Diego de Siloé (Burgos,
1495-Granada, 1563) fue arquitecto y escultor renacentista. Se formó con su padre
Gil de Siloé y Felipe Bigarny. Viajó a Italia entre 1517 y 1519, donde terminó
de formarse estudiando a los artistas italianos.
La carrera
profesional de Diego de Siloé pasó por dos etapas:
- Burgalesa, de 1519 a 1528.
- Andaluza, de 1528 a 1563.
La etapa burgalesa (1519-1528) le sirvió a
Diego de Siloé para evolucionar como arquitecto del estilo gótico al
renacentista. La obra más importante es la Escalera Dorada de la catedral de
Santa María de Burgos, que se construyó entre 1519 y 1522. Sustituyó a la
escalera románica anterior, destruida tres años antes. Salva el desnivel entre
la puerta de la Coronería y el interior de la catedral en el crucero norte.
Consta de tres tramos, que en dos alturas acoge tres hornacinas en forma de
arco de triunfo. La Escalera Dorada está decorada con querubines, escudos de
armas y ornamentos vegetales. La baranda de hierro es obra del maestro Hilario.
La Escalera
Dorada de la catedral de Santa María de Burgos es una de las obras más
importantes de Diego de Siloé.
La etapa andaluza (1528-1563) de Diego de
Siloé es de plenitud renacentista. Sus obras más sobresalientes son la Santa
iglesia catedral metropolitana de la Anunciación de Granada, la iglesia del
monasterio de San Jerónimo de Granada, la Sacra Capilla de la iglesia del
Salvador de Úbeda y la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Illora.
Diseñar la Santa iglesia catedral
metropolitana de la Anunciación de Granada encumbró a Diego de Siloé como
arquitecto renacentista.
Diego de Siloé
se hizo cargo de las obras de la Santa iglesia catedral metropolitana de la
Anunciación de Granada en 1529. Modificó el proyecto de Enrique Egas, de estilo
gótico, para convertir la catedral granadina en un edificio renacentista. La
planta es de cinco naves. Los soportes imitan a los que utilizó Rossellino en
la catedral de Nuestra Señora de Asunción de Pienza, pilar cuadrado con
columnas corintias sobre pedestales adosadas en los frentes, un segmento de
entablamento y un pilar. A la cabecera se accede a través de un arco de triunfo
alabeado; está formada por la capilla mayor, cubierta por una gran cúpula, que
permite iluminar el altar mayor, doble girola y nueve capillas absidiales,
cinco de mayor tamaño. Las obras de la catedral terminaron en 1537.
La iglesia del
monasterio de San Jerónimo de Granada se ajusta al modelo de iglesia de la
Orden de San Jerónimo, de cruz latina, coro elevado a los pies y altar tras una
escalinata. La decoración es abundante a base de casetones, veneras y grupos
escultóricos.
La iglesia del
Salvador de Úbeda la mandó construir Francisco de los Cobos en 1536, del
proyecto inicial se encargó Diego de Siloé, de su realización Andrés de
Vandelvira, de la decoración Esteban Jamete y de la reja Francisco de
Villalpando. La construcción se inició en 1540 y se consagró en 1559. La Sacra
Capilla se concibió como lugar de enterramiento de la familia De los Cobos.
Presenta nave central de 22 x 11 m. y una altura de 28 m., capillas laterales
entre contrafuertes y una cabecera circular cubierta con una gran cúpula. Como
elementos decorativos destacan figuras humanas –cariátides, atlantes y hermes–,
heráldicos, de divinidades clásicas, del Antiguo Testamento y de la vida de
Jesús de Nazaret.
Vista de la
cúpula de la Sacra Capilla de la iglesia del Salvador de Úbeda.
La iglesia de
Nuestra Señora de la Encarnación de Illora la mandaron construir los Reyes
Católicos tras la reconquista de la localidad en 1486. Su construcción se
inició en 1541 y se concluyó en 1573 siguiendo los planos de Diego de Siloé, y
en la que participaron Juan de Maeda y Martín Bolívar, que se encargó de la
capilla mayor y la torre. La iglesia es de nave rectangular con capillas poco
profundas entre los contrafuertes. La portada de la iglesia está dedicada a la Anunciación
con el fin de simbolizar el inicio de una nueva etapa en Illora, la que comenzó
con los Reyes Católicos.
La labor como
arquitecto de Diego de Siloé influyó en obras como la catedral de la
Encarnación de Almería, la Santa iglesia catedral basílica de la Encarnación de
Málaga, la de la Encarnación de Guadix, la catedral basílica de la Asunción de
María Santísima de Guadalajara (México), la basílica catedral de San Juan
Evangelista de Lima y la catedral basílica de la Virgen de la Asunción de Cuzco,
ambas en Perú.
El Diego de Siloé escultor es renacentista,
sin reminiscencias góticas. Sus obras más destacadas son Virgen con el Niño de la catedral de Santa María de Burgos, Virgen con el Niño del Museo de Bellas
Artes de Granada, Sagrada Familia del
Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid y Sepulcro del obispo Zuazola en la capilla de la Piedad de la
iglesia de San Miguel Arcángel de Oñate. Se caracterizan por presentar una
composición cerrada.
Virgen con el Niño de la catedral de Santa María de
Burgos se presenta bajo un arco de medio punto sobre pilastras clásicas. La
Virgen María se inclina sobre el Niño formando una semicircunferencia. Ambos se
muestran cariño. La Virgen deja por un instante el libro, que sirve para
identificarla como intercesora entre los hombres y Dios. Las formas son
rotundas con el fin de trasmitir firmeza. Cuatro ángeles cierran la escena.
Virgen con el Niño del Museo de Bellas Artes de
Granada (1547). Las esculturas de Diego de Siloé se caracterizan por presentar
una composición cerrada.
Virgen con el Niño del Museo de Bellas Artes de
Granada presenta una composición circular. La Virgen rodea con los brazos al
Niño, que se apoya en una peana. Ella muestra una actitud serena y protectora.
La escena se completa con dos dragones alados que flanquean una concha. Hay
restos de la policromía original, verde y dorado en los dragones, y una greca
dorada en el borde del manto de la Virgen María.
Sagrada Familia del Museo Nacional Colegio de
San Gregorio de Valladolid presenta una composición cerrada que se articula
sobre cuatro diagonales, las del Niño, la Virgen María, san Juan y san José.
San Juan ofrece un cesto de frutas al Niño, que se aleja. San José ocupa un
papel secundario. Destaca el contraposto del Niño y el tratamiento naturalista
del cabello de los personajes.
En Sagrada Familia del Museo Nacional
Colegio de San Gregorio de Valladolid (1547) san José ocupa un papel secundario
frente a la Virgen, el Niño y san Juan.
El Sepulcro del obispo Zuazola en la
capilla de la Piedad de la iglesia de San Miguel Arcángel de Oñate está
empotrado en la pared y esculpido en mármol blanco. El tema principal es la
figura del obispo en posición orante, asistido por una virtud. Abundan los
grutescos y escenas alegóricas. En el retablo se reconoce el escudo de armas de
Rodrigo Mercado de Zuazola.
Otras esculturas
de Diego de Siloé son Martirio de san
Juan Bautista del Museo Colegio de San Gregorio de Valladolid, Imposición de la casulla a san Ildefonso
de la catedral de Santa María de Toledo y San
Jerónimo penitente del retablo de San Pedro de la Capilla del Condestable
de la catedral de Santa María de Burgos.
Diego de Siloé
fue uno de los artistas que contribuyó a consolidar el estilo renacentista en
España.
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