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sábado, 17 de febrero de 2024

Santa María de Melque

La iglesia de Santa María de Melque es de estilo visigodo. Formó parte de un conjunto monástico que se edificó entre finales del siglo VII y principios del siglo VIII, antes de la invasión musulmana de la península Ibérica en 711. Tras la invasión musulmana se mantuvo el culto mozárabe hasta 930, año en el que tuvo lugar un incendio. Ese año la iglesia se fortificó con una torre sobre la cúpula del crucero y se utilizó como castillo. Tras la reconquista de Toledo por el rey Alfonso VI de Castilla en 1085 la iglesia recupero su función religiosa, pero sin perder la militar. En 1148 la iglesia de Santa María de Melque aparece citada en bula del papa Eugenio III con el nombre de Santa María de Balat Almelc y con el nombre de Santa María de Melque en las Relaciones topográficas del rey Felipe II de 1575 y en las Descripciones del cardenal Lorenzana de 1748. La desamortización de Mendizábal de 1836 puso fin al culto religioso y el edificio se utilizó con fines agrícolas. La iglesia de Santa María de Melque fue declarada Monumento Nacional en 1931 y en 1960 pasó a ser propiedad de la Diputación de Toledo, que procedió a su rehabilitación.

La iglesia de Santa María de Melque se construyó entre finales del siglo VII y principios del siglo VIII como parte de un complejo monástico visigodo desaparecido.

  

La iglesia de Santa María de Melque presenta planta cruciforme con brazos desiguales, el mayor tiene una longitud de 30,47 m. y el menor de 20,05 m. La cabecera ofrece un ábside cuadrado al exterior y en herradura al interior. Cuenta con dos capillas cuadradas a ambos lados del presbiterio, un habitáculo en el lado norte del brazo de crucero y un pórtico desaparecido.

La planta de la iglesia de Santa María de Melque es cruciforme con ábside ultrasemicircular en el interior y plano al exterior.

  

A la iglesia se acede a través de la puerta de la fachada oeste; es adintelada y sobre ella aparece un arco de herradura cegado con sillares irregulares. Delante hubo un pórtico con tres accesos.

El aspecto exterior es macizo por la escasez de vanos y el pequeño tamaño de los mismos. Se encuentran los brazos del crucero y en el ábside, se presentan abocinados y con arcos de herradura, excepto el menor de los dos del lado sur del crucero que presenta arco de medio punto. Por ello, la iluminación es escasa. Las esquinas del lado sur del crucero están redondeadas.

El crucero de Santa María de Melque está cubierto con una cúpula semiesférica, el presbiterio con una bóveda de cañón y el ábside con una bóveda de horno.

  

En el interior los espacios se separan mediante arcos de herradura que descansan sobre una línea de imposta dividida en tres bandas y pilares semicilíndricos.

Las naves se cubren con bóvedas de cañón peraltadas, el crucero con cúpula semiesférica sobre pechinas y arcos torales y el ábside con bóveda de horno.

La cubierta exterior de las naves es a dos aguas, la de la cabecera a un agua semicircular y la de la torre lo fue a cuatro aguas.

La decoración es escasa: una línea de imposta dividida en tres bandas y estucos con motivos florales y rosetas en los arcos torales del crucero.

Además, en el fondo del lado sur del brazo de crucero se encuentra un arcosolio.

Como material de construcción se utilizó sillar irregular encajado a hueso.

El pavimento original está realizado con la técnica romana opus signinum.

sábado, 10 de febrero de 2024

Portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes, del maestro de Carrión de los Condes

La portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes es obra del conocido como maestro de Carrión de los Condes y se ejecutó entre 1160 y 1170. Es uno de los conjuntos escultóricos más importantes del románico español. Consta de dos elementos destacados: la puerta de acceso y el friso sobre esta que recorre toda la fachada.

Maestro de Carrión de los Condes: Portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes, 1160-1170.
Estilo: Románico.
Técnica: Piedra tallada.
Temática: Religiosa.
Iglesia de Santiago, Carrión de los Condes, España.

  

La puerta de acceso a la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes ocupa el centro de la fachada occidental, es de medio punto y presenta tres arquivoltas.

La primera y tercera arquivoltas son lisas y descansan sobre una moldura horizontal decorada con motivos vegetales, este cierra el perímetro de la arquivolta exterior.

La arquivolta intermedia descansa sobre dos columnas de fuste decorado con motivos geométricos en zig-zag y ángeles en bajorrelieve. Los capiteles están decorados con el tema de la muerte; en una escena del capitel izquierdo aparece un león que se dispone a devorar a un difunto y en la otra su alma aparece en el infierno; en una escena del capitel derecho unas fieras se disponen a devorar a un hombre desnudo y falto de fuerzas y en la otra un judío introduce en un sarcófago el cuerpo del difunto. La arquivolta central cuenta con 24 dovelas decoradas con 22 figuras; a los extremos sendos leones; el resto son figuras antropomórficas, que representan algunos de los oficios medievales más característicos, reconociéndose varias figuras relacionadas con la acuñación de monedas, un escriba, un monje, un músico, un juez, un zapatero, un herrero, un juglar, una bailarina y un sastre.


De las tres arquivoltas de la puerta de acceso de la fachada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes solo la intermedia está decorada.


En una de las dovelas que decoran la segunda arquivolta de la puerta de acceso de la portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes se reconoce a un acuñador de monedas.

  

Una moldura decorada con el característico taqueado jaqués recorre la portada de un extremo al otro, separando la puerta de acceso y el friso superior.

El friso está compuesto por altorrelieves; en el centro el Pantocrátor y el Tetramorfos; a cada lado seis apóstoles, separados por columnas y cobijados bajo arcos trilobulados y estructuras torreadas. El Pantocrátor aparece sedente dentro de una mandorla mística festoneada y decorada con motivos florales, con la mano derecha, perdida, estaría bendiciendo y con la izquierda sostiene el libro de las Escrituras, viste una túnica que ofrece pliegues angulosos. El Tetramorfos se dispone de izquierda a derecha y de arriba debajo de la siguiente manera, el ángel representando a san Mateo, el águila a san Juan, el león a san Marcos y el buey a san Lucas.

El Pantocrátor y el Tetramorfos ocupan el centro del friso superior que recorre la portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes.

  

La portada occidental de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes debe su trascendencia a ser uno de los conjuntos escultóricos más señeros de la escultura románica española. Es así por desarrollar algunos de los temas principales de la iconografía religiosa del momento –el Pantocrátor ocupa el centro del friso superior, está rodeado por el Tetramorfos y flanqueado por los apóstoles– en perspectiva jerárquica y tomando como eje de simetría la figura principal, la del Pantocrátor; además, en la segunda arquivolta de la puerta de acceso se desarrolla de manera muy completa la diversidad profesional de Carrión de los Condes en la segunda mitad del siglo XII. Otras características son el hieratismo y la inexpresividad.

sábado, 3 de febrero de 2024

Pablo de Valladolid, de Velázquez

Diego Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor barroco español más universal. Se formó en Sevilla a la sombra de Herrera el Viejo y Francisco Pacheco. En 1623 se instaló en Madrid y fue nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Viajó a Italia en dos ocasiones (1629 y 1649). Pintó cuadros costumbristas, desnudos, históricos, mitológicos, paisajes, religiosos y retratos. Entre los retratos de bufones de la corte hay que citar Pablo de Valladolid (1632-1637), Francisco Lezcano y Sebastián Morra, ambos de 1645. El rey Felipe IV le nombró caballero de la Orden de Santiago (1658).

Diego Velázquez: Pablo de Valladolid, 1632-1637.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 213 x 125 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

  

Se sabe que Pablo de Valladolid prestó servicio en la corte desde 1633 hasta su muerte en 1648. Su trabajo era de bufón, pero por no presentar ningún defecto físico cabe pensar que contaban con él por su ingenio y dotes interpretativas y burlescas.

Pablo de Valladolid aparece retratado de cuerpo entero, de pie, con las piernas abiertas, mira al espectador en actitud declamatoria, con el brazo derecho extendido y apuntando con el dedo índice de la mano y el brazo izquierdo encogido y la mano en la boca del estómago, cabello y barba cortos de color negro, que contrasta con la piel pálida y viste traje, medias, calzado y capa negros con gola y puños de la camisa blancos.

La figura de Pablo de Valladolid se recorta sobre un fondo neutro pardo, donde no se distingue el suelo y la pared. Utiliza este recurso para ensalzar la figura del bufón y colocarla en dignidad a la altura de reyes y nobles.

La paleta de colores es escasa, predominando el negro y el pardo y en menor medida el encarnado pálido y el blanco. Las pinceladas del fondo del lienzo son ligeras, de densidad desigual y aplicadas en distintas direcciones, al contrario que las empleadas para retratar a Pablo de Valladolid, más densas, pero sin restar nitidez al dibujo, bien definido.

La luz procede de un foco exterior al cuadro situado a la izquierda y por encima de Pablo de Valladolid, lo que permite iluminarle el rostro, más por su lado derecho, y las manos, además de proyectar la sombra hacia la derecha del cuadro. La sombra que proyecta Pablo de Valladolid es el único elemento que permite situarle sobre el suelo.

Pablo de Valladolid es uno de los retratos más valorados de Velázquez y de los más representativos de su segunda etapa madrileña (1631-1649). Así lo reconoce Manet tras visitar el Museo Nacional del Prado en 1865: “Quizá el trozo de pintura más asombroso que se haya realizado jamás es el cuadro que se titula Retrato de un actor célebre en tiempo de Felipe IV. El fondo desaparece. Es aire lo que rodea al personaje, vestido todo él de negro y lleno de vida”. Tanto influyó Pablo de Valladolid en Manet que este pintó en El pífano en 1866.

Pablo de Valladolid consta en el inventario de 1701 del Palacio del Buen Retiro, permaneció en el Palacio Real de Madrid entre 1772 y 1816, año en el que pasó a formar parte de los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y desde 1827 se exhibe en el Museo Nacional del Prado.