sábado, 20 de junio de 2020

Frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro, del Taller de Seo de Urgel

El frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro es obra del Taller de Seo de Urgel, se realizó a mediados del siglo XII y es originario de la iglesia de San Quirico de Durro.

 Taller de Seo de Urgel: Frontal de San Quirico y Santa Julita de Durro, mediados del siglo XII.
Estilo: Románico.
Técnica: Temple sobre tabla.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 98 x 129 cm.
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, España.


El frontal narra el martirio de santa Julita y san Quirico, víctimas de las persecuciones del emperador romano Diocleciano, que se negaron a rendirle pleitesía.

El frontal se estructura en un espacio central ocupado por una mandorla y cuatro registros horizontales, dos a cada lado de la mandorla. Esta acoge las imágenes de santa Julita entronizada, vestida de azul, blanco y dorado, sujetando con la mano derecha un bastón florado y con la izquierda a san Quirico, su hijo; este se presenta entronizado, vestido de azul y dorado; los dos aparecen nimbados y descalzos, la santa con los pies en disposición abierta. La mandorla presenta el fondo rojo y en latín las inscripciones “SIOLITA” y “SQUIRICIS”, identificado a ambos santos.

Los cuatros registros están ocupados por escenas del martirio de los santos; en el superior izquierdo dos hombres sierran por la mitad a san Quirico; en el superior derecho otros dos personajes están clavando tantos clavos en el rostro del santo como años tenía este en el momento del martirio; en el inferior izquierdo madre e hijo aparecen dentro de un caldero con aceite hirviendo; y en el inferior derecho dos hombres están acuchillando a san Quirico.

La mandorla y los registros laterales aparecen sobre fondos monocolores en distintas tonalidades.

El frontal presenta un borde negro, decorado con rombos rojos que contienen repetido el mismo motivo vegetal en blanco.

Los aspectos formales se ajustan a las características de la pintura románica:
  • Simetría bilateral, tomando como eje la mandorla que acoge las figuras de santa Julita y san Quirico.
  • Perspectiva jerárquica, que sirve para indicar la importancia de las figuras; la más importante es la de santa Julita seguida de la de san Quirico, que aparece desproporcionada teniendo en cuenta que en el momento que recibió el martirio contaba con tres años de edad.
  • Frontalidad, geometrización, hieratismo e isocefalia de las figuras, que no manifiestan sentimiento alguno. Su canon es alargado.
  • Los paños presentan dobleces antinaturalistas y carecen de textura, no se puede saber de qué tejido están hechos.
  • La línea se impone al color, es gruesa y negra, y sirve para delimitar los contornos.
  • El color es plano. La gama es escasa –azul, blanco, dorado, negro y verde– y carente de tonalidades, pero de un fuerte impacto simbólico: el azul representa la eternidad y la nobleza, el blanco la pureza, el dorado la Gloria y el verde la esperanza. El negro no cumple una función simbólica.
  • La luz es inexistente.
  • No hay espacio, el fondo es plano.
  • La decoración es escasa, sólo una cenefa bordeando el frontal.

El frontal de Santa Julita y San Quirico de Durro ofrece la singularidad de presentar en la mandorla las figuras de ambos santos en sustitución del Maiestas Domini habitual. La intención es influir en el espectador para que vea en los santos el modelo a seguir en su desarrollo personal.

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