sábado, 6 de junio de 2015

San Jerónimo penitente, de Torrigiano

Pietro Torrigiano (Florencia, 1472-Sevilla, 1528) se formó como escultor en Florencia y Roma. Tras una disputa con Miguel Ángel abandonó Italia. En Inglaterra realizó los Sepulcros de Enrique VII e Isabel de York, en Westmister, ambos de 1512. Se instaló en Granada en 1520 y en Sevilla desde 1525 donde llevó a término ese mismo año dos de sus obras más sobresalientes, Virgen con el Niño y San Jerónimo penitente.

Pietro Torrigiano: San Jerónimo penitente, 1525.
Estilo: Renacimiento.
Técnica: Barro cocido policromado.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 169 cm. de altura.
Museo de Bellas Artes de Sevilla, España.


San Jerónimo penitente fue hecho por encargo del monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla.

A san Jerónimo se le representa medio arrodillado de la pierna izquierda. Con la mano izquierda empuña una cruz hacia la que dirige su mirada. En la mano derecha porta una piedra con la que martirizarse a golpes en el pecho por sus pecados. Por último, un paño le cubre la parte inferior del cuerpo desde las caderas, dejando ver la pierna derecha.

Torrigiano eligió para ejecutar la escultura el barro cocido, técnica muy utilizada en Italia y en Sevilla desde el siglo XV. La ductilidad del barro cocido le permitió hacer un estudio perfecto de la anatomía de san Jerónimo, mostrando una musculatura y una piel características en un anciano.

La fuerza expresiva se concentra en el rostro, realista en su expresión ascética. San Jerónimo se encomienda al Señor y dirige la mirada hacia la cruz, símbolo del sacrificio de Jesús de Nazaret para la redención de los hombres. Torrigiano quiere hacer llegar al espectador que la penitencia es el camino correcto en la superación y ennoblecimiento del espíritu del creyente.

Torrigiano fijo la iconografía de san Jerónimo con San Jerónimo penitente. Es una obra renacentista, pero por su fuerza expresiva ejerció una influencia decisiva en el barroco italiano y español, sobre todo en la imaginería sevillana, y entre los escultores Jerónimo Hernández y Martínez Montañés.

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