La primitiva iglesia mayor de Roda de Isábena se consagró en 819, siendo el obispo Odisendo quien la consagró como catedral en 956, bajo la advocación de san Vicente Mártir. Entre 1003 y 1006 fue saqueada por Abd al-Malik. Con el respaldo de Sancho III el Mayor (rey de Pamplona, 1004-1035) se procedió a la reconstrucción de la iglesia, consagrada como catedral de San Vicente y San Valero por el obispo Arnulfo en 1030, bajo la advocación de ambos santos, tras recibir las reliquias del segundo. En 1149 dejó de ser catedral para ser iglesia, después de que fuese absorbida por la diócesis de Lérida, tras ser reconquistada; desde entonces tiene consideración de iglesia parroquial, aunque muchos la siguen citando como catedral. La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1927 y restaurada en los años setenta del siglo XX bajo la dirección de Francisco Pons Sorolla.
La iglesia
de San Vicente y San Valero se inició en estilo románico lombardo, pero,
después de sustituir a los maestros italianos por otros navarros, el estilo
románico de la catedral cambió al característico del Camino de Santiago. Se
desconoce quién fue su autor, pero se apunta que pudo ser Bradilano, conocido
como maestro de Roda. Se construyó entre los siglos XI y XIII, pero en el siglo
XVIII se levantaron, en estilo neoclásico, el pórtico meridional, que antecede
a la portada románica, y la torre campanario, que vino a sustituir a la
original.
La iglesia de San Vicente y San Valerio de Roda de Isábena presenta planta basilical de tres naves, siendo la central de mayor desarrollo, cabecera triabsidial, con ábsides de planta semicircular, antecedida de un espacio rectangular, que hace las veces de presbiterio; el ábside central es el de mayores dimensiones; la nave central ofrece cuatro tramos, el cuarto sobresale a los pies del templo; carece de crucero; en el lado meridional, en el que se abre el acceso a la iglesia, se reconocen un atrio y una torre campanario, y en el lado norte se adosa el claustro, de planta cuadrangular, y dependencias anexas.
La
fachada meridional del siglo XVIII es de estilo neoclásico. Fue diseñada por Silvestre
Colás y ejecutada por el equipo del maestro albañil Dionisio Lanzón. Se
antepone a la primigenia de estilo románico. Presenta dos cuerpos; en el
inferior se cuentan cinco arcos de medio punto rebajados, abriéndose el acceso
por el central tras ascender por una escalinata que lleva al atrio; el arco
central es de mayor desarrollo que los laterales, que descansan sobre un
murete, que delimita el atrio; los arcos están enmarcados por pilastras. El
cuerpo superior descansa sobre un entablamento; es de menores dimensiones que
el inferior; sobre el arco central se abre una hornacina, que recibe la imagen San
Vicente, de bulto redondo; sobre los arcos laterales se abren vanos
adintelados; el cuerpo central aparece rematado por un frontón triangular.
La portada original del siglo XIII es de estilo románico. Se encuentra en el muro meridional. Es de medio punto y cuenta con seis arquivoltas abocinadas, que descansan sobre un ábaco corrido, decorado con lacerías, y este sobre capiteles historiados; los temas de los capiteles del lado izquierdo son de izquierda a derecha los de Adán y Eva en el Paraíso, San Miguel luchando contra el dragón, el sacrificio de Isaac, el obispo san Ramón bendiciendo entre los diáconos, San Miguel pesando las almas y la Presentación de Jesús de Nazaret en el templo; los temas de los capiteles del lado derecho son de izquierda a derecha la Huida a Egipto, la lucha de un caballero contra un león, la Adoración de los Magos, la Visitación y la Anunciación. Las arquivoltas aparecen lisas, excepto la exterior, decorada con puntas de diamante. El fuste de las columnas es liso; estas descansan sobre basamento corrido. Las hojas de la puerta están decoradas con herrajes originales.
La torre campanario del siglo XVIII es de estilo neoclásico y vino a sustituir a la original de estilo románico. Es de planta hexagonal. Presenta tres cuerpos separados por cornisas, siendo el inferior el de mayor desarrollo, además presenta arcos de medio punto ciegos en sus lienzos, excepto en uno, en el que se abre un vano alargado; el segundo cuerpo es el de menor desarrollo; el cuerpo superior recibe las campanas y presenta vanos de medio punto de diferentes tamaños. Está rematada por un chapitel.
La cabecera de la iglesia de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena es triabsidial hemiesférica, ofreciendo el ábside central un mayor desarrollo. Al exterior, se ajusta a la tipología lombarda, los muros están recorridos por lesenas, que remarcan la verticalidad de la cabecera, y los aleros descansan en arquillos ciegos. En cada lienzo de los ábsides se abren vanos de medio punto alargados y abocinados.
El
interior de la iglesia de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena presenta
dos niveles; en el superior se encuentran los ábsides, debido a que bajo ellos
se encuentran las criptas, y en el inferior las naves del templo. La nave
central aparece cubierta con una bóveda de cañón apuntado, las laterales con
bóvedas de arista; las bóvedas aparecen reforzadas con arcos fajones y
descansan sobre pilares cruciformes; los presbiterios están cubiertos con
bóvedas de cañón apuntado y los ábsides con bóveda de horno. La iglesia se
ilumina a través de los vanos que se abren en las naves laterales de los
ábsides.
La
iglesia de San Vicente y San Valerio de Roda de Isábena cuenta con tres
criptas. La primera cripta, o septentrional, se extiende bajo la nave del
Evangelio; se la conoce como cripta de San Valerio, por estar bajo su
advocación, Sala del Archivo o Sala del Tesoro, al haber cumplido estas
funciones en el pasado; es de planta rectangular, cubierta por una bóveda de
cañón, rematada por un ábside semicircular, cubierto con una bóveda de horno;
está decorada con pinturas murales al temple del siglo XIII y de estilo románico;
se reconocen diferentes escenas, el Pantocrator y el Tetramorfos, el calendario
mes a mes con los trabajos agrícolas, san Juan Bautista bautizando a Jesús de
Nazaret, san Miguel pesando las almas, animales fantásticos y escenas de lucha
entre hombres y animales. La segunda cripta, o cripta de San Ramón, se extiende
bajo el presbiterio y el altar mayor, pero al mismo nivel que las naves de la
iglesia; presenta un triple acceso bajo arcos de medio punto, que apoyan en
pilastras exentas; está cubierta por bóvedas de arista; remata en ábside
semicircular, cubierto con bóveda de horno; recibe iluminación natural a través
de dos vanos en aspillera. La tercera cripta, o meridional, se extiende bajo la
nave de la Epístola; es la más sencilla de las tres; llaman la atención las
pilastras esquineras, que se sitúan en los vértices de la cripta; hace las
veces de sacristía.
El claustro aparece adosado al muro norte de la iglesia. Se construyó durante el segundo cuarto del siglo XII. Tiene tres accesos: el primero situado en el primer tramo de la nave del Evangelio, en arco de medio punto con dos arquivoltas y tímpano liso; el segundo junto a la sala capitular; y el tercero junto al refectorio. Ofrece planta cuadrangular. Las arcadas son de medio punto, decoradas con el taqueado jaqués; los capiteles reciben escenas geométricas, vegetales y zoomórficas. Los ángulos del claustro están reforzados con arcos dobles. Los cimacios y salmeres están decorados con 191 inscripciones funerarias de los siglos del XII al XV. En el centro del claustro se dispone un aljibe y a su alrededor la sala capitular, la capilla de San Agustín y el refectorio. El techado del claustro es una armadura de madera, que descansa sobre ménsulas.
En la panda este del claustro se abre la sala capitular, adosada al ábside septentrional de la iglesia. Se accede a través de un arco, flanqueado por dos arcos a cada lado sobre podio corrido; los arcos son de medio punto peraltado sobre cimacio y capitel; los fustes y los cimacios son lisos, los capiteles están decorados con motivos vegetales y los intradoses con laudas funerarias.
Desde
la sala capitular se accede a la capilla de San Agustín. Sus dimensiones son
reducidas. Ofrece planta rectangular de una nave, cubierta con bóveda de cañón,
y ábside semicircular, cubierto con bóveda de horno. Para su construcción se
aprovecharon partes de los muros anteriores, que presentan opus spicatum.
La bóveda del ábside está decorada con pinturas murales románicas del siglo
XII, de las que solo quedan restos; se reconocen un Pantocrator, un
Tetramorfos, ángeles, san Agustín y otros santos.
El refectorio se abre en la panda septentrional del claustro. Presenta planta rectangular, cubierto con bóveda de medio cañón apuntado, dividida en cuatro tramos por arcos de medio punto, que descansan sobre ménsulas de gran tamaño. Aún se conservan restos de las pinturas murales originales, reconociéndose el tema del Descendimiento.
Las cubiertas exteriores de la iglesia de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena varían según aquella parte que se cubra; la iglesia se cubre a dos aguas, el ábside a una vertiente, la cubierta de las pandas del claustro es a un agua, la sala capitular a dos vertientes y el refectorio a cuatro aguas.
Otros elementos llamativos de la iglesia de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena son el ara del altar mayor, la mazonería del retablo mayor, retablos góticos, la arqueta de San Valero, la silla y el sepulcro de San Ramón, la pila bautismal, el coro y el órgano.
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