viernes, 26 de abril de 2019

La familia de Carlos IV, de Goya

Francisco de Goya (Fuendetodos, España, 1746-Burdeos, Francia, 1828) se formó como pintor en el taller de José Luzán (1760-1761), en la Real Academia de Bellas de San Fernando (1763-1766), en Roma (1770-1771) y con Francisco Bayeu a su regreso a España. Destacó como cartonista, grabador y pintor; como cartonista en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara (1775-1792); como grabador con sus series Los Caprichos (1799), Los Desastres de la Guerra (1815), La Tauromaquia (1816), Los Disparates o Proverbios (1820-1823) y Los toros de Burdeos (1825); y como pintor desarrolló los más diversos géneros: religioso con los  Frescos de la iglesia de San Antonio de la Florida (1789), histórico con El dos de mayo de 1808 en Madrid y El tres de mayo de 1808 en Madrid (ambos de 1814), y el retrato con Los duques de Osuna y sus hijos (1788), La duquesa de Alba (1795), La condesa de Chinchón (1800) y La familia de Carlos IV (1800-1801). Entre su producción más singular se cuentan las Pinturas Negras de la Quinta del Sordo en Madrid (1800-1823). Fue nombrado pintor del rey en 1786, pintor de cámara en 1789 y primer pintor de cámara en 1799.

Goya: La familia de Carlos IV, 1800-1801.
Estilo: Neoclasicismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 280 x 336 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


La familia de Carlos IV se trata de un retrato colectivo de la familia real española. Lo encargó el rey, por sugerencia de Godoy, para impresionar al nuevo embajador francés, Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón. Carlos IV iba a restablecer relaciones con Francia y quería hacer llegar a Napoleón la idea de grandeza y permanencia de la Casa de Borbón española. Por ello, aparecen retratados todos los miembros de la familia real que en aquel momento lo eran y los que estaban por incorporarse, caso de la  futura esposa del que sería Fernando VII.

Goya empezó a trabajar en el cuadro en mayo de 1800, mientras la familia real residía en el Palacio de Aranjuez. Para julio ya había realizado los bocetos de cada miembro de la familia real, lo que evitó reunir a toda la familia y hacerla posar durante varias sesiones. Todos los bocetos tienen como característica una imprimación roja y rasgos faciales monocromáticos y uniformes en la tonalidad. Después de definir los planos y las proporciones se añadían los matices de color. El cuadro fue terminado en diciembre de 1801, cuando fue presentado a Carlos IV, quien dio el visto bueno.

La composición es neoclásica por cuanto los personajes se disponen de pie en un espacio reducido entre el primer plano y la pared del fondo.

Los personajes se organizan en tres grupos. En el central aparecen los reyes Carlos IV y su esposa María Luisa, con sus hijos pequeños María Isabel y Francisco de Paula. En el izquierdo se reconocen el infante Carlos María Isidro, el futuro Fernando VII, la que iba a ser su futura esposa,  y a doña María Josefa, hermana del rey. En el derecho aparecen don Antonio Pascual, hermano del rey, la infanta Carlota Joaquina, hija mayor de los reyes y, cerrando el grupo, el matrimonio formado por don Luis de Parma y María Luisa Josefina, hija del rey, que lleva en brazos al hijo de ambos, Carlos Luis. Todos los personajes parecen vestidos de gala: los hombres con las condecoraciones de la Orden de Carlos III, el Toisón de Oro y la Orden de San Genaro, además Carlos IV lleva las insignias de las Órdenes Militares y la Orden de Cristo de Portugal; las mujeres visten a la moda Imperio, enjoyadas y con la banda de la Orden de María Luisa. A la izquierda, detrás de un cuadro de grandes proporciones se reconoce a Goya. Cierran la estancia dos cuadros colgados en la pared: en el de la izquierda aparece una escena sobre los amores de Hércules y Onfale y en el de la derecha un paisaje donde aparecen tierras a ambos lados de un mar.

Los mensajes que los reyes quieren hacer llegar están muy pensados y Goya los pone de manifiesto a través de la disposición de cada personaje y de sus gestos. Carlos IV y el futuro Fernando VII, aunque formando parte de grupos distintos, aparecen en primer plano; la reina María Luisa protege a su hija María Isabel frente a la aspiración de Napoleón de casarse con ella, luego la casaron con su primo Francisco I de las Dos Sicilias; el infante Carlos María Isidro aparece sujetando por la espalda a su hermano Fernando, en señal de apoyo, aunque con los años Carlos María Isidro liderase el bando carlista frente a los isabelinos en la Primera Guerra Carlista (1833-1840); junto al futuro Fernando VII aparece una mujer que esconde su rostro, dado que en ese momento aún no se sabía quién iba a ser la esposa del futuro rey, de hecho primero se pensó en la princesa Carolina de Sajonia-Weimar, pero lo fue la infanta María Antonia de Nápoles. En cuanto a los cuadros que cuelgan de la pared se especuló con la idea de que en el izquierdo se tratase el tema de Lot y sus hijas para así denunciar el libertinaje de la familia real, sin embargo, se trata de Hércules y Onfale con el fin de vincular la familia real española con Hércules; en el cuadro de la derecha las tierras a ambos lados del mar hacen referencia a España y las Indias.

La paleta de colores es escasa: azules, blancos, dorados, negros y rojos. Destaca el cromatismo de los trajes; para las mujeres se reservan blancos y dorados y para los hombres azules, negros y rojos.

La pincelada está lejos de ser neoclásica por cuanto el color se impone al dibujo. Es por ello, una pincelada casi impresionista.

La luz permite resaltar los volúmenes y diferenciar los distintos planos.

El virtuosismo técnico de Goya se aprecia en las calidades de los tejidos, joyas y condecoraciones.

Se dice que Goya con este cuadro pintó una caricatura de la familia real española. Tal cosa es falsa por cuanto de haber sido así el lienzo habría sido destruido y Goya habría caído en desgracia y no fue así. El cuadro pasó a formar parte de la colección del Palacio Real de Madrid y la carrera profesional de Goya cobró nuevo impulso.

Hay que citar como precedentes de La familia de Carlos IV los cuadros Las Meninas (1656), de Velázquez, La familia de Felipe V (1743), de Van Loo, y La familia del infante don Luis (1784), de Goya.

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