viernes, 10 de noviembre de 2017

Pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll

El pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll se levantó a mediados del siglo XII. Los primeros en dar esa fecha como cierta fueron los arquitectos Vicente Lampérez y Romea y Josep Puig i Cadafalch a principios del siglo XX. Se desconoce el autor del conjunto escultórico, pero se sabe que utilizó como fuente documental la Biblia de Santa María de Ripoll y que recibió la influencia del maestro Gilabertus y su taller de Toulouse.

Pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll, mediados del siglo XII.
Estilo: Románico.
Técnica: Talla sobre piedra caliza.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 11,60 x 7,25 x 1 m.
Monasterio de Santa María, Ripoll, España.

  
El pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll se trata de un friso monumental en arco de triunfo tapizado de esculturas. El tema principal, que corona el conjunto, es el Apocalipsis de san Juan. El mensaje que se quiere transmitir es el triunfo del cristianismo.

El friso se organiza en seis registros y zócalo; el friso superior corre a lo largo de toda la fachada, los restantes y el zócalo están interrumpidos por la puerta de acceso a la iglesia.

El registro superior está dedicado al Apocalipsis de san Juan. En el centro aparece el Maiestas Domini bendiciendo con la mano derecha, sosteniendo el libro de la ley con la izquierda y con nimbo crucífero; a la izquierda y hacia el exterior dos ángeles adoradores, el ángel de san Mateo, once ancianos en el frontal y otro en el lateral; a la derecha y hacia el exterior lo mismo, pero con el águila de san Juan.

Los registros del lado izquierdo están dedicados en sentido descendente a apóstoles y santos; a los reyes David y Salomón, con Betsabé pidiendo a David que escoja a Salomón como rey, la coronación, la petición de sabiduría a Yahvé y el juicio de Salomón; debajo, el traslado del Arca de la Alianza, David bailando delante de la ciudad de Jerusalén y David con el profeta Gad; más abajo, David sentado en el trono acompañado por músicos; el último registro está ocupado por un ángel, unos animales luchando y un caballo con su jinete. El zócalo está decorado con medallones que contienen representaciones de leones y grifos.

Los registros del lado derecho están dedicados en sentido descendente a apóstoles y santos; debajo, se narra el libro del Éxodo: aparece Moisés conduciendo a su pueblo, el envío de comida en el Sinaí, la separación de las aguas del mar Rojo, Moisés haciendo brotar agua de la roca de Horeb, la guía de la columna de fuego y al ángel y la batalla de Rafidim entre Josué y Amalec; debajo se representa bajo arcos de medio punto la entrega de las Tablas de la Ley, aparecen Yahvé, Moisés, Aarón, el abad de Santa María de Ripoll y Ramón Berenguer III vestido de guerrero; en el último registro Daniel y el león y otros animales. En el zócalo están representados los pecados capitales.

La portada de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll es en arco de medio punto con siete arquivoltas.
  

La puerta de entrada se presenta en arco triunfal de medio punto con siete arquivoltas que descansan en una línea de imposta; en las jambas se intercalan un par de estatuas-columnas y dos columnas a cada lado que se apoyan en un zócalo.

La arquivolta exterior está decorada con hojas de acanto vistas de frente. Se apoya en dos columnas: la izquierda con fuste estriado y capitel decorado con aves y hojarasca; la derecha con fuste vegetal y capitel con grifos y leones.

En la segunda arquivolta se cuentan 27 medallones decorados con motivos faunísticos y vegetales (en el medallón central aparece el Cordero de Dios). La arquivolta descansa en jambas decoradas con figuras de animales.

La tercera arquivolta presenta doce imágenes. Las seis de la izquierda forman el ciclo de san Pedro, y son de izquierda a derecha: San Pedro y san Juan curando al ciego, San Pedro resucita a una mujer, San Pedro y Nerón, San Pedro y san Pablo con el mago Simón, San Pedro tomado preso y Martirio de san Pedro. Este ciclo descansa sobre la estatua-columna de san Pedro, sin cabeza, pero reconocible por las llaves del cielo. Las seis imágenes de la derecha forman el ciclo de san Pablo, y son de izquierda a derecha: San Pablo presentado a Ananías, Bautismo de san Pablo, San Pablo predicando, San Pablo tomado preso, Decapitación de san Pablo y El verdugo muestra la cabeza de san Pablo. Este ciclo se apoya sobre la estatua-columna de san Pablo, decapitada, pero reconocible por el pergamino que sostiene en las manos.

La cuarta arquivolta está formada por tres escocias ribeteadas, y descansa sobre jambas decoradas con motivos geométricos.

La quinta arquivolta es un toro decorado con motivos vegetales entrelazados, que se repiten en el fuste de las columnas correspondientes con capitel corintio.

La sexta arquivolta presenta diez imágenes. Las cinco de la izquierda forman el ciclo de Jonás, y son de izquierda a derecha: Jonás sentado bajo un árbol, Jonás predicando a los ninivitas, Jonás lanzado al mar, Jonás devorado por la ballena y Jonás recibiendo la orden de convertir a Nínive. Las cinco imágenes de la derecha forman el ciclo de Daniel, y son de izquierda a derecha: Árbol del sueño de Nabuconodosor, Nabuconodosor y los músicos, Jóvenes quemándose en el horno, Habacuc socorre a Daniel y Daniel en el foso de los leones. Ambos ciclos descansan sobre jambas decoradas con motivos figurativos.

La arquivolta interior y las jambas en las que se apoya en su vista frontal están decoradas con una moldura en zigzag. El intradós está decorado con el ciclo de Caín y Abel; son cinco escenas: en el centro El Señor flanqueado por dos ángeles, y a los lados Abel ofreciendo al Señor las primicias de su rebaño, Caín ofreciendo al Señor los frutos de la tierra, Caín mata a Abel y Caín enterrando a Abel. La cara interior de la jamba derecha está decorada con seis escenas que en orden ascendente representan los meses de enero a junio; la cara interior de la jamba izquierda está decorada con seis imágenes que en orden descendente representan los meses de julio a diciembre.

El mal estado de conservación del pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll se debe a dos motivos: el material con el que está hecho es piedra caliza y al incendio de 1835.

El pórtico de la iglesia conventual de Santa María de Ripoll debe su importancia artística a ser el mejor ejemplo de portada en arco de triunfo de las que se conservan en España, a la densidad del programa doctrinal y a la técnica depurada de su autor. Es uno de los conjuntos escultóricos más sobresalientes del arte románico español y europeo.

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