sábado, 28 de mayo de 2016

Custodia de la catedral de Santa María de Toledo, de Enrique de Arfe

Enrique de Arfe (Colonia, 1475-¿?, 1545) se formó como orfebre en Alemania. Se estableció en España en 1506, en la ciudad de León. Sus primeros trabajos son en estilo gótico, custodia de la catedral de Santa María de León (1515), pero sus mejores trabajos son de hechura renacentista, custodia de la catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba (1518) y custodia de la catedral de Santa María de Toledo (1523).

Enrique de Arfe ejecutó la custodia de la catedral de Santa María de Toledo por encargo del cabildo catedralicio. Su fin era albergar el ostensorio de oro de la reina Isabel la Católica, obra de Jaume Aimeric.

Enrique de Arfe: Custodia de la catedral de Santa María de Toledo, 1524.
Estilo: Renacimiento.
Técnica: Mixta en esmalte, oro y piedras preciosas talladas.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 309 cm. de altura.
Catedral de Santa María, Toledo, España.


La custodia es una torre de planta hexagonal.

En el basamento de la custodia se distinguen en los entrepaños rectangulares los relieves El Prendimiento de Jesús, San Pedro cortando la oreja a un soldado, Cristo azotado, Jesús camino del Calvario, El Llanto sobre Cristo muerto y la Resurrección. En las caras internas de los netos se reconocen los profetas Amós, Oseas, Miqueas, Sofonías, Nahúm, Habacuc, Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías, Joel y Jonás.

Sobre el basamento se elevan seis pilares fasciculados coronados por pináculos y decorados con peanas, hornacinas con figuras de plata, escudos heráldicos y chambranas. Los pilares se unen a seis estribos mediante dos arbotantes cada uno, a dos alturas: el inferior, de tracería calada, rematado con figuras exentas que representan a san Pedro, san Pablo, san Andrés, Santiago el Mayor, san Bartolomé y san Juan Evangelista; el arbotante superior es curvado y de él brotan tornapuntas con crestería de hojas. Estos estribos asientan en ménsulas voladas adornadas con labor calada de grutescos y perillas pinjantes. Pilares y estribos llevan adosados columnillas que arrancan a diferentes alturas, y van jalonados de doseletes y ménsulas que cobijan treinta y cuatro figuras. Los estribos culminan con esculturillas exentas que representan a san Cristóbal, san Miguel Arcángel, san Sebastián, san Jorge, san Demetrio y san Mercurio.

En el interior de este cuerpo se aloja el ostensorio de oro, fijado sobre un pedestal de planta estrellada. Se trata de una custodia de tipo portátil. Su astil presenta un nudo en forma de templete escalonado en tres pisos; el principal alberga las figuras en bulto redondo esmaltadas de Santiago, Juan Bautista, san Pedro, san Pablo, san Juan Evangelista y la Virgen María. Un gollete prismático presenta hornacinas que albergan las figuras en relieve esmaltado de san Sebastián, san Cristóbal, san Francisco y la Virgen María. Un templete de seis columnas, adornado con espigas, racimos y pámpanos, está guarnecido con piedras preciosas y esmaltes; el templete cobija al viril, que está decorado con esmeraldas, granates y perlas, y se ve rematado por una cruz de brazos rectos cuajada de diamantes.

El remate de la custodia es un palomar cilíndrico con vanos por los que asoman palomas esmaltadas y un gran zafiro.

El cuerpo que acoge el ostensorio se cierra en su parte superior con una bóveda estrellada. La clave central lleva un pinjante de esmaltes y pedrería y dieciocho rosetas con cabezas de querubín. Además, se intercalan seis medallas con figuras de ángeles de medio relieve, tres de las cuales sostienen campanillas, las otras tres portaban incensarios. Hay doce cabujones esmaltados con estrellas.

Por encima de la bóveda hay un cuerpo con forma de corona. Está formado por arcos lobulados, que se adornan con cresterías de cardinas, perillas abalaustradas y engastes de piedras. De la base de esta corona penden seis ángeles que portan instrumentos de la Pasión. En este cuerpo se disponen placas con figuras en relieve de los cuatro evangelistas, san Francisco y san Jerónimo. Por encima, se sitúan las figuras en bulto redondo de los reyes David y Salomón, san Ildefonso, san Eugenio, san Julián y san Eladio están cobijadas bajo un arco y flanqueadas por ángeles. En el centro de la corona va alojada una figura de Cristo resucitado sobre pedestal.

Más arriba se observa otro coronamiento más pequeño. En el centro de la sección se aloja la figura de un adolescente en bulto redondo, flanqueada por cabecitas de querubines y, arriba, dos niños. En el interior, una figura exenta del Niño Jesús, desnudo, bendiciendo.

La cubierta final está formada por un cuerpo troncopiramidal, dentro del cual pende una campanilla. Sobre él se cierra un copete bulboso dentro de cuya clave está suspendida la Paloma del Espíritu Santo.

El remate de la custodia es una base adornada con pedrería, con una cruz de plata dorada, con 86 perlas y dos esmeraldas, obra del orfebre Láynez.

La custodia descansa sobre una peana de plata con sobrepuestos de bronce, en forma de artesa y sostenida por cuatro ángeles de plata, realizada en 1742 por el platero Manuel Bargas Machuca, siguiendo modelos del escultor Narciso Tomé.

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