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viernes, 29 de noviembre de 2019

El entierro del conde de Orgaz, de El Greco

El Greco (Candia, Creta, 1541-Toledo, España, 1614) inició su carrera artística pintando iconos de estilo tardobizantino; entre 1567 y 1570 vivió en Venecia, donde estudió a Tiziano, Tintoretto y Veronés; y entre 1570 y 1577 en Roma, relacionándose con el círculo del cardenal Farnesio y estudiando a Miguel Ángel. En 1577 se instaló en España, en la ciudad de Toledo, donde pintó sus mejores lienzos por encargo de la Iglesia. Sus mejores cuadros son los retratos y los religiosos, de entre los que hay que citar El expolio (1579), El martirio de san Mauricio y la legión tebana (1582), El entierro del conde de Orgaz (1587) y La adoración de los pastores (1614).

El Greco: El entierro del conde de Orgaz, 1587.
Estilo: Manierismo.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 480 x 360 cm.
Iglesia de Santo Tomé, Toledo, España.


Andrés Núñez de Madrid, párroco de la iglesia de Santo Tomé de Toledo, encargó a El Greco en 1586 la realización del cuadro El entierro del señor de Orgaz por la cantidad de 1.200 ducados.

El Greco se ajustó al contrato, que estipulaba que habría de reproducir el milagro habido durante el entierro de don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz y conde a título póstumo desde 1522. El entierro tuvo lugar en 1323. El milagro consistió en el descendimiento desde el cielo de san Agustín y san Esteban con el fin de ser ellos los que enterrasen al señor de Orgaz; era la manera de distinguirle por encima del resto de mortales y presentarlo como un modelo de comportamiento a imitar; ya en vida fue tenido como una persona devota de los santos y generosa con los pobres.

El lienzo se divide en dos niveles: el terrenal en el plano inferior, donde se recoge el momento en el que san Agustín y san Esteban proceden a sepultar al señor de Orgaz; y el celestial en el superior, donde se observa el ascenso al cielo del alma del difunto.

El Greco situó en el nivel inferior de El entierro del conde de Orgaz la escena del milagro del sepelio del noble con la participación de san Agustín y san Esteban, pero también hace las veces de galería de retratos de las personalidades ilustres de la ciudad de Toledo de finales del siglo XVI.


La escena del entierro ocupa el centro del primer plano del nivel inferior. El conde de Orgaz aparece inerte, vestido con armadura de acero bruñido y gola blanca. Le sostienen san Agustín, uno de los padres de la Iglesia, vestido de obispo, con mitra y casulla, en la que aparecen bordadas las imágenes de san Pablo, Santiago el Mayor y santa Catalina de Alejandría, y san Esteban, primer mártir de la Iglesia, vestido con dalmática diaconal en la que aparece bordada la escena de su martirio; ambos santos se ayudan de un lienzo blanco para sostener al conde de Orgaz. A la izquierda aparece un niño vestido de negro, arrodillado mirando al espectador; lleva un papel que le sirve a El Greco para firmar e identificar al niño como su hijo Jorge Manuel, ya que en el papel se lee “Domenico Theotocopuli 1578”. A la derecha aparecen don Pedro Ruiz Durón, ecónomo de la iglesia de Santo Tomé, como sacerdote vestido con roquete transparente, contemplando el ascenso al cielo del alma del difunto, y don Andrés Núñez de Madrid, sacerdote de la iglesia de Santo Tomé, el cual está pronunciando el responso; entre ambos don Rodrigo de la Fuente, beneficiado de la iglesia de Santo Tomé, porta una cruz procesional; en el otro extremo aparecen frailes conversando, uno franciscano, otro agustino y otro dominico El resto de figuras son caballeros, muchos son personas ilustres de la nobleza toledana, otros son clérigos y letrados, más dos caballeros de la Orden de Santiago, todos con una expresión particular, pero con el denominador común del respeto por estar asistiendo a un funeral; se han reconocido a algunos de ellos: el primero por la izquierda es Juan López de la Quadra, mayordomo de la iglesia de Santo Tomé, a la izquierda del caballero de la Orden de Santiago y mirando al espectador aparece El Greco autorretratado, y los más próximos al sacerdote vestido con roquete se reconocen al arquitecto Alonso de Covarrubias, Francisco de Pisa, erudito especialista en la vida del conde de Orgaz, y Diego de Covarrubias, eclesiástico y jurista. A quien apuesta por identificar entre los retratados al escritor Miguel de Cervantes. Los caballeros visten a la moda española del momento, de terciopelo negro. El niño y algunos de los personajes portan cirios de gran tamaño. El Greco recurre al recurso de dirigir la mirada de algunos de los personajes hacia el espectador para integrar a este en el cuadro.

El Greco sitúa en el nivel superior de El entierro del conde Orgaz el ascenso al cielo del alma del noble.


El eje vertical del nivel superior lo marca la línea del ángel que eleva al cielo el alma del conde de Orgaz y Dios en lo más elevado. El Señor aparece como gran Juez y actitud gloriosa, vestido de blanco para representar la pureza y rodeado de una luz amarilla que representa la resurrección y la gloria. A sus pies se reconocen, a la izquierda la Virgen María, vestida de azul y rojo, simbolizando la eternidad y la Pasión, y a la derecha san Juan Bautista, ambos como intercesores ante Dios Todopoderoso, de hecho, la Virgen recoge el alma del conde de Orgaz para presentarla al Señor y san Juan Bautista aparece suplicante ante Dios para conseguir de este que salve el alma del difunto. En el lado de la Virgen se reconoce a san Pedro, que porta las llaves del cielo, y personajes del Antiguo Testamento, el rey David con el arpa, Moisés con las tablas de la ley y Noé con el arca. En el lado de san Juan Bautista aparecen los bienaventurados mirando al Señor, el apóstol Pablo con la espada de su martirio, Santiago el Mayor como peregrino, santo Tomás con la escuadra de arquitecto y el rey Felipe II, aún vivo, es una manera de reconocerle por encima del resto de los mortales por desarrollar una política decidida de defensa del catolicismo y la manera que tuvo El Greco de manifestar la ausencia de resentimiento hacia él aunque le apartase años atrás de la decoración del Real monasterio de San Lorenzo del Escorial; también se adivinan las figuras de María Magdalena, Marta y san Esteban. La distribución de los ángeles sigue una disposición ascendente con arreglo a la jerarquía propuesta por san Agustín; es decir, ángeles, cercanos a los hombres y de aspecto humano, serafines y querubines, próximos a los seres espirituales y representados como pequeños amorcillos, y tronos y potestades, junto al Señor, amorfos y  representados con manchas de color difuminadas.

El entierro del conde de Orgaz ofrece las siguientes características formales:
  • Luz de apariencia artificial y distribuida para llamar la atención sobre las figuras y personajes que El Greco considera principales, Dios, el alma del conde de Orgaz y este.
  • Colores en tonos brillantes y metálicos.
  • Composición dinámica.
  • Alargamiento de las figuras hasta un canon de 12 o 13 cabezas.
  • Figuras recortadas.
  • Figuras serpentinatas para ofrecer mayor movimiento.
  • Predominio del color sobre la línea para definir las formas.
  • Horror vacui no dejando espacios vacíos de figuras.
  • Agolpamiento de las figuras hacia el primer plano.
  • Complejo desarrollo escenográfico con arreglo al también complejo programa teológico e iconográfico del cuadro.

Por todo ello, El entierro del conde de Orgaz está considerado como la obra maestra de El Greco y del manierismo español y una de las de todos los tiempos, que hizo de El Greco uno de los grandes genios de la pintura universal.

viernes, 22 de noviembre de 2019

San Salvador de Valdediós

Alfonso III el Magno (rey de Asturias, 966-910) fue el impulsor de la construcción de la iglesia de San Salvador de Valdediós. En relación a su fecha de fundación, se lee en una inscripción latina “SUB ERA DCCCCXXX”, que se traduce por “En el año 930”, se entiende de la era augusta, es decir, en el año 892 de la era cristiana. El acto de consagración fue solemne por cuanto asistieron siete obispos: Rosendo I de Mondoñedo, Nausto de Coimbra, Sisenando de Iria, Ranulfo de Astorga, Argimiro de Lamego, Recaredo de Lugo y Eleca de Zaragoza.

La iglesia de San Salvador de Valdediós pertenece al arte asturiano, pero presenta influencias mozárabes. Anuncia el arte románico posterior.



San Salvador de Valdediós presenta planta basilical de tres naves separadas por cuatro tramos de arquerías de medio punto. La nave central tiene una altura de 8,80 m. y las laterales de 5,70 m. La cabecera cuenta con tres ábsides de testero plano, el central cuadrado y los laterales rectangulares, el central sobresale respecto de los laterales en el muro de cierre, donde está abierto un vano triple sobre columnillas, capiteles, arcos de herradura y alfiz. Sobre cada ábside hay una cámara ciega, la correspondiente al ábside central presenta vano ajimezado. Los ábsides laterales se iluminan a través de un vano simple. Las cubiertas son bóvedas de cañón. No presenta crucero, pero a su altura en el lado sur se abre la capilla de los Obispos, espacio cuadrado cubierto con una bóveda perpendicular a las naves de la iglesia, se accede a través de un arco de medio punto y cuenta con un vano ajimezado. El nártex está dividido en tres espacios, uno por cada nave, el central cuadrado y los laterales rectangulares, que se comunican con el central a través de puertas con arcos de medio punto. A través de unas escaleras en la nave lateral sur se accede a la tribuna real. En el lado sur hay un pórtico rectangular que se divide en cinco espacios, marcados por arcos fajones, que refuerzan la bóveda de cañón, tiene tres vanos en el lado largo y uno en el corto, con una llamativa trama de celosía.

La planta de la iglesia de San Salvador de Valdediós es basilical de tres naves.


La portada de San Salvador de Valdediós presenta puerta de acceso con dos columnas enfrentadas, arco de medio punto, a la altura de la tribuna real vano geminado con dos arquillos de herradura, alfiz y un bajorrelieve de la Cruz de la Victoria y, rematando la  iglesia, una espadaña campanario. Las tres naves se marcan al exterior mediante contrafuertes que terminan su recorrido donde lo hacen las naves laterales.

Las cubiertas al exterior son de un agua para las naves laterales y a dos aguas para el resto de espacios.

Los materiales de construcción utilizados en San Salvador de Valdediós fueron sillar para contrafuertes, portadas, vanos y remates de la fachada occidental y muro testero, sillarejo para el resto del edificio y mampuesto.

El pavimento es del tipo opus signinum, típico de la arquitectura asturiana.

La decoración escultórica se concreta en el uso de columnas con collarino sogueado, ábaco rectangular con ornamento trenzado y capiteles en forma de hojas de palma nervadas. En los vanos aparece el alfiz y tracerías de celosía, ambos de tradición mozárabe, motivos florales, de inspiración bizantina, y relieves en forma de cruz de la victoria, típico asturiano.

En la ventana exterior de la tribuna real de San Salvador de Valdediós se reconocen motivos decorativos asturianos, caso de la Cruz de la Victoria, y mozárabes, como el alfiz que enmarca los arquillos de herradura.


La decoración pictórica cubría los muros y bóvedas de la iglesia, pero sólo se ha conservado en parte. La temática es variada, antropomórfica, objetos sagrados –cruces y crismones– y motivos arquitectónicos, florales y geométricos. Predominan los colores amarillo, gris, rojo y verde.

Se conserva parte de la policromía que cubría los muros de San Salvador de Valdediós.


La iglesia de San Salvador de Valdediós debe su importancia artística por ser uno de los edificios que culminan la arquitectura asturiana, siendo el más representativo de la etapa postramiriense, que  coincide con el reinado de Alfonso III el Magno (966-910), a la vez que integra elementos mozárabes y anuncia el románico.

San Salvador de Valdediós fue declarado Monumento Nacional en 1931 y Patrimonio de la Humanidad en 1985.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Triunfo de san Hermenegildo, de Francisco Herrera el Mozo

Francisco Herrera el Mozo (Sevilla, 1622-Madrid, 1685) se formó como pintor con su padre Francisco Herrera el Viejo. En 1647 viajó a Italia, donde conoció a Pietro de Cortona, estudió a la escuela veneciana y se impregnó del Barroco italiano. En 1654 regresó a España y pintó El triunfo de san Hermenegildo. Fue nombrado pintor de corte en 1656. Francisco Herrera el Mozo está considerado el mejor representante de la escuela barroca madrileña.

Hermenegildo fue un príncipe visigodo, hijo del rey Leovigildo y hermano de Recaredo. Por influencia de san Leandro y de su esposa Ingunda renunció al arrianismo para convertirse al catolicismo. Conspiró contra su padre en 581 lo que provocó una guerra civil que finalizó en 584. Hermenegildo fue capturado, encarcelado, rechazó el perdón de su padre, se negó a recibir la comunión de un obispo arriano y, por último, fue martirizado y decapitado en 585. El papa Sixto V, a petición del rey Felipe II, declaró santo a Hermenegildo en 1585; desde entonces es santo patrón de la Corona de España.

Francisco Herrera el Mozo: Triunfo de san Hermenegildo, 1654.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 328 x 229 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


Triunfo de san Hermenegildo se ajusta al tema de la apoteosis de santos en Rompimiento de Gloria. San Hermenegildo aparece como un santo joven y vigoroso en ascensión hacia los cielos, viste al modo romano imperial con coraza y manto y en su mano derecha porta un crucifijo. Alrededor del santo, unos ángeles ascienden con él llevando los atributos reales del cetro y la corona, los martiriales de las cadenas y el hacha, y los de santidad de la palma y la corona de flores. Otros ángeles cantan y tocan a Gloria. En el nivel inferior, bajo san Hermenegildo, aparecen Leovigildo, rey visigodo y padre del santo, con armadura y gesto de angustia, y un obispo arriano, con cáliz en la mano y gesto de temor.

Las características formales del cuadro son barrocas: la composición es helicoidal ascendente; las pinceladas son líquidas y difuminan el segundo plano; los colores son brillantes y luminosos, con predominio de los azules y los blancos; y contrasta el oscuro de la parte inferior, donde están Leovigildo y el obispo arriano, con la claridad celestial, donde se hayan san Hermenegildo y los ángeles.

Triunfo de san Hermenegildo debe su relevancia artística e histórica por tres motivos: por sus calidades siempre ha sido considerado una obra maestra del Barroco; por haber influido en la obra de pintores de la talla de Claudio Coello, como se demuestra en Triunfo de san Agustín (1664); y por plasmar el ideario contrarreformista del catolicismo y de la Monarquía hispánica frente al luteranismo.

Triunfo de san Hermenegildo formó parte del retablo mayor de la iglesia conventual de los Carmelitas Descalzos de Madrid. Desde 1836 se encuentra en el Museo Nacional del Prado.


sábado, 9 de noviembre de 2019

Museo Chillida Leku

El Museo Chillida Leku exhibe obras del escultor Eduardo Chillida. Se encuentra en el municipio de Hernani, provincia de Guipúzcoa. El proyecto del museo lo concibieron el artista y su esposa Pilar Belzunce en 1983. Después de adquirir el caserío Zabalaga, del siglo XVI, el arquitecto Joaquín Montero restauró el exterior, respetando el escudo de armas de la familia Zabalaga, y acondicionó el interior como museo, archivo y biblioteca. El Museo Chillida Leku abrió al público en 2000, cerró en 2010 debido a la crisis económica y reabrió en 2019.

Lotura XXXII es una de las obras de Chillida que más llaman la atención de las expuestas en el jardín del Chillida Leku.


El Museo Chillida Leku se organiza en dos espacios: los jardines y bosques que rodean el caserío Zabalaga y este.

En los jardines y bosques se muestran más de cuarenta esculturas realizadas en acero y piedra, de distinto tamaño y peso. La disposición de las obras no sigue un orden cronológico. Los visitantes pueden comenzar la visita por donde quieran y tocar las esculturas para sentir sus texturas, incluso algunas pueden ser transitadas por su interior dado su gran tamaño. Las obras más destacadas son Estela V (1973), Lotura XXXII (1998) y  Buscando la luz (2002).

El interior del caserío acoge esculturas de tamaño menor, realizadas en unos materiales delicados que impiden ser expuestas en los jardines; son obras hechas en alabastro, lana, madera o papel. También se muestra una serie fotográfica de la obra Peine del viento (1977), conjunto escultórico de Chillida que adorna la playa de la Concha, en San Sebastián.

El museo cuenta con un archivo, que alberga el legado documental de Chillida, y una biblioteca especializada en la vida y obra de este.