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sábado, 28 de noviembre de 2020

Puerta del Reloj de la catedral de Santa María de Toledo, de Juan Alemán

La conocida como puerta del Reloj es la más antigua de la catedral de Santa María de Toledo. Se llevó a término a principios del siglo XIV. Juan Alemán realizó el parteluz y las jambas. Se desconoce el autor o autores que realizaron las otras partes de la portada.

Juan Alemán y otros: Puerta del Reloj, principios del siglo XIV.
Estilo: Gótico.
Técnica: Talla en piedra.
Temática: Religiosa.
Catedral de Santa María, Toledo, España.

 

La puerta del Reloj no destaca por su factura, desproporcionada y poco depurada, pero sí por su riqueza iconográfica, que cubre tímpano, parteluz, jambas, cercos y arquivoltas.

El tímpano consta de cuatro bandas, que se leen de abajo a arriba en zigzag de izquierda a derecha.

En la primera banda del tímpano se reconocen las escenas siguientes: Anunciación, donde al arcángel Gabriel hace su anuncio a la Virgen levantando su mano y esta asiente; Visitación, donde la Virgen María y santa Isabel se abrazan; Natividad,  con san José y la Virgen María arrodillados y en el centro y en lo alto el Niño, la mula y el buey, símbolos de los judíos y los gentiles, un ángel turiferario y pastores adorando al Niño; Anunciación a los pastores, un ángel aparece entre las nubes para anunciar a tres pastores el nacimiento de Jesús; Visita de los Reyes Magos a Herodes, quien aparece con un demonio sobre un hombro hablándole, además de los Reyes Magos representando las tres edades de una persona –juventud, madurez y senectud–, las tres razas –caucásica, africana y asiática– y los tres continentes –Europa, África y Asia–, el primero señala la estrella a Belén; Adoración de los Reyes Magos, que obsequian al Niño con oro, incienso y mirra, símbolos del tributo, el sacrificio y la muerte; Sueño de los Reyes Magos, los tres reyes duermen y un ángel les anuncia que no vuelvan al palacio de Herodes; y Degollación de los Santos Inocentes, donde soldados romanos armados como caballeros medievales proceden a la ejecución de niños delante de sus madres por orden de Herodes, sentado en su trono y con el demonio sobre su hombro, una madre tiene en sus manos la cabeza de su hijo decapitado.

La segunda banda está ocupada por las escenas siguientes: Sueño de José, con san José durmiendo recostado en un asiento y un ángel susurrándole al oído; Huida a Egipto, donde san José dirige al burro sobre el que monta la Virgen María que lleva en sus brazos al Niño; Jesús siendo educado en la escuela, donde un maestro instruye a Jesús de Nazaret; Jesús entre los doctores, donde Jesús de Nazaret habla con los doctores, sobre su cabeza la llama de la sabiduría, lleva nimbo crucífero y bendice; Presentación en el templo, donde Simeón y la Virgen María acompañan a Jesús de Nazaret sobre el altar, cubierto con una cortina, y detrás la profetisa Ana y san José con la ofrenda al templo; Recriminación a Jesús, donde la Virgen levanta la mano para pegar a Jesús de Nazaret y un sacerdote le indica que no lo haga; Bautismo de Cristo, donde Jesús de Nazaret aparece metido en el río Jordán y san Juan Bautista echándole agua, además se simboliza la Trinidad al aparecer la mano de Dios, Jesús de Nazaret y el Espíritu Santo en forma de paloma; y Bodas de Caná, que sirve para representar el sacramento de la Eucaristía.

En la tercera banda se distinguen las escenas siguientes: Bodas de Caná, continuación de la escena del nivel inferior; Milagro de la multiplicación de los panes y los peces, de nuevo símbolo de la Eucaristía; y Milagro de la Resurrección, donde Jesús de Nazaret bendice a Lázaro en el sepulcro y este resucita y se levanta.

Corona el tímpano la escena de la Dormición de la Virgen, donde parece la Virgen María envuelta en un sudario acompañada de once apóstoles, todos menos santo Tomás, que dudó de Cristo, san Pedro la bendice.

El parteluz lo ocupa la Virgen eleusa o Virgen sonriente con el Niño Jesús. Aparece coronada, ofreciendo una flor al Niño Jesús y pisando el áspid, el dragón, el basilisco y el león, símbolos del pecado, el mal, la muerte y el anticristo que devora a los hombres. La Virgen María al aparecer coronada simboliza la reina a la que hay que adorar, al pisar a las bestias anula los males que acechan al hombre y al ofrecer la flor al Niño Jesús agradece su llegada al mundo para redimir al hombre de sus pecados.


El tímpano de la puerta del Reloj de la catedral de Santa María de Toledo se organiza en cuatro bandas. Lo corona el tema de la Dormición de la Virgen.

 

Las jambas de la izquierda están ocupadas por Melchor, Gaspar, Baltasar y un escudero con los tres caballos. Los reyes magos portan las ofrendas y uno mira al parteluz, ocupado por la Virgen María, a quien entrega monedas de oro en señal de rendición de tributo.

En las jambas de la derecha aparecen las figuras de san José, la Virgen María y santa Isabel en la escena de la Visitación, además de santa Ana, la madre de la Virgen María.

El cerco de la puerta está decorado con dos filas de recuadros que acogen bajorrelieves de arquitecturas, animales y vegetales.

Las arquivoltas cuentan con esculturas de ángeles músicos y turiferarios, que presentan posiciones diferentes. También aparecen las figuras de tres obispos.

La puerta del Reloj de la catedral de Santa María de Toledo debe su importancia artística a ser la primera portada de la catedral primada de España y a su riqueza iconográfica.


sábado, 21 de noviembre de 2020

Cristo abrazando a san Bernardo, de Ribalta

Francisco Ribalta (Solsona, 1565-Valencia, 1628) es uno de los pintores españoles más destacados del Barroco. Se formó en Barcelona (1571-1582) y Madrid (1582-1598), donde estudió a los manieristas, las colecciones reales y, a través de estampas, a los maestros venecianos y a Durero. En 1598 se instaló en Valencia, donde recibió la influencia de Vicente Masip y Juan de Juanes. Viajó a Italia (1613-1615) donde estudió la obra de Caravaggio. Influido por el Concilio de Trento (1545-1563) y por el pensamiento contrarreformista pintó cuadros de santos con la intención de exacerbar la fe del espectador. Entre sus obras sobresalientes hay que citar entre otros Visión de san Francisco del ángel músico (1620), Abrazo de san Francisco al Crucificado (1622) y Cristo abrazando a san Bernardo (1627).

Francisco Ribalta: Cristo abrazando a san Bernardo, 1627.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 158 x 113 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

 

En Cristo abrazando a san Bernardo se representa el episodio del Flos Sanctorum (1599), de Pedro de Ribadeneyra, en el que se cuenta el milagro de san Bernardo (1090-1153), fundador de la Orden del Císter (1115), en el cual una imagen de Cristo se desclava de la cruz para abrazar y consolar a san Bernardo, que le estaba rezando.

Cristo aparece sedente, mirando y abrazando a san Bernardo, dándole consuelo. Cristo responde a un modelo de belleza idealizado, de porte grandioso. Ribalta se inspiró en los modelos de Sebastiano del Piombo.

San Bernardo parece desvanecido, con los ojos cerrados y con la cabeza reposando en uno de los brazos de Cristo. Sus rasgos parecen sacados de un modelo real. Viste la cogulla cisterciense, de pliegues angulosos y pesados.

El punto de vista es bajo con el fin de subrayar la monumentalidad de la escena y obligar al espectador a alzar la vista hacia Cristo y hacerle sentir el mismo goce místico de san Bernardo.

La luz es tenebrista; parte de un foco exterior al cuadro que se sitúa en el extremo inferior izquierdo; se concentra en las figuras de Cristo y san Bernardo y deja la cruz y los dos ángeles en la penumbra. Se reconoce la influencia de Caravaggio.

Los colores utilizados son escasos y en tonos contrastados por el tratamiento tenebrista. Llama la atención el blanco marfil de la vestimenta de san Bernardo.

Cristo abrazando a san Bernardo es uno de los cuadros más señeros del Barroco español por cuanto recoge uno de los sentimientos religiosos predominantes de la época, el misticismo, es decir, acercarse al Señor a través de la oración y la contemplación. Además, es la obra maestra de Francisco Ribalta, quien influyó en Zurbarán.

Cristo abrazando a San Bernardo se pintó para la Celda Prioral de la cartuja de Porta-Coeli de Valencia. El Museo Nacional del Prado adquirió Cristo abrazando a san Bernardo en 1940.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Arqueta de San Demetrio

No se sabe quién es el autor de la arqueta de San Demetrio, pero sí que fue realizada a finales del siglo XI en estilo románico.

Anónimo: Arqueta de San Demetrio, finales del siglo XI.
Estilo: Románico.
Técnica: Mixta de latón, madera y piedras semipreciosas.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 43 x 61 x 32,5 cm.
Iglesia de San Esteban, Loarre, España.

  

La arqueta de San Demetrio presenta una estructura de madera revestida con chapas de latón sobredorado y claveteado a la madera con cabujones que acogen piedras semipreciosas rojas en los laterales.

 En los frontales de la arqueta aparecen cuatro apóstoles y una pareja de ellos en cada lateral. Cada apóstol aparecen bajo un arco de medio punto, que descansa sobre columnas decoradas con bandas en zigzag ascendentes. Sobre los arcos aparece un muro compuesto de sillares divididos en dos mitades triangulares. Entre las columnas aparece una cenefa vertical decorada con roleos vegetales.

 La tapa de la arqueta se presenta a cuatro aguas. Las caras alargadas tienen forma de trapecio, dividido en dos triángulos laterales, decorados con motivos vegetales, y un rectángulo central; uno de ellos, acoge la representación de Cristo en Majestad bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo las Escrituras con la izquierda, con nimbo crucífero con restos de pigmento rojo, con las letras alfa y omega y rodeado por el Tetramorfos; el otro acoge una imagen de la Ascensión de Cristo con nimbo crucífero, portando una cruz en la mano derecha y abierta la izquierda; las dos imágenes de Cristo aparecen dentro de una mandorla. Los lados laterales de la tapa son triangulares y en ellos aparecen representados ángeles turiferarios.

 La arqueta de San Demetrio contuvo las reliquias del santo, pero también cumplió la función de arqueta sagrario.

 La arqueta de San Demetrio fue restaurada por Liberto Anglada en 1983.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Museo de Huesca

El Museo de Huesca fue una iniciativa de la Comisión Provincial de Monumentos con el fin de acoger las pinturas reunidas tras la desamortización de Mendizábal de 1836. En 1845 los fondos del museo se trasladaron del edificio de la Compañía de Jesús al Colegio Mayor de Santiago. En 1873 tuvo lugar la fundación formal del Museo de Huesca por iniciativa de Valentín Cardera, artista, coleccionista y divulgador, que donó su colección privada al museo. En 1879 el Museo de Huesca recibió en depósito lienzos del Museo de la Trinidad, hoy Museo Nacional del Prado. En 1918 el Museo de Huesca pasó a ser estatal. En 1967 trasladó su sede a la antigua Universidad de Huesca o Sertoriana.

La tabla San Vicente mártir (1470), de Bernardo de Arás, es la pieza más destacada del arte gótico que atesora el Museo de Huesca.


Los fondos del Museo de Huesca se distribuyen en las siguientes salas:

  • Prehistoria. Ofrece restos desde el Paleolítico Inferior al Calcolítico, entre 250000 y 1800 a.C. Destacan la cerámica neolítica de la cueva de Chaves (4000 a.C.) y la calcolítica de la cueva Drólica (1800 a.C.).
  • Protohistoria. Reúne piezas desde la Edad del Bronce hasta el siglo I a.C. Llaman la atención la cerámica de Vincamet y las monedas de Bolskan.
  • Época romana. Los restos más interesantes de la dominación romana son la cerámica de mesa de Terra Sigillata, los restos de Villa Fortunatus y las monedas republicanas e imperiales.
  • Alta Edad Media. Llaman la atención la orfebrería visigoda, destacando el Tridente de Witiza, la alfarería andalusí de Zafranales y del arte románico el Cristo crucificado de Azlor.
  • Baja Edad Media. Del arte gótico sobresalen la tabla San Vicente mártir, de Bernardo de Arás (1470) y El Calvario, del círculo de Pedro García Benabarre (ca. 1490).


El Museo de Huesca exhibe obras del maestro de Sigena, una de ellas es La Anunciación (1515-1519).


  • Renacimiento. Gil de Bramante es representante del arte renacentista de tradición gótica como muestra el relieve La resurrección de Lázaro (ca. 1500). Pero las mejores obras renacentistas que alberga el Museo de Huesca son las cuatro tablas del retablo mayor del monasterio de Santa María de Sigena (1515-1519).
  • Siglo XVII. Llaman la atención Santa Teresa de Jesús (1665), de Vicente Berdusán, y El bautismo de Jesús (1667), de Juan Pareja.
  • Goya y su época. Esta sala recibe obras de Francisco Bayeu, destacando el retrato Paula Melzi de Eril (1778), y de Goya cuatro litografías de la serie Toros de Burdeos (1825).
  • Pintura de historia. En esta sala destacan la obra de José Casado de Alisal La campana de Huesca (1880).
  • Pintores oscenses de entre siglos. Cuatro pintores destacaron entre los siglos XIX y XX: León Abadías, Martín Coronas, Félix Lafuernte y Anselmo Gascón de Gotor.
  • Ramón Acín. Artista, periodista y colaborador gráfico de El Diario de Huesca es autor del retrato Conchita Monrás (1934).
  • La Universidad Sertoriana. Recibe cuadros, caso de Minerva y Sertorio (1768), de Juan Andrés Merklein, y objetos de orfebrería.
  • Valentín Carderera. Reúne obras de gran valor donadas por Valentín Carderera. Cabe citar el retrato Valentín Carderera (1846), de Federico Madrazo.

Entre los artistas que pintaron cuadros de temática histórica sobresale José Casado de Alisal. Es autor de La campana de Huesca (1880).

  

Además, la biblioteca del Museo de Huesca acoge más de 16.000 volúmenes.