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sábado, 8 de febrero de 2025

La rendición de Granada, de Francisco Pradilla

Francisco Pradilla (Villanueva de Gállego, 1848-Madrid, 1921) se formó en Zaragoza y Madrid, donde estudió a los grandes maestros de la pintura. En 1874 fue pensionado para completar su formación en la Academia de España en Roma. Como colofón a su estancia en Roma pintó Doña Juana la Loca (1877) por el que obtuvo la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid (1878) y la Medalla de Honor en la Exposición Universal de París (1878). Se distinguió como pintor de cuadros de temática histórica de gran formato, tales como La rendición de Granada (1882), La reina doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas con su hija, la infanta doña Catalina (1906) y Cortejo del bautizo del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, por las calles de Sevilla (1910).

Francisco Pradilla: La rendición de Granada, 1882.
Estilo: Romanticismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Histórica.
Dimensiones: 330 x 550 cm.
Palacio del Senado, Madrid, España.

  

El Senado encargó a Francisco Pradilla la realización de una pintura que reprodujese una escena relacionada con la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492. El cuadro habría de exaltar la unidad española y gloria nacional.

Francisco Pradilla se documentó para la realización de La rendición de Granada visitando la Capilla Real de Granada y el Museo del Ejército para conocer objetos militares y otros de finales del siglo XV, textos contemporáneos a los hechos representados, estudió los retratos de los Reyes Católicos hechos hasta entonces y viajó a Marruecos para conocer los rasgos físicos y vestuario de la población autóctona. Realizó numerosos dibujos y bocetos preparatorios en Granada para estudiar la atmósfera y el paisaje de la ciudad, pero el cuadro lo terminó en Roma en 1882, donde fue expuesto antes de que fuese alojado en el Senado de Madrid en 1883. También fue exhibido en Múnich en 1883 y en la Exposición Universal de París de 1889. En todas las ciudades la crítica fue favorable.

En La rendición de Granada se recoge el momento en el que Boabdil, último rey nazarí de Granada, se rinde y entrega las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492.

En primer plano se sitúan los ejércitos cristiano y musulmán. El ejército cristiano ocupa la mitad derecha del cuadro y se dispone en una diagonal izquierda derecha, desde la esquina inferior hasta el centro de la escena; los personajes que aparecen son el rey de armas con dalmática en la que aparecen representados los símbolos de los reinos que componían en ese momento la Monarquía Hispánica (León, Castilla, Aragón y Sicilia), el paje real, que sujeta el caballo blanco sobre el que monta la reina Isabel la Católica, que viste saya, brial, manto real, toca, joyas y corona, la princesa doña Isabel sobre una mula baya, el príncipe don Juan sobre caballo blanco, el rey Fernando el Católico, que viste un manto veneciano, monta un caballo bayo, que sujeta un paje real; además, entre las filas del ejército castellano aparecen el conde de Tendilla, el Gran Maestre de la Orden de Santiago, don Gonzalo de Córdoba, el duque de Medina-Sidonia, el marqués de Cádiz, Tomás de Torquemada, confesor de la reina Isabel la Católica, y diversas damas; entre los elementos que portan los miembros del ejército cristiano destacan las cruces para simbolizar el triunfo del catolicismo sobre el islam. Entre los dos ejércitos se abre un camino embarrado en el que aparecen marcadas las rodadas de varios carros. El ejército musulmán ocupa poco menos de un tercio del lado izquierdo; se reconoce al rey Boabdil sobre un caballo negro, que se adelanta a sus hombres para entregar las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos. Al fondo, en el último plano y en altura, aparece la ciudad de Granada, distinguiéndose el barrio del Albaicín por sus casas blancas y la Alhambra por sus muros rojo arcilla.

Las marcas de los carros sobre el barro marcan la perspectiva en el cuadro. La perspectiva aérea permite reproducir la atmósfera entre los personajes y elementos que  componen la escena.

En la paleta de colores predomina las tonalidades azul, blanco, negro, ocre, rojo y verde.

La reproducción de la luz es realista, abriéndose paso entre las nubes después de un día lluvioso.

Francisco Pradilla demostró su virtuosismo técnico en la reproducción fidedigna de las texturas y del más mínimo detalle de los objetos que aparecen en el cuadro, desde la vestimenta de los personajes al barro del suelo.

Francisco Pradilla no recibió ningún premio por La rendición de Granada, pero es el cuadro más popular de los que pintó y el que más fama le ha dado. El rey Alfonso XII le entregó la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica y el Senado le abonó el doble de la cantidad contratada por la realización de la obra.

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