El pórtico de la iglesia conventual
de Santa María de Ripoll se levantó a mediados del siglo XII. Los
primeros en dar esa fecha como cierta fueron los arquitectos Vicente Lampérez y
Romea y Josep Puig i Cadafalch a principios del siglo XX. Se desconoce el autor
del conjunto escultórico, pero se sabe que utilizó como fuente documental la Biblia de Santa María de Ripoll y que
recibió la influencia del maestro Gilabertus y su taller de Toulouse.
Pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll, mediados
del siglo XII.
Estilo: Románico.
Técnica: Talla sobre
piedra caliza.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 11,60 x
7,25 x 1 m.
Monasterio de Santa
María, Ripoll, España.
El pórtico de la iglesia conventual de Santa
María de Ripoll se trata de un friso monumental en arco de triunfo tapizado
de esculturas. El tema principal, que corona el conjunto, es el Apocalipsis de
san Juan. El mensaje que se quiere transmitir es el triunfo del cristianismo.
El friso se
organiza en seis registros y zócalo; el friso superior corre a lo largo de toda
la fachada, los restantes y el zócalo están interrumpidos por la puerta de
acceso a la iglesia.
El registro
superior está dedicado al Apocalipsis de san Juan. En el centro aparece el
Maiestas Domini bendiciendo con la mano derecha, sosteniendo el libro de la ley
con la izquierda y con nimbo crucífero; a la izquierda y hacia el exterior dos ángeles
adoradores, el ángel de san Mateo, once ancianos en el frontal y otro en el
lateral; a la derecha y hacia el exterior lo mismo, pero con el águila de san
Juan.
Los registros
del lado izquierdo están dedicados en sentido descendente a apóstoles y santos;
a los reyes David y Salomón, con Betsabé pidiendo a David que escoja a Salomón
como rey, la coronación, la petición de sabiduría a Yahvé y el juicio de
Salomón; debajo, el traslado del Arca de la Alianza, David bailando delante de
la ciudad de Jerusalén y David con el profeta Gad; más abajo, David sentado en
el trono acompañado por músicos; el último registro está ocupado por un ángel,
unos animales luchando y un caballo con su jinete. El zócalo está decorado con
medallones que contienen representaciones de leones y grifos.
Los registros
del lado derecho están dedicados en sentido descendente a apóstoles y santos;
debajo, se narra el libro del Éxodo: aparece Moisés conduciendo a su pueblo, el
envío de comida en el Sinaí, la separación de las aguas del mar Rojo, Moisés
haciendo brotar agua de la roca de Horeb, la guía de la columna de fuego y al
ángel y la batalla de Rafidim entre Josué y Amalec; debajo se representa bajo
arcos de medio punto la entrega de las Tablas de la Ley, aparecen Yahvé,
Moisés, Aarón, el abad de Santa María de Ripoll y Ramón Berenguer III vestido
de guerrero; en el último registro Daniel y el león y otros animales. En el
zócalo están representados los pecados capitales.
La
portada de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll es en arco de medio
punto con siete arquivoltas.
La puerta de
entrada se presenta en arco triunfal de medio punto con siete arquivoltas que
descansan en una línea de imposta; en las jambas se intercalan un par de
estatuas-columnas y dos columnas a cada lado que se apoyan en un zócalo.
La arquivolta
exterior está decorada con hojas de acanto vistas de frente. Se apoya en dos
columnas: la izquierda con fuste estriado y capitel decorado con aves y
hojarasca; la derecha con fuste vegetal y capitel con grifos y leones.
En la segunda
arquivolta se cuentan 27 medallones decorados con motivos faunísticos y
vegetales (en el medallón central aparece el Cordero de Dios). La arquivolta
descansa en jambas decoradas con figuras de animales.
La tercera
arquivolta presenta doce imágenes. Las seis de la izquierda forman el ciclo de
san Pedro, y son de izquierda a derecha: San
Pedro y san Juan curando al ciego, San
Pedro resucita a una mujer, San Pedro
y Nerón, San Pedro y san Pablo con el
mago Simón, San Pedro tomado preso
y Martirio de san Pedro. Este ciclo
descansa sobre la estatua-columna de san Pedro, sin cabeza, pero reconocible
por las llaves del cielo. Las seis imágenes de la derecha forman el ciclo de
san Pablo, y son de izquierda a derecha: San
Pablo presentado a Ananías, Bautismo
de san Pablo, San Pablo predicando,
San Pablo tomado preso, Decapitación de san Pablo y El verdugo muestra la cabeza de san Pablo.
Este ciclo se apoya sobre la estatua-columna de san Pablo, decapitada, pero
reconocible por el pergamino que sostiene en las manos.
La cuarta
arquivolta está formada por tres escocias ribeteadas, y descansa sobre jambas
decoradas con motivos geométricos.
La quinta
arquivolta es un toro decorado con motivos vegetales entrelazados, que se
repiten en el fuste de las columnas correspondientes con capitel corintio.
La sexta
arquivolta presenta diez imágenes. Las cinco de la izquierda forman el ciclo de
Jonás, y son de izquierda a derecha: Jonás
sentado bajo un árbol, Jonás
predicando a los ninivitas, Jonás
lanzado al mar, Jonás devorado por la
ballena y Jonás recibiendo la orden
de convertir a Nínive. Las cinco imágenes de la derecha forman el ciclo de
Daniel, y son de izquierda a derecha: Árbol
del sueño de Nabuconodosor, Nabuconodosor
y los músicos, Jóvenes quemándose en
el horno, Habacuc socorre a Daniel
y Daniel en el foso de los leones.
Ambos ciclos descansan sobre jambas decoradas con motivos figurativos.
La arquivolta
interior y las jambas en las que se apoya en su vista frontal están decoradas
con una moldura en zigzag. El intradós está decorado con el ciclo de Caín y
Abel; son cinco escenas: en el centro El
Señor flanqueado por dos ángeles, y a los lados Abel ofreciendo al Señor las primicias de su rebaño, Caín ofreciendo al Señor los frutos de la
tierra, Caín mata a Abel y Caín enterrando a Abel. La cara interior
de la jamba derecha está decorada con seis escenas que en orden ascendente
representan los meses de enero a junio; la cara interior de la jamba izquierda
está decorada con seis imágenes que en orden descendente representan los meses
de julio a diciembre.
El mal estado
de conservación del pórtico de la iglesia
conventual de Santa María de Ripoll se debe a dos motivos: el material con
el que está hecho es piedra caliza y al incendio de 1835.
El pórtico de la iglesia conventual de Santa
María de Ripoll debe su importancia artística a ser el mejor ejemplo de
portada en arco de triunfo de las que se conservan en España, a la densidad del
programa doctrinal y a la técnica depurada de su autor. Es uno de los conjuntos
escultóricos más sobresalientes del arte románico español y europeo.
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