Antoni Gaudí (Reus, 1852-Barcelona, 1926) trabajó como delineante
antes de obtener el título de arquitecto por la Escuela Técnica Superior de
Arquitectura de Barcelona en 1878. Es el mejor representante del modernismo en
España y por su obra original se le considera uno de los arquitectos más
sobresalientes de todos los tiempos. Revolucionó la arquitectura al inspirarse
en la naturaleza para crear nuevos elementos arquitectónicos. La mayoría de sus
obras se encuentran en la ciudad de Barcelona, la más genial el Templo
expiatorio de la Sagrada Familia, iniciado en 1883 e inconcluso a su muerte. Pero
sus edificios residenciales son también obras singulares; hay que citar la Casa
Calvet (1898-1899), la Casa Batlló (1904-1906) y la Casa Milà (1906-1910).
La fachada de la Casa
Milà presenta líneas onduladas.
Destacan los forjados
en hierro sobre la piedra calcárea.
La
Casa Milà consta de dos edificios que se articulan alrededor de dos patios.
La Casa Milà es original en su concepción. Se trata de dos bloques de viviendas con sus respectivos accesos que comparten una misma fachada. Los dos
edificios se articulan alrededor de dos patios interiores, uno circular y otro
oval, que se comunican. La calzada y aceras exteriores se prolongan hasta los
patios a través del nivel de acceso; la calzada conduce al nivel sótano que
acoge un garaje subterráneo, el primero que se hizo en la ciudad de Barcelona;
y las aceras llevan a los ascensores y escaleras que dan acceso a las
viviendas. Los patios proporcionan iluminación y ventilación a las habitaciones
interiores de las viviendas.
El edificio se
estructura sobre pilares inclinados de piedra y ladrillo, y jácenas y vigas de
hierro, que sustituyen a los muros de carga, gracias a lo cual el edifico
dispone de planta libre.
Los
pilares sobre los que se estructura la Casa Milà son de piedra.
La fachada está
hecha en piedra calcárea y azulejos blancos en su parte superior; carece de
líneas rectas, son onduladas, y se combina el vano, que permite la iluminación y
ventilación de las habitaciones exteriores, y el lleno, creándose un juego de
luces y sombras que proporcionan matices visuales en el exterior. Elementos que
enriquecen la fachada son las barandas de forja y las líneas de molde en su
parte superior. La fachada es autoportante; está conectada a cada piso mediante
vigas de hierro.
En el interior
se combinan ángulos agudos y obtusos con pasillos curvos. No hay dos
habitaciones iguales y ninguna está al mismo nivel.
Sobre los
cinco pisos destinados a viviendas se dispone el zaguán, que alberga los
trasteros. Para su construcción se emplearon 270 arcos parabólicos de
diferentes alturas y para la cubierta la volta catalana o bóveda de ladrillo.
La azotea se
presenta escalonada y con elementos decorativos originales en sus formas que
esconden las chimeneas, torres de ventilación y escaleras de acceso. Los
elementos decorativos son cruces gaudianas o de cuatro brazos y cabezas de
guerreros protegidos por yelmos. Algunas superficies están cubiertas de
trencadís o cerámica de deshecho.
La azotea está
decorada con figuras originales en su forma.
En primer plano
cabezas de guerreros con yelmo.
Detrás la cruz guadiana
o de cuatro brazos está recubierta con trencadís
De la
decoración del edificio destacan las pinturas murales al óleo sobre yeso de los
vestíbulos de entrada y escaleras de acceso, las inscripciones de poemas y
canciones populares de algunas habitaciones y en el exterior la leyenda “Ave
María gratia plena, Dominus tecum”, es decir, “Ave María llena eres de gracia,
el Señor está contigo”.
La Casa Milà
es Monumento Histórico-Artístico desde 1969 y la UNESCO lo declaró Patrimonio
de la Humanidad en 1984. Caixa Catalunya la compró en 1986.
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