sábado, 27 de septiembre de 2025

La Crucifixión, de Juan de Flandes

Juan de Flandes (¿?, 1465-Palencia, 1519) fue uno de los pintores más destacados del Renacimiento español. De origen flamenco, se formó en la Escuela de Brujas; sin embargo, desarrolló la mayor parte de su carrera artística en Castilla desde 1496, cuando la reina Isabel la Católica le nombró pintor de Corte. Entre sus obras destacan Retablo de Isabel la Católica (1496-1504), La resurrección de Lázaro (1510-1518) y La Crucifixión (1509-1519).

Juan de Flandes: La Crucifixión, 1509-1519.
Estilo: Renacimiento.
Técnica: Óleo sobre tabla.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 123 x 169 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

  

Juan de Flandes pintó La Crucifixión como parte del retablo mayor de la catedral de San Antolín de Palencia por encargo del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Estuvo situada en la calle central del retablo entre las tablas Camino del Calvario y Entierro de Cristo.

Atendiendo al sitio que iba a ocupar la tabla, Juan de Flandes optó por un formato de gran tamaño, disposición apaisada y con los elementos esenciales; además, eligió el momento en el que la mayoría de testigos de la crucifixión de Cristo marcharon y con él solo quedaron, de izquierda a derecha, san Juan, la Virgen María, María de Cleofás, María Salomé, María Magdalena, dos jinetes y un soldado, además de los personajes inanimados de la nube, el tarro de ungüentos, la calavera, el fémur y la cadera, piedras preciosas y Jerusalén al fondo.

El eje de la composición lo ocupa Cristo en la cruz. Su aspecto es siríaco, aparece con corona de espinas, clavado con tres clavos, lo que desequilibra las caderas teniendo como consecuencia que Cristo aparezca en contraposto, cabeza inclinada hacia el hombro derecho y de las manos, del costado derecho y de los pies mana sangre, la del costado alcanza el paño de pureza y continúa por el muslo de la pierna derecha. Sobre la cabeza de Cristo se extiende una filacteria en la que se lee INRI, abreviatura latina de Iesvs Nazarenvs Rex Ivdeaorvn, que se traduce por Jesús de Nazaret, Rey de los judíos.

La Virgen María aparece sentada sobre una piedra, vestida de verde y blanco, con rostro cubierto de lágrimas por la pérdida de su hijo. Junto a ella se reconocen el apóstol san Juan, María de Cleofás y María Salomé, mirando a la Virgen María con semblantes afectados, rostros cubiertos de lágrimas y manos en posición orante. Sin embargo, María Magdalena dirige su mirada a Cristo en la cruz. Los jinetes y el soldado, con armadura del siglo XVI y de espaldas al espectador, dirigen su mirada a Cristo en la cruz.

Los gestos, los colores y muchos de los elementos que componen la escena tienen un significado simbólico: las manos de María Cleofás y María Salomé, el poder de la oración; el blanco, la pureza; el verde, la esperanza; el azul, la nobleza de corazón; el rojo, la Pasión; y el dorado, la Gloria; el tarro de los ungüentos, el perdón de los pecados; el soldado el cumplimiento de las profecías; la calavera, el fémur y la cadera, el pecado capital de Adán y Eva; y las piedras preciosas, el Paraíso.

Juan de Flandes aprovechó el gran tamaño de las figuras para dotarlas de monumentalidad, volumen y pliegues marcados, además remarcó algunos contornos para subrayar el modelado de las figuras.

La luz entra por el lado izquierdo proyectando las sombras hacia la derecha.

Los colores tienen una tonalidad oscura en coherencia con los semblantes doloridos de los personajes que aparecen en la escena.

La Crucifixión fue trasladada a la Sala Capitular de la catedral de San Antolín de Palencia en 1559, don Manuel Arburúa la compró en 1944 para su colección particular y la constructora Ferrovial en 2005, año en el que la donó al Museo Nacional del Prado en concepto de pago de impuestos.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Santa María de Retortillo

La iglesia de Santa María de Retortillo se construyó en el siglo XII en estilo románico. Se edificó dentro de las ruinas de la ciudad romana de Julióbriga siguiendo la costumbre medieval de levantar iglesias sobre templos paganos con el fin de sacralizar ese espacio.

De la iglesia de Santa María de Retortillo llaman la atención la portada, la escalinata que lleva a la espadaña y los elementos decorativos.

  

La iglesia de Santa María de Retortillo presenta planta de una sola nave, presbiterio y ábside semicircular. Los muros perimetrales están reforzados con contrafuertes.

La iglesia de Santa María de Retortillo se levantó sobre las ruinas de la ciudad de Julióbriga. Presenta una sola nave, presbiterio y ábside semicircular.

  

La fachada meridional acoge la portada a la iglesia, siendo uno de los elementos más llamativos de la iglesia de Santa María de Retortillo. Presenta tres arquivoltas de medio punto doveladas carentes de decoración; estas descansan sobre jambas lisas, que rematan en impostas decoradas con motivos vegetales y reticulares. Sobre el acceso se distingue un tímpano semicircular empotrado, rescatado de la perdida fachada principal del templo; alberga un mesorrelieve en el que se distinguen enfrentados un grifo, a la izquierda, y un león alado, a la derecha, uniendo dos de sus patas delanteras, sobre estas descansa una cruz griega inscrita en un círculo y sobre las fieras una pareja de ángeles portan una cruz latina; el propósito es transmitir la idea del triunfo del bien, representado por la cruz, sobre el mal, simbolizado por las bestias. Sobre el tímpano se abre una hornacina, que acoge una imagen de la Virgen con el Niño en brazos; la Virgen aparece suspendida sobre cabezas de ángeles, coronada y con manto; es de hechura renacentista.

La portada de la iglesia de Santa María de Retortillo destaca por su sobriedad, siendo el tímpano el elemento de más valor artístico y simbólico por representar el triunfo del bien sobre el mal.

  

La cabecera ofrece un ábside semicircular; se divide en tres lienzos verticales mediante dos contrafuertes sobre los cuales descansan dos columnillas emparejadas; las columnas presentan pedestal troncocónico compartido y basa, sobre el contrafuerte correspondiente, fuste liso y capiteles, que sirven para sostener el alero de la cornisa. En cada lienzo del ábside se abre un vano de medio punto, el central descansa sobre columnas y los laterales se prolongan hasta los alfeizares; el vano central presenta tres arquivoltas, un guardapolvos decorado con motivos florales y dos columnas con basas y capiteles decorados con motivos zoomórficos, parejas de gallos y cuadrúpedos rampantes.


El ábside semicircular de la iglesia de Santa María de Retortillo aparece dividido en tres paños verticales por contrafuertes y parejas de columnas.

  

A los pies de la iglesia de Santa María de Retortillo se levantó una espadaña campanario de tres troneras, dos en la base y una sobre estas de menor tamaño, las tres en arco apenas apuntado. Se accede a la espadaña campanario mediante una escalinata.

La cabecera de la iglesia de Santa María de Retortillo se divide en dos tramos, el presbiterio, recto y cubierto con bóveda de cañón, y el ábside, semicircular y cubierto con bóveda de horno.

  

Al presbiterio se accede bajo un arco triunfal, que apea en columnas embebidas en el muro; de estas el elemento más llamativo es el capitel, el septentrional muestra dos caballeros combatiendo a caballo y el meridional la Paz de Dios impuesta por la Iglesia, simbolizada por una mujer que se interpone entre dos caballeros dispuestos para combatir. En los muros presbiteriales se abren dos arcos ciegos de medio punto sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales y zoomórficos; cuentan con baquetones y guardapolvos ajedrezado; en las enjutas se distinguen dos relieves zoomórficos, sendas parejas de leones y aves. De los tres vanos absidiales de medio punto, el central cuenta con columnas.


En el capitel en el que se representa la Paz de Dios se distingue una mujer separando a dos caballeros dispuestos al combate.

  

La nave aparece cubierta por una bóveda estrellada, que no es original, el presbiterio por una de cañón apuntada y el ábside por una de horno. Al exterior las cubiertas son a dos aguas, excepto la del ábside, semicircular a una vertiente.

Para la construcción de la iglesia de Santa María de Retortillo se utilizaron sillares de granito.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Museo de Bellas Artes de Asturias

El Museo de Bellas Artes de Asturias, con sede en Oviedo, se abrió al público en 1980. Su historia arranca en 1969, año en el que la Diputación Provincial de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo constituyeron la Fundación Pública Centro Provincial de Bellas Artes. En 2015 se amplió con un nuevo edificio, lo que permitió sumar metros expositivos y mostrar nuevas obras. 

La colección de arte del Museo de Bellas Artes de Asturias se creó a partir de los fondos de la antigua Diputación Provincial de Asturias, el antiguo Museo de Pinturas Provincial de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo, la dación en pago de la Colección Pedro Masaveu Peterson y donaciones particulares. En la actualidad suma más de 15.000 piezas entre carteles de cine, cuadros, dibujos, esculturas, fotografías, grabados, lozas, planchas calcográficas y vidrios, distribuidas por los tres edificios expositivos que forman el museo.

San Pablo (ca. 1608-1614), de El Greco, es una de las obras más valoradas del Museo de Bellas Artes de Asturias.

  

El Palacio de Velarde acoge las piezas más valoradas. Son de los siglos XIV al XIX. Hay cuadros de Fernando Gallego, Pedro Berruguete, El Greco, Murillo, Ribera, Zurbarán, Goya, Federico de Madrazo y muchos otros. 

En la Casa Oviedo-Portal se exhiben la obra de los pintores asturianos del siglo XIX Suárez Llanos, Álvarez Catalá, Martínez Abades y otros. También se muestran piezas de los fondos de artes industriales, carteles de cine, dibujo, fotografía y grabado.


Luis Álvarez Catalá es uno de los pintores asturianos representados en el Museo de Bellas Artes de Asturias. Llama la atención su cuadro Filandón en el monasterio de Hermo (1872).

  

En el edificio Ampliación se exponen obras de los siglos XX y XXI. Destacan las obras de Sorolla, Regoyos, Dalí, Picasso, Gargallo y de los artistas asturianos Piñole y Vaquero entre otros.


Metamorfosis de ángeles en mariposas (1973) es una de las obras de Dalí que completan la muestra de pinturas del siglo XX.