sábado, 26 de septiembre de 2020

Venus del espejo, de Velázquez

Diego Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor barroco español más universal. Se formó en Sevilla a la sombra de Herrera el Viejo y Francisco Pacheco. En 1623 se instaló en Madrid y fue nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Viajó a Italia en dos ocasiones (1629 y 1649). Pintó cuadros costumbristas, históricos, de paisajes, religiosos, retratos, mitológicos y de desnudo, la Venus del espejo (1647-1651) combina estos dos últimos géneros. El rey Felipe IV le nombró caballero de la Orden de Santiago (1658).

Diego Velázquez: Venus del espejo, 1647-1651.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Desnudo y mitológico.
Dimensiones: 122 x 177 cm.
National Gallery, Londres, Reino Unido.


Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad, aparece desnuda en su cama, acostada sobre el lado derecho, dispuesta de derecha a izquierda, dando la espalda al espectador, con el cabello recogido y con el brazo derecho doblado para recibir la cabeza, se mira en un espejo que sostiene su hijo Cupido, dios del amor; en el espejo aparece reflejado su rostro, pero difuminado. Cupido se ofrece desnudo y con alas de ángel, adornado con una banda celeste que le cruza el pecho y la espalda y otras fucsia, que cuelgan de sus brazos y sobre el marco del espejo, se encuentra en la cama con la rodilla izquierda apoyada sobre esta y la derecha doblada. La cama se cubre con una sábana blanca y otra gris y parte del fondo de la estancia con una cortina carmesí, que deja ver la pared ocre.

 La composición guarda un equilibrio entre la disposición diagonal de Venus y la vertical de Cupido, el espejo y el cortinaje.

 El dibujo es nítido, con los contornos perfilados, excepto en el rostro de Venus, lo que demuestra el dominio perfecto que Velázquez tenía de la perspectiva aérea.

 La pincelada es suelta.

 La luz es abundante y cálida y sirve para reforzar el blanco marfileño del cuerpo de Venus.

 La paleta de colores es escasa; se reduce a blanco, gris, ocre y rojo.

 Velázquez fue original al mostrar a Venus con cabello oscuro y un cuerpo bello que contrasta con un rostro vulgar, pues su intención era hacer reflexionar al espectador acerca de la belleza caduca, la vanidad y la verdad.

 Velázquez se inspiró en la Venus dormida (1510), de Giorgone, y en la Venus de  Ufizzi (1538), de Tiziano, pero, al contrario que estos, dispuso a Venus dando la espalda al espectador. Ello se explica porque en la España del Siglo de Oro imperaba el espíritu contrarreformista, que hacía ver el desnudo femenino como algo pecaminoso; tuvo como consecuencia que los cuadros de desnudos fuesen pocos y que solo apareciesen en colecciones reales y nobiliarias. Sin embargo, Velázquez abrió el camino a pintores posteriores que se atrevieron a pintar el desnudo femenino sin ninguna limitación, caso de Goya en la Maja desnuda (antes de 1800) y Manet en Olympia (1865).

 La Venus del espejo quizá la encargase Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio, cortesano cercano al rey Felipe IV. También pasó por las manos de Francisco Álvarez de Toledo, X duque de Alba, y estuvo en manos de la Casa de Alba hasta 1802, cuando el rey Carlos IV ordenó a la Casa de Alba lo vendiese a Manuel de Godoy. El cuadro fue robado durante la Guerra de Independencia (1808-1814) y llevado a Inglaterra, donde fue comprado por John Morrit en 1813. Por último, el Fondo de las Colecciones de Arte Nacionales la compró en 1906 para la National Gallery. La sufragista Mary Richardson atacó el cuadro en 1914 y, desde entonces, fue restaurado aquel año y en 1965.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Crismón de la catedral de San Pedro de Jaca, del maestro de Jaca

El maestro de Jaca es el escultor del crismón de la catedral de San Pedro de Jaca, que se encuentra en la fachada occidental de la misma, la llamada Magna Porta, y se fecha hacia 1115.

Maestro de Jaca: Crismón de la catedral de San Pedro de Jaca, hacia 1115.
Técnica: Piedra tallada.
Estilo: Románico.
Temática: Religiosa.
Catedral de San Pedro de Jaca, España.

 

En la base del crismón se lee la inscripción latina “VIVERE SI QVERIS QVI MORTIS LEGE TENERIS, HVC SVPLICANDO VENI RENVENS FOMENTA VENENIS, COR VICIIS MVNDA, PEREAS NE MORTE SECVNDA”, que se traduce por “Si quieres vivir, tú, que estás sometido a la ley de la muerte, ven aquí suplicante, renunciando a los alimentos venenosos. Limpia de vicios tu corazón para que no perezcas de una segunda muerte”.

El crismón cuenta con ocho brazos que terminan en remates triangulares. Está dentro de una orla en la que se lee la inscripción latina “HAC IN SCVLTVRA LECTOR SI GNOSCERE CVRA, P, PATER, A, GENITVS, DVPLEX EST, SPS, ALMVS, HII TRES IVRE QVIDEM DOMINVS SVNT VNVS ETP IDEM”, que se traduce por “En esta escultura, lector, debes interpretar lo siguiente: P, el Padre, A, el Hijo, SPS, doble es el Espíritu. Estos tres son en verdad por derecho propio un único y mismo Señor”. En el brazo central superior se lee la letra P, en el brazo central inferior la S, en el brazo izquierdo la Alfa griega y en el brazo derecho la Omega griega, además se lee la X, como resultado del cruce de los brazos en aspa del crismón. Entre los brazos del crismón se cuentan ocho pétalos de margaritas.

A la derecha del crismón un león con la boca abierta tiene bajo sus garras a un oso y a un basilisco, y sobre él se lee la inscripción latina “IMPIVM MORTIS CON, CVLCANS E LEO FORTIS”,  que se traduce por “El poderoso león aplasta al imperio de la muerte”. 

A la izquierda del crismón un león con la boca cerrada protege bajo sus garras a un penitente que se postra ante él mientras caza una serpiente, y sobre él se lee la inscripción latina “PARCERE STERNENTI, LEO SCIT XPSQ PETEND”, que se traduce por “El león sabe perdonar al caído, y Cristo a quien le implora”.

Los símbolos son los siguientes: el crismón es la Trinidad, el círculo que encierra el crismón representa el cielo, las margaritas el paraíso, la Alfa y la Omega al Señor como principio y fin de la creación del mundo, la P al Padre, la S al Espíritu Santo y la X a Cristo, el león a la justicia, la lucha contra el mal y protege el paraíso, el oso, la serpiente y el basilisco el mal y el penitente al creyente que busca a Dios.

Los textos completan una escena llena de simbología que insiste en la idea de la Trinidad, del señor como principio y fin de la creación, el triunfo del bien sobre el mal y en la necesidad de encaminarse al Señor suplicando su perdón.

Las inscripciones y las imágenes eran explicadas por el sacerdote a los feligreses, analfabetos en su inmensa mayoría.

En cuanto a los aspectos formales el crismón de la catedral de San Pedro de Jaca se ajusta a los de la escultura románica, que sacrificaba la belleza formal en favor de la trasmisión del mensaje doctrinal. La función principal es didáctica. Se trata de un bajorrelieve con un acusado antinaturalismo.

El crismón de la catedral de San Pedro de Jaca se convirtió en un icono de la escultura románica de carácter trinitario del Camino de Santiago. Además, influyó en la escultura de Aragón, Cataluña y sur de Francia.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Museo de Guadalajara

El Museo de Guadalajara es el museo provincial más antiguo de España. Abrió al público el 19 de noviembre de 1838 con la denominación Museo Provincial de Guadalajara teniendo la sede en el palacio de Antonio Mendoza. En 1873 fue trasladado al palacio del Infantado y en 1898 al convento de la Concepción, donde permaneció un año. Las colecciones permanecieron en el palacio de la Diputación de Guadalajara entre 1899 y 1972. A continuación, las obras fueron restauradas y llevadas al palacio del Infantado, sede del actual Museo de Guadalajara.

Juan Carreño Miranda pintó La aparición de la Virgen y el Niño a san Francisco entre 1660 y 1670 y es una de las obras más valoradas del Museo de Guadalajara.


Las colecciones del Museo de Guadalajara están organizadas en tres secciones:
  • Bellas Artes. Es la más antigua del museo y está formada por obras procedentes de los establecimientos religiosos extinguidos en aplicación de la Ley de Desamortización de Mendizábal de 1836, además de donaciones y adquisiciones. Son obras de los siglos XV al XXI. Destacan las esculturas San Joaquín, santa Ana y la Virgen Niña y Primeros pasos de Jesús, ambas de 1692 y de Luisa Roldán, y las pinturas Virgen de la Leche (1659), de Alonso Cano, y Aparición de la Virgen y el Niño a san Francisco (1660-1670), de Juan Carreño Miranda.
  • Arqueología. Reúne los objetos procedentes de las excavaciones llevadas a cabo en la provincia de Guadalajara. Destaca la escultura Zenón de Afrodisias (mediados del siglo II).
  • Etnografía. Muestra objetos relacionados con la artesanía, cultura popular y formas de vida de los pueblos de la provincia de Guadalajara. Destacan las caretas de Botarga.


Primeros pasos de Jesús (1692) es una de las obras de Luisa Roldán que se conservan en el Museo de Guadalajara.

  
La exposición permanente del Museo de Guadalajara se abrió en 2007 y lleva el nombre de Tránsitos. En ella se exhiben las piezas más destacadas de las secciones que componen el museo.

Además, el Museo de Guadalajara dispone de espacio para exposiciones temporales, taller de restauración, sala de investigadores y biblioteca especializada.