sábado, 21 de octubre de 2023

Puente del Alamillo, de Santiago Calatrava

Santiago Calatrava (Valencia, 1951) es arquitecto por la Universidad de Valencia, España, e ingeniero civil por el Instituto Federal de Tecnología de Zurich, Suiza. Se ha especializado en grandes obras de ingeniería e infraestructuras, pero también en edificios residenciales y de oficinas. Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1999, el Premio Nacional de Arquitectura y la Medalla de Oro del American Institute of Architects, ambos en 2005. Santiago Calatrava creó el concepto de arquitectura viva, que se inspira en la naturaleza para dar forma a los edificios. Entre sus obras más importantes hay que citar el puente del Alamillo de Sevilla (1992), la estación Gare de Oriente de Lisboa (1998), la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y el Turning Torso, ambos de 2005.

El puente del Alamillo es una de las obras emblemáticas de Santiago Calatrava y de la ciudad de Sevilla.

  

El puente del Alamillo se terminó de construir en 1992 para permitir el acceso a la isla de la Cartuja, donde se iba a desarrollar la Exposición Universal de Sevilla.

El proyecto original presentaba dos puentes idénticos dispuestos de manera opuesta, pero las limitaciones presupuestarias solo permitieron levantar uno de ellos.

La construcción del puente del Alamillo habría de cumplir dos objetivos: comunicar la ribera derecha de la ciudad de Sevilla con la isla de la Cartuja salvando el río Guadalquivir y crear un icono con el que se identificase la Exposición Universal de 1992 y la ciudad de Sevilla desde ese momento.

El puente del Alamillo tiene forma de arpa. Presenta un único mástil de 142 metros con una inclinación de 58º, del que parten 13 pares de tirantes, que sostienen el tablero. El mástil está formado en su interior por hormigón armado forrado por placas de acero hexagonales; el remate del mástil es un mirador, al que se accede por una escalera, que recorre su interior. El tablero cuenta con un cajón central metálico de forma hexagonal, donde se encuentran los anclajes de los tirantes y sobre el que se apoya la losa de hormigón que soporta el tráfico rodado y peatonal. El mástil y el tablero se integran en un pedestal macizo de hormigón, cimentado por 54 pilotes, que absorben las presiones que ejercen. Los cables están formados por 60 torones de 1,524 centímetros cada uno, excepto la última pareja de 291 metros, que cuenta con 45 torones; los torones están protegidos por resina epoxi y los cables están envueltos por una vaina de polietileno de alta densidad. La longitud del puente del Alamillo es de 250 metros.

El puente del Alamillo es original por carecer de tirantes de retenida, siendo el primer puente atirantado  que no posee esta banda de tirantes, lo que obligó a realizar un tablero con un canto mucho potente al que necesitan los puentes atirantados.

Santiago Calatrava también es autor de otros puentes considerados obras de arte de la ingeniería civil, tales como el de la Mujer en Buenos Aires (2001), el del Reloj del Sol de Redding (2004), el de Jerusalén y el de l’Assut de l’Or, ambos de 2008.

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