Pablo Gargallo (Maella, Zaragoza, 1881-Reus, Tarragona, 1934) se formó en el taller de Arnau y en la Escuela de Bellas Artes de
la Lonja de
Barcelona. Participó en las tertulias del café Els quatre gats, donde hizo amistad con Casas y Picasso. En 1903
inició sus viajes a París donde vivió desde 1923. En París conoció la obra de
Rodin. Se dejó influir por Picasso, Archinpenko, Brancusi y Julio González.
Durante los años veinte trabajó el cobre y en los años treinta el hierro.
Pablo Gargallo: El profeta, 1933.
Estilo: Cubismo.
Técnica: Hierro fundido.
Técnica: Hierro fundido.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 235 x 65 x 50 cms .
Museo Nacional Reina
Sofía, Madrid, España.
El
profeta representa a un varón con una vara en la mano izquierda, el
brazo derecho levantado con la mano abierta y dirigiéndose a sus potenciales
seguidores.
La escultura fue concebida en yeso, pero
forjada en hierro combinando láminas planas y tubos ondulados con espacios
vacíos.
Los volúmenes
ausentes están limitados por elementos curvos, caso de la mejilla izquierda,
brazos, antebrazos, tórax y abdomen.
El jugó con la luces se consigue combinando formas convexas, que dejan deslizar la luz,
cóncavas, que la reflejan, y vacíos, para crear claroscuros dentro de la escultura.
La fuerza
expresiva de la figura se concentra en la mano derecha levantada y en el rostro.
Las líneas y los planos conducen la mirada del espectador hacia la cabeza, en particular hacia la boca, centro expresivo de la figura desde cualquier
punto de vista.
La vara
simboliza la condición de profeta y guía.
El profeta tiene un profundo mensaje
espiritual.
El profeta concentra su fuerza expresiva
en el rostro y la mano derecha.
Pablo Gargallo
en El profeta culminó el cambio
radical que conoció la escultura española en el primer tercio del siglo XX
porque supo combinar las formas cubistas y el expresionismo. Las formas
cubistas las consiguió con la introducción del vacío como volumen que permitió
que la luz incidiese dentro de la escultura provocando claroscuros y brillos.
El expresionismo lo logró al utilizar el hierro, que tiene una dureza estética
de la que carecen el alabastro, al bronce y el mármol; retorciendo las láminas
de hierro; y con el gesto agresivo y vehemente del profeta. Pablo Gargallo
forjó una escultura figurativa, pero que anunciaba la abstracción por el empleo
de formas estilizadas y la supresión de superficies continuas y masas planas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario