Felipe Bigarny (Langres, Francia, 1475-Toledo, España, 1543) fue
maestro escultor y tallista, uno de los más destacados del Renacimiento
español. Se formó en Borgoña, donde asimiló el goticismo flamenco, y en Italia,
a donde viajó en la década de los noventa del siglo XV para estudiar a los
escultores renacentistas. En 1498 inició el Camino de Santiago, pero se quedó
en Burgos trabajando como decorador e imaginero. Desarrolló su carrera artística
en Castilla. Sus obras son de temática religiosa: sepulcros, sillerías de coro
y retablos.
El
retablo mayor de la catedral de San Antolín de Palencia (1509) es el primer
retablo español en estilo renacentista.
La primera
obra de Bigarny en España fueron los relieves del trasaltar de la catedral de Santa
María de Burgos. Se llevaron a término entre 1498 y 1499. Son Camino del Calvario, Crucifixión y Descendimiento de la Cruz. Se combinan figuras de gran porte y expresión dramática, típicas del
gótico flamenco, con elementos ornamentales y composición diagonal
renacentista.
El cardenal
Cisneros le contrató en 1499 para que diseñase el retablo mayor de la catedral de Santa María de Toledo. El trabajo
lo concluyó en 1504 con la entrega de la imagen San Marcos.
El obispo
Diego de Deza encargó a Bigarny el retablo
mayor de la catedral de San Antolín de Palencia, el primer retablo
renacentista español. Se ejecutó entre 1506 y 1509 para decorar la capilla del Sagrario, pero
se hubo de esperar hasta 1519 para que fuese montado en la capilla Mayor por orden del
obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Bigarny se encargó de esculpir los rostros y
las manos de todas las figuras y la imagen San
Antolín.
Bigarny se
ocupó entre 1509 y 1512 en realizar la sillería del coro de la catedral de
Santa María de Burgos. Contó con la ayuda de Andrés de Nájera. La sillería es
de estilo plateresco. Las figuras se disponen de una manera abigarrada. La
temática está sacada del Antiguo y
del Nuevo Testamento y del santoral
cristiano.
Portada
de la iglesia de Santo Tomás de Haro (1519).
Dos de las
obras más importantes de Bigarny fuera de sus circuitos habituales fueron la
portada principal y el retablo mayor
de la iglesia de Santo Tomás de Haro, de estilo plateresco, ejecutadas entre
1516 y 1519. La portada de la iglesia está dividida en seis calles y ático; el
centro está ocupado por dos puertas de arco de medio punto separadas por un
parteluz; en los tímpanos están representadas Incredulidad de santo Tomás y Resurrección
y Aparición del Salvador a los apóstoles;
encima las escenas Flagelación, Coronación de espinas, Jesucristo ante Caifás y Calvario; en lo más alto una hornacina
acoge la figura de Jesucristo con corona imperial y el globo terrestre en la
mano izquierda y a ambos lados el escudo de la familia Fernández de Velasco; en
los laterales de la portada se disponen los apóstoles con vestido telar,
excepto Santiago el Mayor, vestido de peregrino. El retablo mayor fue retirado en el siglo XVIII por encontrarse en un
estado ruinoso.
Retablo
mayor de la Capilla Real de Granada (1522).
El retablo mayor de la Capilla Real de Granada (1522)
lo realizó en colaboración con Diego de Siloé. Aparecen escenas de la vida de
Jesús de Nazaret, representaciones de san Juan Bautista, san Juan Evangelista
y los Reyes Católicos. El sotabanco está ocupado por las escenas Reyes Católicos con su ejército, Boabdil
entregando las llaves de Granada y Bautismo de los moriscos. En el banco aparecen Adoración de los Reyes, Bautismo
de Cristo y San Juan en la isla de
Patmos. En el cuerpo inferior Martirio
de san Juan Bautista, San Juan
Bautista con el cordero, San Juan
Evangelista con un cáliz y Martirio
de san Juan Evangelista. En el cuerpo superior Jesucristo con la Cruz a cuestas, Calvario y La Piedad. En
el ático Dios Padre, anciano con el
globo terráqueo, Hijo de Dios en la Cruz
y Espíritu Santo. En las calles san
Pedro, san Pablo, los Evangelistas y los Padres de la Iglesia occidental, san
Gregorio, san Jerónimo, san Ambrosio y san Agustín. Entre los motivos
ornamentales llama la atención la granada, símbolo de la unidad y diversidad de
la Iglesia desde que la empezase a utilizar san Gregorio de Elvira en el siglo
IV, obispo de la diócesis de Ilíberis, posterior Granada.
Sepulcro de los condestables de Castilla
Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencía de Mendoza y Figueroa es
anterior a 1534. Ocupa el centro de la capilla de los Condestables de Castilla de la
catedral de Santa María de Burgos, enfrente del altar. Tiene forma
troncopiramidal. Las figuras yacentes de los condestables están tratadas con
gran realismo. Ambos portan coronas condales con emblemas heráldicos. Los dos
tienen las manos cruzadas, él sostiene la empuñadura de una espada y ella un
rosario que le cae sobre la túnica. A los pies de cada yacente sendas
inscripciones que los identifica.
El sepulcro de los
condestables de Castilla Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencía de
Mendoza y Figueroa (anterior a 1534) es el más célebre de los hechos por Felipe
Bigarny.
Otras obras de
Bigarny son retablo mayor de la
Universidad de Salamanca (1503), diseño del baldaquino del sepulcro de santo Domingo de la catedral de Santo
Domingo de la Calzada
(1513), sepulcro del cardenal Selvagio (1519) en colaboración con Alonso de
Berruguete, sepulcro del canónigo Gonzalo de Lerma de la catedral de Santa
María de Burgos (1524), retablo de san Pedro de la capilla de los Condestables de Castilla de la
catedral de Santa María de Burgos (1526) en colaboración con Diego de Siloé, sepulcro del obispo Alonso de Burgos de la capilla del Colegio de
San Gregorio de Valladolid (1533), sepulcro del obispo Pedro González Manso en el monasterio de San
Salvador de Oña (1534) y la sillería del coro de la catedral de Santa María de Toledo (desde
1539 hasta 1542).
Entre las
obras no documentadas atribuidas a Felipe Bigarny hay que citar sepulcro del canónigo Diego Bilbao y las
esculturas Virgen de la Silla y Virgen con Niño para la iglesia de la Asunción de El Barco de
Ávila.
Entre los
colaboradores de Felipe Bigarny hay que citar a Diego de Siloé, Alonso de
Berruguete, Diego Guillén, Andrés de Nájera, Sebastián de Salinas, Juan de
Goyaz, León Picardo y su hijo Gregorio Pardo.
La importancia
histórica de Felipe Bigarny se debe a ser uno de los artistas que más hizo para
que en Castilla se abandonase el estilo gótico en favor del renacentista. Su
maestría se evidencia en sus obras, casi todas en las ciudades que fueron
centros culturales de Castilla durante el primer Renacimiento, Burgos, Toledo y
Granada.