sábado, 3 de diciembre de 2016

Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches, de Federico de Madrazo

Federico de Madrazo (Roma, 1815-Madrid, 1894) se formó en el taller de su padre, el pintor neoclásico José Madrazo, en Roma con los nazarenos y en París con Ingres, amigo de su padre. Fue pintor de cámara de la reina Isabel II, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y del Museo del Prado. Es el representante español más destacado de la pintura romántica. Entre sus mejores obras hay que citar Isabel II (1844) y Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches (1853).

Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches (Barcelona, 1821-Madrid, 1874) se casó con Gonzalo José de Vilches y Parga en 1839, ambos recibieron el título de condes en 1848. Destacó en los círculos intelectuales de Madrid al organizar tertulias, representaciones teatrales y veladas musicales y escribir las novelas Berta y Lidia. Fue amiga personal de Federico de Madrazo, lo que explica que el pintor cobrase 4.000 reales por el retrato, la mitad de lo que solía, y se esforzase en pintar un retrato que está considerado su obra maestra.


Federico de Madrazo: Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches, 1853.
Estilo: Romanticismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 126 x 89 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches es el retrato de una mujer en la plenitud de su belleza, a los 32 años de edad, de rostro ovalado, piel nacarada, cabello negro, peinado al modo isabelino, ojos color miel y sonrisa dulce. La condesa de Vilches aparece sentada en un sillón tapizado con motivos florales; con la mano izquierda, que descansa en el regazo, sujeta un abanico de pluma; la cabeza apenas apoya en la mano derecha, sólo en los dedos anular y meñique. El vestido se ajusta a la moda Segundo Imperio, es de raso azul y blanco roto, con volantes y amplio vuelo, ángulos en zigzag y escote amplio que deja ver los hombros. Los complementos son un chal de kasmir bordado en oro y plata, dos brazaletes, uno de oro y otro de oro y piedras preciosas, y una sortija. Es un retrato de inspiración francesa, ajeno al gusto español, en el que se reconoce la influencia de Ingres.

Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches reúne todas las características que lo convierten en obra maestra del retrato romántico: pureza de línea en los contornos; pincelada suelta; luz centrada en el personaje retratado para realzar su belleza y resaltarlo del fondo dejado en penumbra y apenas definido; rostro ovalado y piel muy blanca, como rasgos distintivos de belleza; expresión delicada y sutil del personaje; y detallismo en el traje y complementos.

Federico de Madrazo presentó Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches en la Exposición Universal de París de 1855, donde Gustave Planche lo criticó porque "la condesa aparece mal sentada"; sin embrago, Théophile Gautier lo valoró por su refinamiento. También lo exhibió en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1856.

Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches fue propiedad de la retratada hasta su muerte en 1874, luego de su hijo, el segundo conde de Vilches y conde de la Cimera hasta 1892, año en que lo cedió en usufructo al Museo Nacional del Prado, su propietario desde 1944.

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