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sábado, 22 de marzo de 2025

Santa María Magdalena de Tudela

La iglesia de Santa María Magdalena de Tudela se comenzó a construir en estilo románico en la segunda mitad del siglo XII, sobre los restos de una iglesia mozárabe, y se finalizó a principios del siglo XIII. Fue remodelada durante los siglos XVI y XVII, erigiéndose varias capillas, algunas de estilo barroco, que fueron demolidas en la restauración de 1986, encaminada a restaurar la iglesia en su estado original.

La iglesia de Santa María Magdalena de Tudela se levantó durante los siglos XII y XIII, en estilo románico sobre los restos de una iglesia mozárabe.

  

La planta de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela es irregular con la cabecera desviada hacia el lado izquierdo debido a que la iglesia se edificó sobre los restos de un templo mozárabe. Es de una sola nave de siete tramos, de mayor desarrollo los cuatro más cercanos a los pies del templo y más estrechos los cabeceros; están cubiertos por una bóveda de cañón apuntada, reforzada por arcos fajones; a ambos lados del cuarto tramo se abrieron sendas capillas durante el siglo XVI cubiertas por bóvedas estrelladas. Los muros norte y sur están reforzados por contrafuertes. El testero es plano. En el muro norte, junto a la entrada principal, se levanta una torre de planta cuadrada. Se cuentan dos accesos a la iglesia: el principal en la fachada occidental y uno secundario en el del muro septentrional, en el tercer tramo a contar desde los pies de la iglesia.


La planta de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela es irregular, con la cabecera desviada hacia la izquierda, por haber sido edificada sobre un templo mozárabe.

  

La portada occidental de Santa María Magdalena de Tudela está formada por cuatro arquivoltas de medio punto abocinadas, que descansan sobre una línea de imposta y otras tantas columnas acodilladas, elevadas sobre un pedestal y basa; el fuste es liso y los capiteles están decorados con esculturas, igual que el tímpano, las arquivoltas, el guardapolvo y los canecillos, que soportan el tejaroz. Los capiteles de las columnas están muy desgastados, pero se reconocen motivos vegetales y figurativos, como la escena de las tentaciones de Cristo. Las mochetas que sostienen el tímpano están decoradas con escenas de la resurrección de los muertos. El tímpano recibe el tema principal y las figuras son de mayor tamaño. Se reconoce el Pantocrátor dentro de una mandorla tetralobulada, sentado en el trono celestial, bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo el libro de las Escrituras sobre la pierna izquierda y sujetándolo con la mano; rodeando al Pantocrátor aparece el tetramorfos, representación simbólica de los cuatro evangelistas, abajo a la izquierda el león representando a san Marcos, arriba a la izquierda el hombre simbolizando a san Mateo, arriba a la derecha el águila simbolizando a san Juan y abajo a la derecha el buey representando a san Lucas; además, a la izquierda se reconoce a la Virgen María y a la derecha a santa María Magdalena junto al sepulcro de Cristo. La arquivolta interior está compuesta por 15 dovelas, doce están decoradas por los apóstoles en posición sedente, además se distinguen la escena de la Anunciación con las imágenes de la Virgen María, el arcángel san Gabriel y el Espíritu Santo. La segunda arquivolta está formada por 15 dovelas decoradas con motivos vegetales y zoomórficos; la dovela central aparece desgastada. La tercera arquivolta cuenta con 19 dovelas en las que se repite el mismo motivo decorativo, un ciervo. La arquivolta exterior está formada por 22 dovelas decoradas con el mismo motivo vegetal. Los relieves que decoran las arquivoltas tienen disposición radial. El guardapolvo cuenta con 23 dovelas donde se alternan motivos geométricos y zoomórficos. Se cuentan once canecillos sosteniendo el tejaroz; aparecen decorados con personajes de diversa índole, reconociéndose a un escultor, un músico, un campesino, un comerciante y un demonio. 


La fachada occidental es el elemento más destacado de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela por su decoración escultórica.

  

La fachada norte se presenta tapiada con ladrillos y un óculo que sirve para iluminar el interior; se cuentan tres arquivoltas de medio punto sobre capiteles muy desgastados, aunque en uno se distingue la escena Cena de Emaús; la arquivolta interior está biselada, la central presenta baquetón y la exterior está decorada con taqueado jaqués, igual que el guardapolvo. Sobre la fachada se distingue un crismón de ocho brazos perlados con roseta central, que rodea la mano de Dios.


El acceso norte a la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela aparece tapiado con ladrillo; es de medio punto, con cuatro arquivoltas, óculo y la corona un crismón.

  

La iglesia de Santa María Magdalena de Tudela presenta una torre en su lado norte, junto a la fachada principal. Es de planta cuadrada y se estructura en cuatro niveles marcados por una moldura: el primero es el de mayor desarrollo, macizo y cuenta con dos vanos de pequeñas dimensiones; en el segundo se abren cuatro vanos de medio punto con moldura, uno en cada lado; el tercero acoge cuatro vanos ajimezados de medio punto con moldura y las campanas; y el cuarto es el de menor desarrollo y macizo. La torre está rematada con una cubierta achatada a cuatro vertientes. La torre cuenta con dos escaleras, la primera es la original en piedra y de caracol en el sentido contrario a las agujas del reloj hasta el segundo nivel y una metálica moderna para ascender al tercer cuerpo de la misma.

La cubierta exterior de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela es a dos aguas, la de las capillas laterales a tres vertientes y la de la torre a cuatro aguas. Los aleros se sostienen sobre canecillos decorados con motivos figurados.

Del interior de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela destaca la decoración escultórica de los capiteles sobre los que descansan los arcos fajones, que soportan la cubierta de bóveda de cañón apuntada. Los capiteles están decorados con temas vegetales e historiados de la vida de Jesús de Nazaret; se distinguen las escenas Nacimiento de Cristo, Epifanía, Matanza de los inocentes y Bodas de Caná.


Algunos de los capiteles del interior de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela están decorados con escenas bíblicas; en este capitel se representa la matanza de los inocentes.

  

La capilla mayor está decorada con un retablo de mediados del siglo XVI de estilo renacentista, obra de Domingo de Segura, Pedro de Segura y Juan Ramírez.


La única nave de la iglesia de Santa María Magdalena de Tudela está cubierta por una bóveda de cañón apuntada reforzada por arcos fajones. La capilla mayor acoge un retablo del siglo XVI.

  

La iglesia de Santa María Magdalena es uno de los edificios más sobresalientes del románico navarro.

sábado, 15 de marzo de 2025

La maja vestida, de Goya

Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828) se formó como pintor en el taller de José Luzán (1760-1761), en la Real Academia de Bellas de San Fernando (1763-1766), en Roma (1770-1771) y con Francisco Bayeu a su regreso a España. Destacó como cartonista, grabador y pintor; como cartonista en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara (1775-1792); como grabador con sus series Los Caprichos (1799), Los Desastres de la Guerra (1815), La Tauromaquia (1816), Los Disparates o Proverbios (1820-1823) y Los toros de Burdeos (1825); y como pintor desarrolló los más diversos géneros: religioso con los  Frescos de la iglesia de San Antonio de la Florida (1789), histórico con El dos de mayo de 1808 en Madrid y El tres de mayo de 1808 en Madrid, ambos de 1814, y el retrato con Los duques de Osuna y sus hijos (1788), La duquesa de Alba (1795), La maja desnuda (1795-1800), La condesa de Chinchón (1800), La familia de Carlos IV (1800-1801) y La maja vestida (1800-1807). Entre su producción más singular se cuentan las Pinturas Negras de la Quinta del Sordo en Madrid (1800-1823). Fue nombrado pintor del rey en 1786, pintor de cámara en 1789 y primer pintor de cámara en 1799.

Francisco de Goya: La maja desnuda, 1800-1807.
Estilo: Romanticismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 97 x 191 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

  

La maja vestida fue un encargo que Manuel Godoy, valido de Carlos IV, realizó a Goya. Se trata de un retrato de Pepita Tudó, primero amante y luego esposa de Manuel Godoy. Este cuadro vino a hacer pareja con La maja desnuda, también pintada por Goya entre 1795 y 1800.

Goya retrató a una mujer segura de su belleza, que mira de frente al espectador. Aparece recostada sobre un canapé de color verde oscuro, descansando sobre unos grandes almohadones enfundados en una tela blanca, igual que la colcha que cubre la parte inferior del canapé; luce un vestido blanco con escote en uve, una lazada rosa, que ciñe la cintura, una chaquetilla corta con mangas negra y anaranjada y zapatos dorados; bajo la cadera de la mujer se aprecia una empuñadura, que puede ser la de un abanico; el vestido remarca una silueta femenina bien definida y muy femenina; los brazos están abiertos, las manos se enlazan detrás de la cabeza, las piernas aparecen apenas flexionadas; el cabello es negro y está peinado a la moda de finales del siglo XVIII y principios del XIX. El fondo del cuadro es neutro, pero ofrece distintas tonalidades.

La paleta de colores es escasa: blanco para las fundas de almohadones, colcha y el vestido de la dama, negro para su cabello, ojos y chaquetilla que viste, anaranjado para la chaquetilla, encarnado para su piel y rosado en las mejillas, verde para el canapé y marrón para el fondo.

El foco de luz es exterior y se encuentra en la parte superior izquierda, lo cual explica que las sombras se proyecten hacia el lado derecho del lienzo. La mujer recibe la mayor cantidad de luz, apareciendo oscuras otras partes del cuadro.

Se combinan pinceladas sueltas y pastosas, no estando el dibujo definido de manera nítida en algunas de las partes del cuadro.

La maja vestida primero formó parte de la colección privada de Manuel Godoy. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) se mantuvo en depósito en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La Santa Inquisición reclamó La maja vestida y La maja desnuda por considerarlas “pinturas obscenas”, y juzgó a Goya, absolviéndole por la influencia que ejercicio el cardenal Luis María de Borbón y Villabriga, pero los cuadros quedaron bajo custodia de la Santa Inquisición. En 1836 quedó en depósito en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Desde 1901 se exhibe en el Museo Nacional del Prado.

sábado, 8 de marzo de 2025

Monasterio de Santa María la Real de Fitero

El monasterio de Santa María la Real de Fitero tiene sus orígenes en el cenobio de Santa María de Yerga. El rey Alfonso VII de León y Castilla (1126-1157) donó al monje Durand el lugar de Niencebas en 1140; en este lugar se fundó un pequeño monasterio, que no era del agrado del abad san Raimundo. Rodrigo de Cascante, obispo de Calahorra, decidió en 1152 trasladar el monasterio a Castellón, luego llamado Fitero, donde se levantó el nuevo monasterio de Santa María la Real.

De la fachada de la iglesia del monasterio de Santa María la Real de Fitero destaca su acceso en arco de medio punto con ocho arquivoltas abocinadas.

  

La iglesia del monasterio de Santa María la Real de Fitero se levantó en estilo románico de transición al gótico durante los siglos XII y XIII. En la primera fase constructiva (último cuarto del siglo XII) se edificó la cabecera y se inició el transepto. Durante la segunda fase constructiva (primera mitad del siglo XIII) se erigió el resto del templo.

La planta de la iglesia del monasterio de Santa María la Real de Fitero es de cruz latina; el brazo largo presenta tres naves de seis tramos, siendo la central doble de ancha que las laterales, transepto de tres tramos a cada lado del crucero, en el lado norte se abren dos ábsides, y cabecera semicircular con altar, deambulatorio, cuatro capillas absidiales y un tramo recto. Además, cuenta con una capilla, que se prolonga más allá del transepto en el lado norte, la sacristía, junto a la cabecera por su lado sur, y el claustro, adosado al muro meridional de la iglesia.

La iglesia del monasterio de Santa María la Real de Fitero es de cruz latina.

  

     La fachada de la iglesia es de estilo románico tardío. Cuenta con dos cuerpos horizontales separados por una moldura; en el inferior se abre el acceso, de medio punto, con ocho arquivoltas abocinadas, sobre cuatro jambas biseladas y cuatro columnas, que ofrecen pedestal, fuste y capiteles decorados con motivos vegetales y zoomórficos; en el cuerpo superior se abre un óculo. La fachada está amparada por contrafuertes esquineros.


Vista exterior de la cabecera de la iglesia del monasterio de Santa María la Real de Fitero. Se distinguen los cuatro absidiolos y el transepto.

  

La cabecera ofrece un gran desarrollo. Se cuentan cuatro absidiolos cabeceros y dos en el lado norte del transepto; los muros absidiales y del transepto están reforzados por contrafuertes y presentan vanos de medio punto aspillerados, que, en el nivel inferior, descansan sobre una línea de imposta.

La nave central se cubre en sus dos primeros tramos con bóvedas de crucería estrellada y los cuatro siguientes con bóveda de crucería, reforzada con arcos fajones apuntados, que descansan sobre columnas adosadas a los pilares; sobre el primer tramo descansa el coro de la iglesia. Las naves laterales, el transepto y el crucero se cubren con bóvedas de crucería, la capilla mayor con bóveda gallonada y las absidiales con bóveda de horno.

El espacio que ocupa el altar mayor está cubierto por una bóveda gallonada.

  

En el lado norte, adosada al transepto, se abre la capilla de la Virgen de Barda, del siglo XVIII, de planta rectangular de dos tramos, el primero cubierto con una bóveda de cañón con lunetos y el segundo con cúpula y linterna.

Junto a la cabecera, en el lado sur, se abre la sacristía, levantada durante los siglos XVI y XVII, de planta rectangular, dividida en tres tramos, cubiertos con bóveda de cañón con lunetos.

La iglesia se ilumina a través del óculo de la fachada principal, los vanos abiertos en los muros de las naves y de los absidiolos cabeceros y del transepto.

Desde la iglesia se accede al claustro a través de un arco de medio punto románico, con dos arquivoltas sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales.

El claustro actual del monasterio de Santa María la Real de Fitero se levantó sobre el espacio que ocupaba el claustro románico. Consta de dos pisos y se edificó en dos fases: la crujía baja se levantó durante el siglo XVI en estilo plateresco y la superior a caballo de los siglos XVI y XVII en estilo herreriano.

La dovela central de la puerta de los Monjes está decorada con un crismón trinitario.

  

El piso bajo del claustro presenta arcos apuntados, que descansan en dobles columnas y aparecen separados por contrafuertes. La galería aparece cubierta con bóvedas estrelladas y de terceletes. La panda capitular cuenta nueve tramos, las otras con seis. La decoración escultórica se concentra en los capiteles de las columnas, ménsulas y claves de las bóvedas; los motivos decorativos son antropomórficos, heráldicos, náuticos y zoomórficos. En el ángulo que forman las pandas norte y este se abre la puerta de los Monjes, la más antigua del monasterio, que comunica con la iglesia y que ofrece un crismón trinitario. En los extremos de la panda capitular aparecen dos frisos: en uno se narra la creación del mundo y la caída del hombre y en el otro la procesión habida con motivo de la entrega de las reliquias del abad fray Martín de Egües en 1523 y en la que se reconoce la figura del emperador Carlos V.

La sala capitular se divide en nueve tramos cubiertos con bóvedas de crucería.

  

La sala capitular se levantó a mediados del siglo XIII. Se accede desde el claustro a través de un arco de medio punto abocinado con dos arquivoltas aristadas, que descansan sobre columnas, que apoyan en pedestales; el acceso aparece flanqueado por vanos de medio punto. La sala capitular es de planta cuadrada dividida en nueve tramos por cuatro columnas centrales y ocho adosadas a los muros; las centrales cuentan con pedestal y fuste liso. Los capiteles de las columnas están decorados con motivos geométricos y vegetales. La sala capitular aparece cubierta con bóvedas de crucería.

El refectorio es de planta rectangular. Solo son originales los muros perimetrales, el arranque de los arcos diafragma y algunas ventanas.

La cocina es de planta cuadrada y solo son originales los muros perimetrales.

El segundo piso del claustro presenta arcos de medio punto, tantos como los que se cuentan en el nivel inferior. Siendo de estilo herreriano carece decoración.