La Comisión Provincial de Desamortización y la Comisión Provincial de
Monumentos recogieron, catalogaron y custodiaron las obras de arte procedentes
de la desamortización de Mendizábal de 1836. Con los fondos reunidos se creó el
Museo de Burgos, que se inauguró en
1846.
La
urna o frontal de santo Domingo de Silos
es la obra de orfebrería más valorada del Museo de Burgos. Es de estilo
románico y data del siglo XII.
El
Museo de Burgos ha tenido las siguientes sedes antes de la actual: Seminario
Conciliar de San Jerónimo (1846-1848), Instituto de Segunda Enseñanza de San
Nicolás (1849-1863), Cartuja de Miraflores (1863-1865), Colegio de Sordomudos y
Ciegos, Consulado del Mar e Instituto de Segunda Enseñanza de San Nicolás
(1865-1870), el desaparecido Convento de las Madres Trinitarias, bajo el nombre
de Museo de Bellas Artes y Antigüedades (1870-1875) y Arco de Santa María, bajo
el nombre de Museo Arqueológico y de Bellas Artes (1878-1955).
El
Museo de Burgos, bajo el nombre Museo Arqueológico Provincial de Burgos, se
trasladó a su sede actual en 1955, la Casa Miranda. En 1973 el museo recupera
el nombre de Museo de Burgos. Entre 1979 y 1983 la Casa Miranda fue restaurada
y se amplió el espacio expositivo. El Estado adquirió la Casa de Íñigo Angulo
en 1986 con el fin de ampliar el Museo de Burgos, abriéndose al público en
1991. La Casa Miranda y la Casa Íñigo Angulo son edificios renacentistas del
siglo XVI, obras de Juan de Vallejo.
La
Casa Miranda acoge la sección de Prehistoria y Arqueología. Expone restos
arqueológicos y fondos diversos desde el Paleolítico hasta la etapa
visigóticca.
Antonio Palomino pintó Inmaculada Concepción en 1721. Es de
estilo barroco y uno de los cuadros más estimados del Museo de Burgos.
La
Casa de Íñigo Angulo recibe la sección de Bellas Artes. Destacan las siguientes
obras de arte: la urna o frontal de Santo
Domingo de Silos, del siglo XII, el sepulcro
de Juan Padilla, del siglo XV, obra de Gil de Siloé, el retablo de la
Asunción del monasterio de Vileña, del siglo XVI, obra de Pedro López de Gámiz,
los cuadros Desposorios místicos de santa
Catalina, de Mateo Cerezo, y Retrato
de fray Alonso de San Vítores, de fray Juan Ricci, ambos del siglo XVII, Inmaculada Concepción, de Antonio
Palomino, del siglo XVIII, Degollación de san Juan Bautista, de Dióscoro
Puebla, del siglo XIX, y Las camareras de
la Virgen, de Encarnación Bustillo, La
marcha de los esclavos, de José Vela Zanetti, y Metamorfosis, de Luis Sáez, los tres del siglo XX.
Luis
Sáez pintó Metamorfosis en 1975
siendo uno de lienzos de pintura contemporánea más singulares de los que se
exhiben en el Museo de Burgos.
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