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sábado, 23 de octubre de 2021

Goya atendido por su médico Arrieta, de Goya

Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828) se formó como pintor en el taller de José Luzán (1760-1761), en la Real Academia de Bellas de San Fernando (1763-1766), en Roma (1770-1771) y con Francisco Bayeu a su regreso a España. Destacó como cartonista, grabador y pintor; como cartonista en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara (1775-1792); como grabador con sus series Los Caprichos (1799), Los Desastres de la Guerra (1815), La Tauromaquia (1816), Los Disparates o Proverbios (1820-1823) y Los toros de Burdeos (1825); y como pintor desarrolló los más diversos géneros: religioso con Cristo crucificado (1780), histórico con El dos de mayo de 1808 en Madrid y El tres de mayo de 1808 en Madrid, ambos de 1814, y el retrato con Los duques de Osuna y sus hijos (1788), La duquesa de Alba (1795), La condesa de Chinchón (1800), La familia de Carlos IV (1800-1801) y Goya atendido por su médico Arrieta (1820), que también es autorretrato. Entre su producción más singular se cuentan las Pinturas Negras de la Quinta del Sordo en Madrid (1800-1823). Fue nombrado pintor del rey en 1786, pintor de cámara en 1789 y primer pintor de cámara en 1799.

Francisco de Goya: Goya atendido por su médico Arrieta, 1820.
Estilo: Romanticismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 117 x 79 cm.
Instituto de Arte de Minneapolis, Minneapolis, EE. UU.

  

Goya en el cuadro Goya atendido por su médico Arrieta recogió un momento de su convalecencia por tifus acaecida en 1819. Goya aparece enfermo y débil sentado en cama, sostenido por el médico Eugenio García Arrieta, que le acerca un vaso para que beba su contenido. Por ello, este cuadro es un autorretrato de Goya y un retrato de su amigo, el doctor Arrieta, como lo atestigua la inscripción manuscrita por Goya en la base del lienzo, que dice: “Goya agradecido á su amigo Arrieta: por el acierto y esmero con q.e le salvó la vida en su aguda y- / peligrosa enfermedad, padecida á fines del año 1819, a los setenta y tres de su edad. Lo pintó en 1820”. En efecto, Goya se recuperó del tifus gracias a los cuidados del doctor Arrieta y vivió hasta 1828.

Goya y el doctor Arrieta aparecen en primer plano, ocupando la mayor parte del lienzo. Goya se muestra moribundo, pálido, con la mirada perdida, la boca entreabierta, el cabello revuelto y sudoroso, sujetando con las manos la sábana blanca que le cubre y que asoma por encima de la manta roja; viste un camisón blanco y un gabán gris. El médico Arrieta se sitúa detrás de Goya para sujetar a este e impedir que se desplome sobre la cama; acerca a Goya un vaso con una sustancia rojiza, quizá un brebaje para aliviar los síntomas de la enfermedad; presenta un semblante de preocupación y cansancio, pero saludable; viste camisa blanca, levita verde y pantalón negro.

El fondo del cuadro es oscuro y apenas deja ver el rostro de cuatro personajes, que parecen ser las Parcas, acechantes en un momento en el que la vida de Goya parece estar cercana al final.

Otros aspectos formales reseñables son una pincelada suelta, que no impide perfilar las formas de manera precisa, una paleta de colores sobria y una luz intensa, que, procedente de un foco exterior al cuadro, incide de arriba abajo desde el lado izquierdo, resaltando los brillos de la sábana, del camisón de Goya y de las frentes de este y del médico y que contrasta con el fondo negro del lienzo.

Cabe decir que Goya atendido por su médico Arrieta ofrece una estética próxima a las Pinturas negras, que Goya llevaría a término después de superar la enfermedad del tifus.

Por último, el cuadro sirve para reconocer la medicina como ciencia, dejando atrás una visión muy crítica hacia los médicos, que se venía arrastrando desde el siglo anterior. 


sábado, 16 de octubre de 2021

San Pedro de Tejada

La iglesia de San Pedro de Tejada se edificó durante el primer tercio del siglo XII en estilo románico, pero se desconoce su autoría.

La fachada de la iglesia de San Pedro de Tejada es de un estilo románico muy depurado. La decoración escultórica se concentra en los capiteles, línea de imposta, arquivolta exterior y enjutas.

  

La planta de la iglesia de San Pedro de Tejada presenta una única nave dividida en dos tramos marcados por un arco fajón, siendo de mayor superficie el segundo, crucero, cerrado por una torre campanario que descansa sobre una cúpula sobre trompas, tramo presbiterial y ábside semicircular. Una torre aparece adosada al muro meridional.

La planta de la iglesia de San Pedro de Tejada consta de una sola nave, crucero y ábside semicircular.

  

La fachada presenta un antecuerpo que acoge el acceso a la iglesia; tiene forma abocinada, en arco de medio punto que insinúa el inició de su prolongación en arco de herradura; se alternan arquivoltas lisas, sogueadas y con restos de otros motivos decorativos; las arquivoltas apoyan en una línea de imposta y esta en cuatro columnas, dos a cada lado del acceso, y jambas lisas; los capiteles de las columnas están decorados con motivos vegetales; la línea de imposta y la arquivolta exterior están decoradas con el taqueado jaqués. Los elementos decorativos más interesantes de la portada se concentran en las enjutas; a la izquierda seis apóstoles, Cristo, san Juan Evangelista recostado y Judas tomando el alimento de Cristo y robando un pescado; a la derecha otros seis apóstoles y un león y un hombre luchando. El tejaroz descansa sobre ocho canecillos en los que se representa el Tetramorfos y a ángeles; entre los dos canecillos centrales aparece Cristo dentro de una mandorla y con los brazos extendidos, a modo de Patocrátor. Sobre portada se abre un vano trilobulado.



Los relieves del apostolado, en dos grupos de seis, Cristo con san Juan y Judas y el león y un hombre luchando constituyen los elementos decorativos más llamativos de la portada de la iglesia de San Pedro de Tejada.

  

Los muros perimetrales están articulados por contrafuertes y dos cenefas ajedrezadas coincidentes con sendas líneas de imposta; entre estos se abren vanos en aspillera con pareja de columnas, arquivolta baquetonada y guardapolvo ajedrezado.

En el muro sur, a la altura del crucero, aparece una torrecilla cilíndrica adosada, que permite acceder al campanario.

La cabecera se divide en un tramo corto recto y ábside semicircular. Aparece dividido en paños mediante contrafuertes y columnas sobre estos; en cada paño se abre un vano de medio punto recorrido por una cenefa ajedrezada; cuatro de los cinco vanos son ciegos, solo el central sirve para iluminar el interior.

La torre campanario se levanta sobre el crucero. Se compone de dos cuerpos separados por una cornisa; el inferior presenta dos vanos ciegos en cada lienzo; el superior cuenta con dos vanos ajimezados en cada cara dentro de un arco de medio punto. La torre campanario presenta columnas esquineras; también hay columnas en el cuerpo superior entre cada vano. Los capiteles de las columnas están decorados con motivos vegetales y zoomórficos.

La cabecera de la iglesia de San Pedro de Tejada presenta un ábside semicircular articulado por contrafuertes y columnas. El crucero lo ocupa la torre campanario.

  

Los elementos decorativos más llamativos del exterior de la iglesia de San Pedro de Tejada son los canecillos y los capiteles de las columnas. La temática es muy variada: antropomórfica, laica y religiosa, vegetal y zoomórfica, dentro de este el bestiario.

De entre los canecillos que soportan los aleros de la iglesia de San Pedro de Tejada los conocidos como los exhibicionistas llaman la atención del espectador.

  

La única nave está cubierta por una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones, que descansan en pilastras con semicolumnas adosadas, el crucero lo cubre una cúpula sobre trompas, el tramo presbiterial una bóveda de cañón y el ábside una bóveda de horno. Los elementos decorativos se concentran en los capiteles y en la parte alta de los muros, recorridos por cenefas ajedrezadas. Al exterior la única nave y el tramo presbiterial presentan cubierta a dos vertientes, la torre campanario a cuatro y el ábside a un agua.

El crucero aparece cubierto por una cúpula sobre trompas. El muro absidial aparece recorrido por arcos de medio punto peraltados.

  

El principal material utilizado para la construcción de la iglesia de San Pedro de Tejada fue el granito en sillares, también se utilizó la piedra toba para la torre campanario.

La iglesia de San Pedro de Tejada constituye una de las edificaciones románicas más características del norte de la provincia de Burgos por sus elementos constructivos y decorativos.


sábado, 2 de octubre de 2021

Vieja friendo huevos, de Velázquez

Diego Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor barroco español más universal. Se formó en Sevilla a la sombra de Herrera el Viejo y Francisco Pacheco. En 1623 se instaló en Madrid y fue nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Viajó a Italia en 1629 y 1649. Pintó cuadros costumbristas, desnudos, históricos, mitológicos, paisajes, religiosos y retratos. Entre los costumbristas hay que citar Vieja friendo huevos (1618) y Aguador de Sevilla (1620), ambos de la etapa sevillana o de formación del pintor, anterior a 1623. El rey Felipe IV le nombró caballero de la Orden de Santiago (1658).

Diego Velázquez: Vieja friendo huevos, 1618.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Costumbrista.
Dimensiones: 110,5 x 119,5 cm.
Galería Nacional de Escocia, Edimburgo, Reino Unido.

  

La escena se desarrolla en una cocina poco profunda. Una anciana, vestida con falda y chaqueta ocre y con toca blanca que le cubre el cabello, sujeta un huevo con la mano izquierda mientras con la derecha se vale de una cuchara de madera para ayudarse en el proceso de freír dos huevos, que aparecen dentro de una cazuela de barro sobre un anafe u hornillo. La anciana suspende la acción que la ocupaba y levanta la cabeza para ver a un niño que llega a la cocina. El niño viste de pardo y blanco; con la mano derecha sujeta un melón y con la izquierda un recipiente de cristal; dirige la mirada al espectador para integrarle en la escena. Delante de la anciana se disponen elementos de cocina –una jarra de loza blanca, otra verde, un almirez, un plato de loza hondo con un cuchillo, un anafe y un caldero–, cebollas y guindillas; y en la pared cuelgan un cestillo de mimbre y unas alcuzas o lámparas de aceite.

La escena se encierra dentro de una línea oval que arranca en el cesto colgado en la pared, sigue por la cabeza, hombros y brazo izquierdo de la anciana, por la cazuela en la que se están friendo los huevos y la cierra el niño.

El punto de vista es elevado, lo que permite ver los huevos dentro de la cazuela de barro y la sombra del cuchillo dentro del plato de loza.

El dibujo es preciso y la pincelada lisa.

La gama de colores es escasa –amarillo, blanco, bronce, negro, verde y ocre– en tono mate.

La luz entra en la cocina desde el lado izquierdo y desde arriba, creando claroscuros de influencia caravaggesca.

Los personajes se identifican con María del Páramo, suegra de Velázquez, y Diego Melgar, ayudante en su taller.

Francisco Pacheco clasificó Vieja friendo huevos como un cuadro de bodegón, escena de cocina, donde se reúnen elementos propios del bodegón –alimentos y cacharros de cocina– y personajes corrientes. Hoy en día se le clasifica como pintura costumbrista por recoger una escena cotidiana, pero resulta barroco al reunir dos géneros en un cuadro, el bodegón y el retrato.

Velázquez pintó Vieja friendo huevos en Sevilla en 1618, un año después de superar el examen que le acreditaba como pintor profesional. No se sabe quién encargó el cuadro. El lienzo aparece citado por primera vez en 1698 en el inventario de cuadros de Nicolás de Omazur, comerciante flamenco asentado en Sevilla y amigo de Murillo. En 1813 consta como una de las piezas de la colección de John Woollett que salió a subasta en la casa Christie’s de Londres. En 1955 entró a formar parte de la Galería Nacional de Escocia.