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sábado, 25 de mayo de 2024

Sepulcro de doña Urraca López de Haro, de Ruy Martínez de Bureba

El sepulcro de doña Urraca López de Haro es la obra maestra de Ruy Martínez de Bureba. Lo realizó en 1272 en estilo gótico.

Ruy Martínez de Bureba: Sepulcro de doña Urraca López de Haro, 1272.
Estilo: Gótico.
Técnica: Piedra tallada.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: de la caja mortuoria, 238 x 88 x 52 cm; de la losa sepulcral, 245 x 94 cm.
Monasterio de Santa María de San Salvador, Cañas, España.

  

Doña Urraca López de Haro nació en 1193. En 1225, a la temprana edad de 32 años, alcanzó a ser abadesa del monasterio de Santa María de San Salvador de Cañas. Ocupó ese puesto hasta su muerte en 1262, contribuyendo al engrandecimiento del monasterio. Por ello, diez años después de su fallecimiento, se encargó al escultor Ruy Martínez de Bureba la realización de un sepulcro en el que los restos de doña Urraca López de Haro descansasen para siempre.

El sepulcro consta de dos partes: la losa sepulcral y la caja mortuoria.

Sobre la losa sepulcral aparece una escultura yacente de doña Urraca López de Haro. Se la representa con expresión serena, con una sonrisa apenas esbozada y con los ojos abiertos, a la espera de la resurrección. El hábito es sencillo y de pliegues angulosos. Con la mano derecha sujeta un rosario, que cuelga del cuello, y con la mano izquierda sujeta el báculo abacial, que en su parte superior presenta un dragón enroscado. Junto a los hombros aparecen sendos ángeles turiferarios y a los pies tres religiosas sedentes en actitud orante, además de una serpiente, símbolo de la prudencia, y una paloma, que representa la humildad.

Llama la atención del espectador la expresión serena de la imagen que representa a doña Urraca López de Haro.

  

La caja mortuoria descansa sobre tres parejas de lobos, emblema de la casa de los López de Haro. Las cuatro caras de la urna mortuoria están decoradas con otras tantas escenas. En la cara correspondiente a la cabecera aparecen cuatro religiosas, una da consuelo a otra, la tercera porta un libro y la cuarta se arrodilla ante la figura de san Pedro, que lleva las llaves del cielo. En la cara derecha aparecen once monjas, que representan a la  comunidad religiosa monacal, de las cuales la priora recibe el pésame del obispo, el resto aparecen llorando de manera contenida, menos una que gira la cabeza hacia un monje que la sigue y al que sonríe. En la cara izquierda se observa el funeral de la difunta, en el centro descansa el féretro, que está rodeado por religiosos, algunos tonsurados, y hombres mesándose los cabellos en señal de duelo, todos lloran la pérdida de doña Urraca López de Haro. La cara correspondiente a los pies de la caja sepulcral está decorada por una escena en la que el alma de doña Urraca López de Haro asciende al cielo en forma de una niña desnuda en actitud orante, que descansa en un lienzo que sostiene una pareja de ángeles.

Del lado derecho de la caja sepulcral llama la atención el gesto sonriente de una religiosa hacia un monje.

  

Las figuras de las escenas están esculpidas en alto y medio relieve, distinguiéndose varios planos de representación.

El material en el que está hecho el sepulcro es piedra arenisca.

La importancia histórica y artística del sepulcro de doña Urraca López de Haro radica en exaltar a la persona representada, para lo cual introduce el báculo abacial como elemento distintivo de la posición alcanzada por la difunta y la representación del alma de esta ascendiendo al cielo. Además, es de valorar la temprana representación individualizada y expresividad de todos los personajes que aparecen decorando las paredes del sepulcro, tan característico del estilo gótico, dejando atrás el hieratismo e inexpresividad del estilo románico.

La cara de los pies de la caja sepulcral está decorada con una escena en la que se representa el ascenso del alma de doña Urraca López de Haro al cielo en forma de niña desnuda.

sábado, 18 de mayo de 2024

El pie varo, de José de Ribera

José de Ribera (Játiva, 1591-Nápoles, 1652) fue el primer gran pintor del Barroco español. Se estableció en Roma desde 1610 y en Nápoles desde 1616 hasta su muerte. Hasta 1635 su pintura acusó una fuerte influencia de Caravaggio; entre 1635 y 1650 se dejó influir por los pintores venecianos, y sus cuadros ganaron en luminosidad y color; en sus últimos años recuperó el tenebrismo de su juventud. Ribera pintó cuadros mitológicos, profanos, retratos y paisajes; entre sus grandes obras hay que citar La mujer barbuda (1631), El martirio de san Felipe, El sueño de Jacob, ambos de 1639, y El pie varo (1642).

José de Ribera: El pie varo, 1642.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 164 x 92 cm.
Museo del Louvre, París, Francia.

  

José de Ribera en El pie varo, más conocido como El patizambo, representa a un niño mendigo que padece la enfermedad que da título al cuadro; el pie varo presenta una deformidad en el retropié que le impide apoyarse en el talón, lo que le hace andar con dificultad y no valerse para el desempeño de una vida normal y ocuparse en muchos trabajos. Por ello, el niño tiene permiso para ejercer la mendicidad; se informa de ello al espectador mediante el texto en latín escrito en la hoja de papel, que el niño sostiene con la mano izquierda, que dice: “DA MIHI ELIMO/ SINAM PROPTER AMOREM DEI”, es decir, “Deme una limosna, por amor de Dios”. Era el permiso que el virrey de Nápoles dispensaba para poder practicar la mendicidad.

El niño aparece de pie, de medio perfil, mirando y sonriendo al espectador; la sonrisa deja ver una boca en la que faltan varios dientes; el brazo izquierdo lo tiene extendido, con la mano sujeta un papel y la muleta con la que se ayuda para andar; el defecto físico se aprecia en el pie derecho; la indumentaria es humilde y aparece desgastada; y aparece descalzo y con los pies sucios. La figura del niño se recorta sobre un paisaje celestial, que ocupa la mayor parte del fondo del cuadro.

La composición de la escena se articula sobre tres espacios definidos: la zona superior, que viene marcada por la línea diagonal de la muleta, y que ocupa la cabeza del niño; la zona intermedia, que ocupa el cuerpo hasta las rodillas, y que ofrece una suave línea ondulada; y la zona inferior, desde las rodillas a los pies, donde se puede observar el pie varo.

José de Ribera es realista en la representación del niño, pero lo eleva en dignidad. Lo consigue con un punto de vista bajo, el que se reservaba para representar a miembros de la realeza y la aristocracia, que lo dota de monumentalidad. No se burla del niño; al contrario, la sonrisa del niño pretende contagiar al espectador alegría de vivir y no conmiseración.

La paleta de colores es escasa, predominando los tonos ocres y marrones, además del azul, el blanco y un verde apagado.

La luz procede de un punto exterior del cuadro, elevado y situado a la izquierda del niño; por ello aparece más oscura la parte izquierda del rostro del niño y más iluminada la parte derecha, dejando ver su sonrisa.

El pie varo es un cuadro representativo de la segunda etapa de la carrera artística de José de Ribera, aquella en la que abandonó el tenebrismo por una representación más luminosa.

sábado, 11 de mayo de 2024

Monasterio de San Salvador de Leyre

El monasterio de San Salvador de Leyre es uno de los edificios más destacados del románico temprano de España. El presbítero mozárabe san Eulogio dio noticias del monasterio después de su estancia en él en 848. Durante los siglos IX y X el monasterio fue sede episcopal y del Reino de Pamplona. La primera iglesia monástica fue destruida por el moro Almanzor a finales del siglo X. La nueva iglesia fue terminada y consagrada en 1057, pero sus naves fueron demolidas en el siglo XII para proceder a su ampliación, conservándose la cabecera y la cripta. El monasterio de San Salvador de Leyre dejó de ser benedictino para ser cisterciense en 1239. La Orden del Císter sustituyó la cubierta a dos aguas por bóvedas de terceletes góticas durante el siglo XIV. Durante la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII se levantó el monasterio nuevo. Durante el siglo XIX el monasterio fue abandonado en 1809, durante la Guerra de la Independencia, en 1830, durante el Trienio Liberal, y en 1835, tras la aprobación de la desamortización de Mendizábal. La Comisión de Monumentos históricos y artísticos inició la restauración monumental del monasterio de San Salvador de Leyre en 1845, la iglesia fue declarada Monumento nacional en 1868 y se reabrió al culto en 1875. En 1935 se realizaron excavaciones descubriéndose los cimientos de la primera iglesia. En 1954 se restauró la vida monacal de la mano de los benedictinos.

La cabecera de la iglesia del monasterio de San Salvador de Leyre está formada por tres ábsides semicirculares.

  

Las partes más antiguas del monasterio de San Salvador de Leyre son la cripta, la cabecera de la iglesia y la torre campanario, del siglo XI, y la puerta Speciosa o puerta occidental, del siglo XII, de estilo románico. El Panteón Real, la capilla de Santa Nunilo y Santa Alodia, la cubierta de la iglesia y la espadaña son del siglo XIV y de estilo gótico.


La cripta del monasterio de San Salvador de Leyre cuenta con tres ábsides semicirculares y cuatro naves, las dos centrales se corresponden con el ábside central.

  

La cripta del monasterio de San Salvador de Leyre presenta cuatro naves de cuatro tramos, después de que la nave central, de anchura doble a las laterales, la dividiesen en dos ante el temor de que no soportase el peso de la iglesia; la nave central se divide en ocho tramos y las laterales en cuatro. Los elementos sustentantes son dos pilares cruciformes y columnas, de escasa altura y desproporcionados; sobre estos elementos descansan arcos de medio punto peraltados. Los tres ábsides semicirculares se cubren con bóveda de horno y las naves con bóveda de cañón. Los elementos decorativos que adornan los capiteles son estrías, bulbos y volutas, aunque algunos aparecen lisos. A la cripta se accede a través de una puerta románica situada en el primer tramo del muro norte, es de medio punto, sus tres arcos descansan sobre capiteles-imposta. A los pies de la cripta, en el muro oeste, se dispone el túnel de San Virila, un pasillo estrecho sin comunicación con la cripta, pero sí con la huerta.


Las columnas de la cripta del monasterio de San Salvador de Leyre carecen de basa, tienen fuste de escaso desarrollo y liso y capiteles desproporcionados.


La cabecera de la iglesia del monasterio de San Salvador de Leyre ofrece tres ábsides semicirculares y tres naves, siendo de mayor desarrollo el ábside y la nave centrales.

  

La cabecera de la iglesia del monasterio de San Salvador de Leyre presenta tres ábsides semicirculares, siendo el central de anchura doble a los laterales, que, sin embargo, son de la misma altura, y aparecen cubiertos con bóvedas de horno. La nave central tiene una anchura doble a las laterales, están separadas por pilares cuadriformes con semicolumnas sin basa adosadas y arcos fajones de medio punto doblados; aparecen cubiertas con bóvedas de cañón. El ábside central cuenta con dos vanos en el nivel inferior y uno en el superior, mientras los laterales con un vano en cada nivel; los vanos superiores son de mayores proporciones. Los canecillos que soportan el alero de la cubierta de los ábsides están decorados con motivos antropomórficos, geométricos y zoomórficos.


Durante el siglo XIV se reformó la iglesia del monasterio de San Salvador de Leyre cubriendo la nave con bóvedas de terceletes gótica.

  

En los últimos años del siglo XI se dotó a la iglesia del monasterio de San Salvador de Leyre de una nave de cuatro tramos y cubierta de madera a dos aguas. Durante el siglo XIV la cubierta se sustituyó por bóvedas de terceletes góticas y se levantaron contrafuertes en el muro perimetral. Las claves de las bóvedas están decoradas con motivos heráldicos.

La capilla de Santa Nunilo y Santa Alodia se encuentra en el muro meridional. La puerta de acceso presenta tres arquivoltas de medio punto, que descansan sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales, mientras el tímpano está decorado con un crismón; la función original de esta puerta era de acceso al templo. La cubierta es una bóveda nervada del siglo XV, estando la clave decorada con el escudo del monasterio.

El Panteón Real se dispone en el muro septentrional, frente a la capilla de Santa Nunilo y Santa Alodia. Ofrece un arcosolio cerrado por una verja del siglo XIV.

La puerta Speciosa, puerta Preciosa o puerta occidental se levantó a mediados del siglo XII en estilo románico. Se atribuye al maestro Esteban. Presenta cuatro arquivoltas de medio punto, las interiores descansan sobre columnas y la exterior sobre dos pilares; un parteluz y dos mochetas ayudan a sostener el tímpano. La decoración escultórica es abundante: en el tímpano se reconocen las figuras del Salvador bendiciendo y sujetando el Libro de la vida, la Virgen María  con las manos abiertas, san Pedro con una llave, san Mateo escribiendo el Evangelio, san Juan y otra figura sin identificar, hay un espacio vacío, pues se ha perdido una figura, además, de lado a lado, se disponen motivos vegetales sobre los  personajes citados; el pilar exterior izquierdo está ocupado por la imagen de un santo, mientras la figura del pilar derecho se ha perdido; las mochetas están decoradas con las cabezas de un león y un toro; la basa del parteluz es un capitel  invertido decorado con motivos vegetales y el capitel está adornado con cuatro figuras sedentes; los capiteles de las columnas están decoradas con motivos antropomórficos, vegetales y zoomórficos, igual que las arquivoltas; el resto de la portada está tapizada por diferentes figuras independientes o formando escenas, se reconoce a san Miguel, la Transfiguración del Señor, el martirio de las santas Nunilo y Alodia, una cabeza monstruosa con la boca abierta, el diablo atrapando un alma, Jonás y la ballena, la Visitación, la Anunciación, san Pedro echando la red, un ángel trompetero, un obispo, un peregrino, etc. En muchas de las figuras se conservan restos de policromía. La portada está  protegida por un tejaroz moderno, que vino a sustituir el original, perdido tras la desamortización y posterior exclaustración de 1835.


La puerta Speciosa ofrece una decoración escultórica de gran valor formal y con un programa iconográfico muy completo; el Salvador es la figura principal.

 

La torre campanario es de planta cuadrada con tres vanos triforios a cada lado, de medio punto peraltado sobre parteluces y capiteles. La cubierta es a cuatro vertientes.

La espadaña de una tronera acoge la campana; descansa sobre la nava principal.

El llamado monasterio nuevo se edificó entre los siglos XVI y XVII y vino a sustituir al primitivo, muy deteriorado.

La hospedería se construyó a mediados del siglo XX en estilo neorrománico.

El monasterio de San Salvador de Leyre debe su importancia artística a ser una de las primeras obras románicas de España y de mayor calidad.