sábado, 7 de noviembre de 2015

Sánchez Cotán

Juan Sánchez Cotán (Orgaz, 1560-Granada, 1627) se formó como pintor en el taller de Blas de Prado, con quien mantuvo una relación profesional hasta su muerte en 1599. Recibió la influencia de algunos de los pintores que trabajaron en decorar el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, caso de Juan Fernández Navarrete y Luca Cambiasso. Hasta 1603 desarrolló su carrera profesional en la ciudad de Toledo, donde pintó bodegones que le dieron la fama, caso de Bodegón con caza, hortalizas y frutas (1602) y Bodegón con cardo y zanahorias (1600-1603). Ese año ingresó como hermano lego en el monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de Granada de la Orden de los Cartujos, donde pintó cuadros religiosos, caso de Aparición de la Virgen del Rosario a los cartujos y La Virgen despertando al Niño.

Bodegón con cardo y zanahorias (1600-1603). Los bodegones de Juan Sánchez Cotán son de una austeridad mística.
  

Las características de la pintura de Juan Sánchez Cotán son las siguientes:
·       Composiciones armoniosas con un sentido geométrico muy depurado, además de austeras y sobrias.
·         Monumentalidad de las figuras representadas.
·         Dibujo preciso que permite representar la naturaleza hasta el mínimo detalle.
·      Tenebrismo, con un contraste acusado entre las zonas de luz y las de sombra, además de usar una luz artificial que muchas veces parece salir de los objetos o de las figuras dibujadas.
·         Reducida gama cromática.
·         Uso de efectos ilusionistas.
·         Temática reducida: bodegones, retratos y cuadros religiosos.
·         Los valores transmitidos son el ascetismo y el misticismo.

Sin ser una característica pictórica sí fue una práctica habitual de Juan Sánchez Cotán dejar sin fechar muchas de sus obras. De muchos cuadros sólo se puede decir que son de antes o después de 1603 por el  testamento que dictó antes de entrar en el monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de Granada.

La carrera profesional de Juan Sánchez Cotán pasó por dos etapas:
·         Toledana, hasta 1603.
·         Granadina, de 1603 a 1627.

Durante la etapa toledana (hasta 1603) Juan Sánchez Cotán pintó retratos, cuadros religiosos y bodegones.

Pintar retratos fue la principal ocupación durante esta etapa, pero sólo uno que se sepa con certeza es suyo, La barbuda de Peñaranda (1590), una mujer barbuda y rasgos faciales masculinos.

De entre los cuadros religiosos destaca Cristo y la samaritana del convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo. Otros cuadros religiosos son San Juan Evangelista en Patmos y Niño Jesús con la Cruz.

En Bodegón de caza, hortalizas y fruta (1602) aparece el cardo, una hortaliza que se repite en varios bodegones de Juan Sánchez Cotán.
  

Las mejores obras de la etapa toledana son los bodegones. En ellos Juan Sánchez Cotán consigue imitar la naturaleza hasta reproducirla tal cual en color, textura y volumen. Lo consigue mediante un dibujo preciso hasta el más pequeño detalle. Los elementos que componen el bodegón se sitúan en el interior de una fresquera, lo que permite incorporar un fondo negro sobre el que resalta el objeto pintado, que focaliza la luz. Los objetos representados son las más de las veces frutas, hortalizas y piezas de caza; el más repetido es el cardo dado que era una hortaliza de consumo corriente en aquellos años. La composición sigue siempre el mismo esquema; los elementos se disponen en ángulo desde una de las esquinas del lienzo. Son bodegones que por su austeridad en los elementos que lo componen y en la gama de colores consiguen transmitir sensación de silencio y quietud y excitar la contemplación y el misticismo.

Todos los bodegones fueron pintados entre 1600 y 1603.

En Bodegón con membrillo, repollo, melón y pepino todos los elementos se alejan del fondo negro de manera progresiva; el membrillo y el repollo cuelgan del techo por cordeles blancos; el melón y el pepino se disponen sobre la base de la fresquera. El melón se presenta abierto en el centro de la composición, y su luz blanca deslumbra. Cierran el bodegón una raja de melón y un pepino.

Bodegón con membrillo, repollo, melón y pepino, (1600-1603). Los elementos representados se disponen desde el fondo hacia primer plano y de izquierda a derecha.
  

Bodegón con aves de caza y verduras es una variación del anterior en el que se ha introducido un elemento nuevo, cuatro pájaros.

Bodegón con flores, hortalizas y un cesto de cerezas es una obra singular por cuanto es la única que incluye flores. El elemento central es un cesto de mimbre lleno de cerezas adornado con claveles; en la base de la fresquera hay un manojo de espárragos, un plato de judías verdes y flores, en concreto, alhelíes, azucenas y rosas. El lienzo fue pensado para colocarlo en altura y así apreciar su perspectiva.

Bodegón con flores, hortalizas y cesto de cerezas (1600-1603) es el único bodegón de Juan Sánchez Cotán en el que aparecen flores.
  

Bodegón con cardo y zanahorias es el ejemplo del conocido como bodegón de cuaresma español en el que la austeridad y escasez de elementos es característica radical. Los elementos representados son un cardo, que se apoya formando una línea curva sobre el ángulo recto que forma una de las esquinas de la fresquera, y cuatro zanahorias. El cardo hace las veces de foco de luz.

Bodegón de caza, hortalizas y frutas (1602) es generoso en comestibles si se compara con los otros bodegones. Se cuentan diez pájaros de caza, siete manzanas, tres limones, un cardo, tres zanahorias y dos rábanos; las manzanas, los limones y cuatro pájaros están sujetos al techo de la fresquera por unos cordeles. Se aleja del bodegón de cuaresma.

Juan Sánchez Cotán ingresó en 1603 como hermano lego en el monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de Granada dando inicio la etapa granadina (1603-1627). Durante estos años las pinturas son de temática religiosa, inspirada en los Evangelios y en la historia de los cartujos, y sirvieron para decorar el monasterio cartujo de Granada.

Aparición de la Virgen del Rosario a los cartujos (1603). Juan Sánchez Cotán pintó sólo cuadros de temática religiosa tras su ingreso en la Orden de los Cartujos en 1603.
  

Destaca la serie Pasión por su patetismo: Huida a Egipto, en la que la Virgen y el Niño forman una composición piramidal cerrada; Última cena, en la que la disposición de tres apóstoles de espaldas al espectador hace más verosímil la escena; San Pedro y san Pablo por el dominio de la perspectiva dentro de un retablo fingido en grisalla; Visión de san Hugo, con un rompimiento de gloria que separa la escena superior en la que aparecen Jesús de Nazaret, la Virgen María y san Juan Bautista de la inferior en la que se reconoce a san Hugo; Aparición de la Virgen del Rosario a los cartujos, lienzo en el que Juan Sánchez Cotán pudo haberse autorretratado en el monje que aparece en primer plano a la derecha; y Virgen despertando al Niño, una escena íntima, delicada y elegante que tiene lugar en la cocina de una pobre casa castellana de la época, con un menaje escaso de barro y latón, y un fogón y una vela que sirven para iluminar la escena. En las pinturas de la Cartuja de Granada la luz artificial está muy trabajada.

Virgen despertando al Niño (1603) es uno de los lienzos que adornaron el monasterio cartujo de Nuestra Señora de la Asunción de Granada. Hoy se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Granada.
  

Dentro de la etapa granadina hubo un paréntesis de dos años, de 1610 a 1612, en los que Juan Sánchez Cotán se trasladó al monasterio cartujo de Santa María de El Paular. A petición de su sobrino Alonso Sánchez Cotán pintó un retablo para la iglesia de San Pablo de los Montes (Toledo), Muerte de san Bruno y San José con el Niño.

Juan Sánchez Cotán es una de las personalidades más singulares dentro de la pintura española. En tanto que pintor de bodegones es el primer español de quien se conoce bodegones (los de Blas de Prado no se conservan); consiguió que el bodegón dejase de ser un género menor; dotó al bodegón español de personalidad propia, distinguiéndose de sus contemporáneos flamencos, llenos de manjares; e influyó en los de Juan van der Hamen y Zurbarán. En tanto que pintor de obras religiosas las suyas de la Cartuja de Granada influyeron en las de Vicente Carducho para el monasterio de Santa María de El Paular a finales de los años veinte y primeros treinta del siglo XVII.

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