La fundación del monasterio de Santa María de Moreruela tuvo lugar entre 1158 y 1162. Alfonso VII (rey de Castilla, 1126-1157) donó al noble Ponce Giraldo de Cabrera un terreno suficiente para levantar un monasterio, que entregó a la Orden del Cister. La fundación del monasterio de Santa María de Moreruela tenía como fin repoblar tierras reconquistadas a los musulmanes.
La
historia del monasterio de Santa María de Moreruela pasó por las siguientes
etapas:
- Siglos XII y XIII. Fundación del monasterio, adquisición de patrimonio y creación de prioratos dependientes.
- Siglos XIV a XVIII. Consolidación y racionalización del patrimonio adquirido gracias a su integración en la Real Observación de Castilla o Congregación de San Bernardo de Castilla en 1494.
- Siglo XIX. Crisis y abandono del monasterio debido a la Guerra de la Independencia (1808-1814), aprobación de la Ley de Reforma de Regulares (1820) y la aprobación de la Ley de Desamortización Eclesiástica (1835). Esta última ley supuso el fin de la vida monacal y el abandono y saqueo del monasterio.
Las obras del monasterio de Santa María de Moreruela comenzaron en 1162 por la cabecera de la iglesia a las órdenes del maestro cantero Pedro Moro. Lo confirma una inscripción latina que dice “ERA: MCC”, es decir, “Año 1200” de la era hispánica, que se corresponde con el año 1162 de la era cristiana. Se construyó a buen ritmo entre los siglos XII y XIII, lo que explica que las obras se iniciasen en románico tardío y se continuasen en gótico temprano. El primer material de construcción fue la piedra en sillares, pero también se utilizó la mampostería en tiempos posteriores.
De la iglesia monacal se conserva la cabecera, la fachada sur y parte de la norte y de los muros perimetrales. Sus dimensiones son imponentes, 63 metros de largo por 26 de ancho entre los extremos del transepto. Ofrece plante de cruz latina, con tres naves longitudinales de nueve tramos, la central más ancha que las laterales y pórtico a los pies. El transepto, de una sola nave, sobresale en planta y alzado; su lado meridional cuenta con dos absidiolos. La cabecera acoge la capilla mayor, de planta semicircular, con girola y siete absidiolos.
La
cabecera ofrece tres niveles al exterior: el inferior presenta siete
absidiolos, seis con vanos de medio punto abocinados, flanquedos por parejas de
columnas; el intermedio se corresponde con la girola, cuenta con vanos con arquivolta
baquetonada, columnas y canecillos anacelados; y el superior, que se
corresponde con la capilla mayor, cuenta con vanos de medio punto columnados y
contrafuertes. La cornisa está recorrida por arquillos ciegos sobre ménsulas.
El
hastial sur del transepto es el mejor conservado; la puerta de acceso es de
medio punto con arquivoltas baquetonadas y capiteles decorados con motivos
vegetales; está coronado por un óculo. De la fachada norte apenas se conservan
restos, un lienzo con una puerta de medio punto sin tímpano.
Los muros perimetrales de la iglesia destacan por su altura y los canecillos que aún se conservan.
La capilla mayor se abre al resto de la iglesia a través de un arco de medio punto doblado sobre columnas, que hace las veces de arco de triunfo. Se distingue un presbiterio con un tramo recto cubierto con bóveda de cañón y ábside semicircular cubierto con cuarto de esfera. La girola aparece cubierta con bóvedas de crucería formadas por baquetones aristados en los tramos rectos y trapezoidales en los curvos. A los absidiolos se accede a través de arcos de medio punto sobre columnas, aparecen cubiertos con bóvedas de cañón, y en los muros se abren vanos abocinados de medio punto y huecos, cubiertos con bóvedas de horno, utilizados para guardar los ornamentos sagrados. El segundo nivel cuenta con siete vanos de medio punto abocinados con arquivoltas y capiteles lisos. Se cierra la capilla mayor con una bóveda de cuarto de esfera nervada, con seis nervios, que parten de una clave y se disponen en haces de tres columnillas que descansan en ménsulas con formas vegetales.
Del
transepto se ha conservado el abovedamiento de medio cañón apuntado con fajones
del lado norte. Es posible que el crucero estuviese cubierto con una bóveda
octopartita, la nave central con una bóveda de cañón apuntado y las laterales
con bóvedas de crucería. En el siglo XVIII se añadió una torre campanario en
forma de espadaña.
La iglesia debió acoger dos coros: el de monjes, cerca del altar mayor, y el de legos, a los pies del templo.
El claustro de monjes es de planta rectangular, de 25 por 35 metros. Se conserva parte del pódium, algunas basas y columnas perimetrales y la panda este, en la que se encontraban la sala capitular, los dormitorios y la sala de los monjes. La sala capitular es de planta cuadrada, de 10,60 metros de lado, dividida en nueve espacios por cuatro pilares cuadrados exentos y se cubría con bóvedas de arista. El dormitorio de monjes ha desaparecido. La sala de monjes, en el ángulo noreste, es de planta rectangular, de 14,20 por 10,50 metros, dividida en seis espacios por dos pilares con cuatro semiculumnas adosadas.
En
la panda norte se situaban el calefactorio, el refectorio de monjes y la
cocina.
La panda oeste acogía el refectorio de conversos y la cilla.
Durante los siglos XVII y XVIII se acometieron reforma en el claustro de monjes, se levantó y reformó el claustro de la hospedería, la escalera imperial, que daba acceso al segundo claustro y otras obras menores.
El monasterio de Santa María de Moreruela debe su importancia artística a haber sido uno de los edificios más destacados de la arquitectura cisterciense en España. Por ello, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.
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