sábado, 1 de octubre de 2022

La persistencia de la memoria, de Dalí

Salvador Dalí (Figueras, 1904-1989) es el pintor surrealista más destacado e influyente. De su etapa surrealista (1929-1948) son algunos de sus cuadros más representativos, caso de El gran masturbador (1929), La persistencia de la memoria (1931), Construcción blanda con judías hervidas. Premoniciones de la Guerra Civil (1936) y Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (1944).

Salvador Dalí: La persistencia de la memoria, 1931.
Estilo: Surrealismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Paisaje.
Dimensiones: 24 x 33 cm.
Museo de Arte Moderno de Nueva York, EE.UU.

  

Dalí reconoció que se inspiró en un queso camembert derretido al sol para pintar La persistencia de la memoria, uno de sus cuadros más señeros.

En lado izquierdo del cuadro se encuentra algo parecido a una caja de madera sobre la cual se distinguen un reloj de bolsillo cerrado cubierto de hormigas, un reloj blando que marca las siete y sobre el que se ha posado una mosca y un árbol seco con una rama de la que cuelga otro reloj blando que marca las seis. A la derecha aparece tendido en el suelo un autorretrato de Dalí sobre el cual se extiende otro reloj blando que marca una hora en punto. Al fondo la bahía de Port Lligat, con acantilados a la derecha y una tabla a la izquierda.

La composición guarda un equilibrio entre las líneas horizontales de la playa, el horizonte, la rama de árbol, la tabla y la caja de madera, las verticales del tronco del árbol y de la caja de madera, la diagonal de la caja de madera y la tabla y las curvas de los relojes blandos y el autorretrato de Dalí. Hay un equilibrio entre los relojes que se agrupan en la parte inferior izquierda y las rocas de la parte superior derecha.

La perspectiva es cenital, lo que permite realzar los elementos que se muestran en primer plano a la vez que estira las líneas de fuga hacia el horizonte.

El dibujo es academicista; ofrece líneas nítidas, que delimitan formas y volúmenes con todo detalle.

Los colores son brillantes, más luminosos los del fondo. Es evidente el contraste cromático entre los colores fríos, con predominio del azul, y los cálidos, con predominio de los anaranjados.

La luz potencia el carácter onírico del cuadro. Hay dos planos lumínicos: el primer plano recibe una luz suave desde la derecha y se queda en penumbra, mientras el fondo recibe una luz blanquecina intensa.

El cuadro ofrece elementos de la simbología daliniana: las rocas lo duradero, los relojes el paso del tiempo y las hormigas y la mosca la decadencia y la muerte.

El lienzo llama la atención porque se combina en él una temática surrealista y una técnica realista muy depurada.

La persistencia de la memoria es una de las obras más representativas del universo surrealista de Dalí. Para su realización utilizó el método crítico-paranoico. Se propuso conseguir dos objetivos: mostrar la relación entre espacio y tiempo, que le obsesionaba desde que Einstein elaboró la Teoría de la relatividad, y “fotografiar los sueños” o el subconsciente, siguiendo las ideas de Freud. Además, fue fuente de inspiración para otro de los cuadros más famosos e impactantes de Dalí, La desintegración de la persistencia de la memoria (1954).

 La persistencia de la memoria se exhibió por primera vez al público en la exposición que realizó Dalí en la Galería Pierre Colle de París en junio de 1931. En 1932 se expuso en la Galería Julien Levy de Nueva York. Desde 1934 forma parte de los fondos del Museo de Arte Moderno de nueva York.

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