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sábado, 25 de enero de 2025

La Trinidad, de El Greco

El Greco (Candia, Creta, 1541-Toledo, España, 1614) inició su carrera artística pintando iconos de estilo tardobizantino; entre 1567 y 1570 vivió en Venecia, donde estudió a Tiziano, Tintoretto y Veronés; y entre 1570 y 1577 en Roma, relacionándose con el círculo del cardenal Farnesio y estudiando a Miguel Ángel. En 1577 se instaló en España, en la ciudad de Toledo, donde pintó sus mejores lienzos por encargo de la Iglesia. Sus mejores cuadros son los retratos y los religiosos, de entre los que hay que citar El expolio (1579), La Trinidad (hacia 1577-1580), El martirio de san Mauricio y la legión tebana (1582), El entierro del conde de Orgaz (1587) y La adoración de los pastores (1614).

El Greco: La Trinidad, hacia 1577-1580.
Estilo: Manierismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 300 x 179 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

  

Don Diego de Castilla, deán de la catedral de Santa María de Toledo, encargó a El Greco la realización de tres retablos para la capilla mayor de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, la capilla en la que descansarían los restos de doña María de Silva.

La calle central del retablo mayor estaba ocupada por el sagrario y las pinturas Asunción de la Virgen, Santa Faz y La Trinidad, que ocupaba el ático; en las calles laterales aparecían las pinturas San Juan Bautista, San Bernardo, San Juan Evangelista y San Benito; además, se reconocían tres esculturas de las virtudes teologales -fe, esperanza y caridad- y dos de sendos profetas.

La composición se organiza alrededor de Cristo muerto, Dios Padre, que lo sostiene y el Espíritu Santo sobre este. Cierran la composición sendos grupos de ángeles a ambos lados de las figuras principales. La importancia de cada figura viene marcada por la posición que ocupa en el conjunto: Cristo, Dios Padre y el Espíritu Santo en el centro de la imagen, pero Cristo en primer plano.

El Greco se inspiró en una xilografía de Durero en la que aparecía la Trinidad con el Espíritu Santo sobre la cabeza de Dios Padre, que recogía en su regazo el cuerpo de Cristo muerto. Sin embargo, El Greco introdujo novedades significativas: sustituyó las cabezas de los vientos de la parte inferior por las de unos querubines, que también aparecen estampadas en el manto de Dios Padre; sustituyó la vestimenta germánica contemporánea de los ángeles por otra clásica; eliminó los instrumentos de la Pasión para humanizar la escena y la relación entre Dios Padre y Cristo, además de compactar la composición; las señales de la Pasión de Cristo son más discretas que en la xilografía de Durero; por último, sustituyó la tiara pontificia de Dios Padre por una mitra de sumo sacerdote hebrero. 

Se reconoce la influencia de Miguel Ángel en el tratamiento anatómico de las figuras; aparecen proporcionadas, sin el alargamiento característico de las figuras de El Greco de cuadros posteriores. Sin embargo, es manierista la línea serpentinata de Cristo y el contraste expresivo entre las figuras, la serenidad de Cristo y Dios Padre y el dramatismo de los ángeles. La monumentalidad de las figuras viene motivada por la gran altura a la que se iba a disponer el lienzo en el retablo del que formaba parte.

Los colores son los característicos de El Greco, aunque aún se aprecia la influencia de Tintoretto. Los colores predominantes son el amarillo, el azul, el blanco, el negro, el verde, el rojo y el encarnado, que en Cristo aparece en una tonalidad pálida como corresponde a quien ha perdido la vida.

La luz es cenital y entra en el cuadro por el lado izquierdo, proyectando las sombras hacia el lado derecho.

Fernando VII compró La Trinidad al escultor Valeriano Salvatierra por 15.000 reales en 1832; desde entonces forma parte de la colección de Museo Nacional del Prado.

sábado, 18 de enero de 2025

Portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós

La portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós es su elemento más representativo. Se levantó durante la segunda mitad del siglo XI en estilo románico, pero se desconoce su autor.

Portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós, segunda mitad del siglo XI.
Estilo: Románico.
Técnica: Piedra labrada.
Temática: Religiosa.
Iglesia de Santa María, Santa Cruz de la Serós, España.

  

La portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós aparece bajo tejaroz con canecillos. Es adintelada con cuatro arquivoltas en arco de medio punto, un guardapolvo exterior, cuatro jambas y tímpano.

La primera y la tercera arquivolta tienen forma de baquetón, la segunda de escocia recorrida por catorce esferas, siete a cada lado de un rostro humano, que ocupa la clave de la arquivolta, y la cuarta es lisa.

El guardapolvo exterior está decorado con el taqueado jaqués.

Las arquivoltas descansan sobre dos pilastras lisas y dos columnas con capiteles historiados, que se alternan. En los capiteles de las columnas del lado izquierdo aparece una figura antropomórfica entre dos fieras bajo volutas; los capiteles de las columnas del lado derecho ofrecen motivos vegetales estilizados y un ábaco corrido decorado con palmetas.

El tímpano semicircular descansa sobre jambas lisas. Está decorado con un crismón entre dos leones.

El crismón cuenta con ocho brazos, que lo divide en ocho triángulos semicirculares. Las letras que han de aparecer en un crismón lo hacen de manera desordenada, excepto la P, que llena el primer triángulo superior derecho, a continuación, la S, a caballo entre los triángulos dos y tres, la Alfa griega ocupa el cuarto triángulo y la Omega griega el sexto.

Los leones se disponen a cada lado del crismón; el izquierdo saca la lengua y tiene levantada la pata derecha delantera; bajo el vientre del león derecho aparece grabada una margarita de once pétalos.

El crismón, los elementos que aparecen en él y que lo rodean obedecen a un lenguaje simbólico: el crismón es la Trinidad, el círculo que encierra el crismón representa el cielo, la P al Padre, la S al Espíritu Santo, la Alfa y la Omega al Señor como principio y fin de la creación del mundo y los leones a la justicia, la lucha contra el mal y la protección del paraíso, representado por la margarita.

En el círculo del crismón se lee una inscripción en latín, que dice: “+ IANVA SVM P-PES-P PER ME TRANSITE FIDELES FONS EGO SVM VITE PLVS ME QVAN VINA SITITE VIRGINIS HOC TEMPLVM QVIS PENETRARE BEATIVM”, que se traduce por “Yo soy la puerta. Por mí pasan los pies de los fieles. Yo soy la fuente de la vida. Deseadme más que a los vivos, todos los que entren en este santo templo Virgen”. En el borde inferior del tímpano se lee una inscripción en latín, que dice: “CORRIGE TE PRIMVN VALEAS QVO POSCERE XPISTVM”, que se traduce por “Corrígete primero para que puedas invocar a Cristo”.

El crismón, las inscripciones, los leones y la margarita están labrados de manera tosca en bajo relieve, aunque en el crismón se distinguen tres planos.

El tímpano de la portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós aparece decorado con un crismón, dos leones y una margarita, que se caracterizan por un arcaísmo propio del primer románico.

  

La portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós es una de las primeras obras románicas, como se refleja en la tosquedad del crismón y de los elementos que lo rodean y el desorden de las letras simbólicas que aparecen dentro del mismo.

 Además, hay que reseñar que el crismón de la portada occidental de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós es precedente del de tímpano de la fachada occidental de la catedral de San Pedro de Jaca.

sábado, 11 de enero de 2025

Museo Carmen Thyssen Málaga

El Museo Carmen Thyssen Málaga fue inaugurado en 2011. La sede se encuentra en el palacio de Villalón, un edificio renacentista del siglo XVI rehabilitado y ampliado para acoger la colección pictórica y otras dependencias.

Santa Marina (1650), de Zurbarán es una de las obras barrocas más valoradas del Museo Carmen Thyssen Málaga.

  

El Museo Carmen Thyssen Málaga atesora más de 280 obras de algunos de los pintores españoles más destacados desde el siglo XIII en adelante y de diversos géneros, divididas en cuatro secciones:

  • Maestros antiguos. Reúne obras de los siglos XIII al XVIII. Hay que mencionar entre las obras más destacadas Santa Marina (1650), de Zurbarán, y El nacimiento de la Virgen (siglos XVII o XVIII), de Jerónimo Ezquerra.
  • Paisaje romántico y costumbrismo. Recoge obas románticas y costumbristas de los pintores que viajaron por España durante el siglo XIX. Entre las obras más sobresalientes hay que citar Baile en una venta (1850), de Rafael Benjumea, Vista del Guadalquivir (1854), de Manuel Barrón y Carrillo, y La Feria de Sevilla (1867), de Joaquín Domínguez Bécquer.
  • Preciosismo y paisaje naturalista. Se exhiben obras de la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Las temáticas siguen siendo la paisajista y la costumbrista, pero se apuesta por el pequeño formato, el detallismo y el colorismo. Hay que mencionar como obras destacadas Rumores (1893), de José Gallego Arnosa, Atardecer sobre la costa de Málaga (1918), de Guillermo Gómez Gil, y Patio interior, Sevilla (1920), de Manuel García Rodríguez.
  • Fin de siglo. Se muestran obras de los artistas que a finales siglo XIX y principios del XX hicieron que la pintura española se incorporase a las Vanguardias de entonces. Destacan las obras Corrida de toros en Eibar (1899), de Ignacio Zuloaga, El baño (Sevilla) (c. 1908), de Francisco Iturrino y La Buenaventura (1920), de Julio Romero de Torres.

Francisco Iturrino contribuyó a modernizar la pintura española a inicios del siglo XX. Una de sus obras más llamativas es El baño (Sevilla) (c. 1908).

  

Además, el Museo Carmen Thyssen Málaga realiza exposiciones temporales, restauración de obras, rutas educativas y servicio de biblioteca para investigadores.