.

Los elementos decorativos del claustro son las esculturas de los capiteles de las columnas, en total 41; en la galería sur 11, de carácter figurativo, en la galería oeste 15, de carácter zoomórfico y vegetal, y en la galería norte 15, de carácter vegetal.

El capitel más conocido del claustro de la colegiata de Santa Juliana está en la galería sur. Se trata de un soldado atravesando con su espada el vientre de un león. Simboliza la victoria del bien sobre el mal.


La colegiata de Santa Juliana en Santillana del Mar es uno de los edificios más representativos del románico del norte de España. Por ello, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1889.

viernes, 6 de marzo de 2020

Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava

El Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava se abrió al público en 1999. Tiene su origen en el Museo Diocesano del Seminario Conciliar de Vitoria abierto en 1923. En 1942 se trasladó a la Casa de Álava, luego Museo de Bellas Artes de Álava, en 1978 se constituyó la sección de Arte Sacro, que en 1999 se trasformó el Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava con sede en la catedral María Inmaculada de Vitoria.

Santa María de la Esclavitud es una pieza de 1280. Se trata de una Andra Mari o Virgen sedente con el Niño.


El museo reúne casi 500 obras que pertenecen en su mayoría a la Diputación Foral de Álava, a la diócesis alavesa y a varias parroquias. La colección se organiza en las seis secciones siguientes:
  • Piedra. Las piezas son de los siglos V al XIV. Se exponen altares, canecillos, capiteles, estelas funerarias, ménsulas, sepulcros y relieves, todas hechas en piedra.
  • Tronco. Las piezas expuestas están hechas en madera. Abarca los estilos del románico al barroco. Destacan las Andra Mari, conjunto de vírgenes sedentes con el Niño, el Cristo Crucificado de San Esteban de Zurbano y el Calvario de San Román de Eguileta, formado por el Cristo, la Virgen y san Juan, ambos del siglo XV. También hay numerosas piezas de pintura sobre tabla, destacando el retablo de Tortura, de finales del siglo XV.
  • Liturgia. Se reúnen piezas propias del culto cristiano: cálices, candeleros, cantorales, copones, custodias, frontales, portapaces y ornamentos y vestidos litúrgicos.
  • Tabla. Acoge obras medievales y renacentistas flamencas y españolas. Destacan los relieves Flagelación y Coronación de Espinas, de Juan de Ancheta, de finales del siglo XVI, procedentes de la parroquia de San Miguel de Vitoria.
  • Lienzo. Los cuadros expuestos son de los siglos XVII y XVIII. Destacan Cristo Crucificado, de José de Ribera, Cabeza de san Pablo, de Valdés Leal, y Martirio de san Andrés, de Miguel Jacinto Meléndez.
  • Plata. Contiene piezas de orfebrería desde el siglo XIII al XX. Se exponen cálices, cruces procesionales, custodias, portaviáticos y relicarios.


El Calvario de San Román de Eguileta es una las piezas más valoradas del Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava.


El Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava también se ocupa de llevar a cabo actividades de investigación, divulgación y recuperación de obras de parroquias de la diócesis alavesa.