sábado, 15 de enero de 2022

Museo de la Iglesia

El Museo de la Iglesia con sede en la santa iglesia basílica catedral de San Salvador de Oviedo se creó en 1985 por decreto del arzobispo don Gabino Díaz Merchán. Está situado en el claustro alto de la catedral, obra de Francisco de la Riva en 1729. Las obras de adopción del claustro en museo fueron realizadas en 1982 bajo dirección del arquitecto Antonio González-Capitel.

En el Museo de la Iglesia se muestra el mensaje cristiano mediante obras de arte. Ocupa un vestíbulo y ocho salas:

  • Vestíbulo. En el principio. Se presenta una síntesis del misterio de la Salvación. Destacan los relieves Anunciación a María y Encarnación del Señor, del siglo XV, de Alejo de Vahía, y Crucificado, escultura del siglo XVII, de Luis Fernández de la Vega.
  • Sala I. Llamada y Camino. Invitación al cristiano a seguir las huellas de Cristo. Piezas a destacar son una campana del siglo XIV, una cruz procesional del siglo XV y la Vera effigies del rey Alfonso XI, que visitó la catedral en 1345.
  • Sala II. Bajo el signo de la Cruz. El seguimiento de Cristo conlleva sacrificio. Se muestran cuatro tipos de cruces: una cruz latina, del siglo XIII, de la parroquia de Santa María de Tiñana; una cruz gótica de 1500 acompañada por cetros, obra de Enrique de Arfe; una cruz bizantina, del siglo XVI, hecha en el Monte Atos; y una cruz barroca, del siglo XVII, con dos ciriales, del siglo XVIII, de la parroquia de Santa María la Real de la Corte.
  • Sala III. Con María, la Madre de Jesús. Pretende resaltar el papel de María asociada a la obra de la Redención. Tiene como pieza señera Asunción y Coronación de la Virgen, una tabla flamenca del siglo XV, atribuida a Pedro de Mayorga, el maestro de Palanquines. Otra obra importante es Cristo de la Expiración, atribuido a Manuel Pereira, del siglo XVII, de la parroquia de Santa María de la Paz de Vidiago.

A Pedro Mayorga se le atribuye Asunción y Coronación de la Virgen, una tabla flamenca del siglo XV.

  

  • Sala IV. El pan que da vida. Se realiza el milagro de la Eucaristía. Se reúnen objetos litúrgicos variados del siglo XVIII donados por el obispo don Agustín González Pisador, que gobernó la diócesis ovetense entre 1760 y 1791, y por el sacerdote don Valeriano Muñoz.
  • Sala V. In Ecclesia Sancta. Resalta el misterio de la Iglesia y en ella la nota de santidad participada de la de Cristo Redentor. Está presidida por el retablo del Apóstol san Pedro, del siglo XVIII, donado por doña María del Carmen Graña. También hay que citar los altorrelieves Cristo Varón de Dolores y Mater Dolorosa, del siglo XVIII, obra de Antonio Borja.
  • Sala VI. Participando en la Pasión de Cristo. Todos los objetos acentúan el significado de la Pasión. Llama la atención una réplica de la Cruz procesional de San Salvador de Fuentes, del siglo XII, cuyo original se encuentra en el Metropolitan Museum de Nueva York. Otras obras importantes de esta sala son los cuatro bocetos de La Pasión de Mariano Salvador Maella, del siglo XVIII, y Santa Eulalia yacente, una terracota del siglo XVIII.
  • Sala VII. Alabad al Señor, cielos y tierras. A través de ornamentos sagrados, relicarios y variados objetos del culto divino y de la piedad popular, se pone de relieve la idea de la alabanza y de los ritos sagrados que celebra la Iglesia en su etapa terrestre. Está presidida por el facistol de José Bernardo de la Meana, del siglo XVIII. Se muestran ornamentos del culto litúrgico destacando la Cruz de la abadía de Genero, del siglo XVI, una casulla de terciopelo rojo con las efigies de san Pedro y san Pablo, del siglo XVI, el Missale Ovetense, de 1563, un Cantoral con el Officium Defunctorum, del siglo XVII, dos custodias de Santiago de Peón y de Santa María de Cadanai, de los siglos XVII y XVIII, dos capas pluviales del taller toledano de Alfonso Medrano, del siglo XVIII, el Officia Propia Sanctorum Diocesis Ovetensis, del siglo XVIII, y el Octavarium Ovetense, del siglo XIX.
  • Sala VIII. La Gloria celeste. En la Gloria de Dios Padre. Amén. Se ofrece entre otros el cuadro de Ignacio Abarca Valdés Santa Eulalia de Mérida, del siglo XVIII, sobre lámina de cobre, y el de José Pérez Jiménez Exaltación Celeste de Santa Teresa Journet, del siglo XX, en memoria de quien fundó el Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. También hay que mencionar la escultura San Sebastián, del siglo XVIII, atribuida a Antonio Borja.


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