viernes, 1 de diciembre de 2017

Inmaculada del facistol, de Alonso Cano

Alonso Cano (Granada, 1601-1667) fue arquitecto, escultor y pintor barroco. Se formó en los talleres de su padre Miguel, Francisco Pacheco y Juan Martínez Montañés. Como escultor forma parte de la escuela andaluza junto con el ya citado Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena y José de Mora. De entre sus muchas esculturas destaca Inmaculada del facistol (1655), su obra maestra.

Obras de Alonso Cano precedentes de la Inmaculada del facistol son la escultura Virgen de Lebrija o Virgen de la Oliva (1630) y el lienzo Inmaculada del Museo diocesano de arte sacro de Vitoria (1650). Obra suya posterior a la Inmaculada del facistol e inspirada en esta es la Inmaculada del Museo de Bellas Artes de Granada (1657).

Alonso Cano: Inmaculada del facistol, 1655.
Estilo: Barroco.
Técnica: Madera policromada.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 55 cm.
Catedral Metropolitana de la Encarnación, Granada, España.


La Inmaculada del facistol se trata de una imagen de la Virgen María aún niña. Es de pequeño tamaño, 55 cm., tallada en madera de cedro y policromada en azul cobalto el manto, verde pastel la túnica, blanco y rosado la piel y oro el cabello. Los colores se presentan puros y uniformes, sin tonalidades. Se esculpió para ser contemplada sobre el facistol del coro de la catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada, pero una vez finalizada se ubicó en la sacristía.

La imagen de la Virgen María se sostiene sobre una base compuesta por tres cabezas de querubines que se integran en una nube.

La Virgen viste un manto azul cobalto y una túnica verde pastel. El manto sigue una línea helicoidal, que cubre el hombro izquierdo de la Virgen y cae hasta los pies ocultando la pierna derecha y dejando sin cubrir la izquierda desde la rodilla; los pliegues son amplios y voluminosos. La túnica cubre el busto, hombro derecho, brazos y pierna izquierda desde la rodilla, además sirve para ocultar los pies; los pliegues no son tan aparatosos como los del manto. La túnica y el manto ocultan la silueta de la Virgen. La línea helicoidal se compensa en parte por la caída vertical del manto por detrás de la Virgen y la túnica cubriendo la pierna izquierda.

Las manos de la Virgen están desplazadas hacia su lado izquierdo y aparecen unidas por las yemas de los dedos.

El rostro de la Virgen se ajusta al tipo de belleza que canonizó Alonso Cano: cara ovalada, ojos grandes, nariz fina, boca pequeña, piel pálida, mejillas sonrosadas y cabello rubio, largo y peinado con raya en medio. La cabeza está apenas inclinada hacia abajo y hacia la derecha de la Virgen.

Alonso Cano fijó su canon de belleza femenina en la Inmaculada del facistol.


Alonso Cano pretendía hacer llegar al espectador los mensajes cristianos de inocencia, amor, obediencia, eternidad y gracia. Para transmitir la inocencia eligió a la Virgen María en su niñez; el de amor uniendo las manos por las yemas de los dedos; el de obediencia inclinando la cabeza hacia delante; el de eternidad adoptando la Virgen la forma del ciprés, estrecha por abajo y por arriba y ancha en el centro; y el de gracia porque eligió el momento de la vida de la Virgen en el que es elegida para protagonizar la concepción sin pecado para ser madre de Dios. Los colores elegidos para vestir a la Virgen refuerzan los mensajes por su simbolismo: el azul comunica nobleza, eternidad y que es la reina de los cielos, el blanco pureza, el verde transmite esperanza, el rosa agradecimiento y el dorado del cabello el triunfo de la gloria tras la muerte.

Domingo Sánchez Mesa, catedrático de la Universidad de Granada, dijo de la Inmaculada del facistol que es “una de las piezas más bellas del Barroco”, (2001). Además, sirvió para establecer el estereotipo de Inmaculada que ha quedado desde entonces en el imaginario español. 

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