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viernes, 27 de septiembre de 2019

La venerable madre Jerónima de la Fuente, de Velázquez

Diego Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) es el pintor barroco español más universal. Se formó en Sevilla a la sombra de Francisco Herrera el Viejo y Francisco Pacheco. En 1623 se instaló en Madrid y fue nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Viajó a Italia en dos ocasiones (1629 y 1649). Pintó cuadros costumbristas, desnudos, históricos, mitológicos, paisajes, religiosos y retratos. Entre los muchos retratos hay que citar La venerable madre Jerónima de la Fuente (1620), El conde-duque de Olivares (1626), El infante don Carlos (1627), Felipe IIIFelipe IV e Isabel de Borbón, todos en 1635, Pablo de Valladolid (1637), Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, a caballo (1638), Francisco Lezcano (1645) e Inocencio X (1650). El rey Felipe IV le nombró caballero de la Orden de Santiago (1658).

Diego Velázquez: La venerable madre Jerónima de la Fuente, 1620.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Retrato.
Dimensiones: 160 x 110 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


La venerable madre Jerónima de la Fuente es el primer retrato de los muchos que hizo Velázquez. Hasta 1926 se atribuía a Luis Tristán, pero tras una limpieza del cuadro se encontró la firma “diego Velázquez.f.1620”.

El motivo del cuadro fue inmortalizar a la madre Jerónima de la Fuente, que, con 66 años de edad, decidió marchar a Filipinas con el fin de fundar el convento de Santa Clara de la Concepción de Manila, del que fue la primera abadesa.

La madre Jerónima de la Fuente ocupa el centro del lienzo sobre un fondo neutro en el que no se reconoce que haya suelo. Aparece de pie, vestida con el hábito de las clarisas, compuesto por una toca blanca, una túnica y un manto marrón de paño basto, que cae hasta los pies formando pliegues ampulosos. La religiosa empuña un crucifijo con la mano derecha y sostiene un breviario con la izquierda.

La gama cromática es escasa. Predominan los colores oscuros en el hábito y en el fondo del cuadro, lo que hace que se puedan confundir. Las notas de color se limitan al blanco de la toca, las encarnaciones y el rojo de las páginas del breviario. Las pinceladas son rápidas y poco cargadas de pintura.

La luz se focaliza en el rostro de la religiosa. Se pretende forzar al espectador a que reflexione acerca de la fe que impulsó a una persona en sus últimos años de vida a  marchar a Filipinas a evangelizar a los infieles.

El carácter fuerte de la madre Jerónima de la Fuente se hace evidente en la mirada profunda y la seguridad con la que sujeta el crucifijo y el breviario.

Completan el cuadro dos textos. En la parte superior se lee: “BONVN EST PRESTOLARI CVM SILENTIO SALVTARE DEI”, que se traduce por “Es bueno esperar en el silencio la salvación de Dios”. En la parte inferior se lee: “Este es verdadero Re / trato de la Madre / Doña Jerónima de la Fuente, / Relixiosa del Convento de Santa Isabel de los Reyes de T. / Fundadora y primera Ab / badesa del Convento de Santa Clara de la Concepción / de la primera regla de la Ciudad de Manila, en Filipin / nas. Salió a esta fundación de edad de 66 años, martes / veinte y ocho de Abril de 1620 años. Salieron de / este convento en su compañía la madre Ana de / Christo y la madre Leo / nor de sanct francisco. / Relixiosas  y la herma / na Iuana de sanct Antonio / novicia. Todas personas de mucha importancia / Para tan alta obra”.

Velázquez pintó otro retrato de la madre Jerónima de la Fuente semejante al del Museo Nacional del Prado que se encuentra en la colección Fernández de Araoz. En dicho cuadro aparece una filacteria cerca de la boca de la religiosa que dice: “SATIABOR DVM GLORIA… FICATVS VERIT”, que se traduce por “En su gloria está mi verdadera satisfacción”, refiriéndose a Cristo en la cruz, devoción de la religiosa. Del cuadro del Museo Nacional del Prado se eliminó el mismo texto una vez que fue adquirido por el Ministerio de Educación en 1944 y entregado al museo. El lienzo procedía del convento de Santa Isabel la Real de Toledo.

La trascendencia de La venerable madre Jerónima de la Fuente radica en ser el primer retrato de Velázquez y en fijar un estilo de retratar que repitió en Pablo de Valladolid (1637), y que se caracteriza por la disposición vertical del personaje, presentar un fondo neutro y la ausencia de un suelo en el que apoye el personaje.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Puerta de La Coronería, del maestro Enrique

El maestro Enrique (¿?-Burgos, 1277) fue arquitecto y escultor. Trabajó en las catedrales de Santa María de la Regla de León y Santa María de Burgos. En esta última llevó a cabo la puerta de La Coronería, hacia 1250.

Maestro Enrique: Puerta de La Coronería, hacia 1250.
Estilo: Gótico.
Técnica: Talla en piedra.
Temática: Religiosa.
Catedral de Santa María, Burgos, España.


El tímpano lo ocupa el conjunto escultórico del Juicio Final. Aparecen Cristo, la Virgen María y san Juan; Cristo entronizado como juez, con los brazos en alto y mostrando las heridas de las manos y el costado; la Virgen María, coronada, y san Juan flanquean a Cristo y le imploran piedad para las almas de los condenados al infierno. En el vértice del tímpano, dos ángeles, sobre unas nubes, portan la cruz y el sudario de Cristo, y a los lados, otros dos llevan una columna y una lanza, elementos de la Pasión de Cristo.

El dintel está ocupado por la imagen de san Miguel sosteniendo una balanza en la que pesa las almas de los hombres. A la derecha aparecen unos demonios, que hostigan a los condenados al infierno; a la izquierda, una casa con la puerta abierta representa la entrada al paraíso, donde ya hay bienaventurados.

El tímpano de la puerta de La Coronería está ocupado por el Juicio Final.


 Por debajo y por encima de las jambas, recorre el muro una serie de arcos ciegos ojivales, que en el zócalo inferior montan sobre columnillas pareadas con capiteles vegetales. Esta galería de arcos sirve para enmarcar las imágenes de los apóstoles, seis a cada lado, en bulto redondo y en tamaño natural.

Las arquivoltas son tres, la interior está ocupada por serafines, la intermedia por ángeles turiferarios y la exterior por escenas de la resurrección de Cristo.

Entre las características formales se ajustan a las del estilo gótico pleno. Las más evidentes son las siguientes:
  • Las esculturas se supeditan al marco arquitectónico.
  • Las figuras son realistas, proporcionadas y mantienen una comunicación visual entre ellas y con el espectador.
  • Cada tema de los tratados ocupa en la fachada el espacio que le corresponde en función de su importancia. Así, el Juicio final llena el tímpano, el peso de las almas el dintel, el apostolado las jambas y la resurrección de Cristo la arquivolta exterior.

 La puerta de La Coronería de la catedral de Santa María de Burgos guarda relación con las fachadas de la catedral de Notre-Dame de Chartres e influyó en la de Santa María de Regla de León.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Museo Diocesano de Seo de Urgel

En 1956 se abrió la exposición Tesoro de la catedral, que reunía una colección de imágenes y objetos litúrgicos de Seo de Urgel, y en 1957 otra titulada Arte Sacro. El éxito de las exposiciones llevó al obispo Iglesias a decretar la constitución del Museo Diocesano de Seo de Urgel, que ocupa el sector meridional del claustro y la sala capitular de la catedral de Santa María, las iglesias de San Miguel y La Piedad y, desde 1983, la Casa del Decanato.

El Museo Diocesano de Seo de Urgel reúne piezas diversas –pintura mural, escultura, orfebrería, vestuario religioso, códices y arte popular– desde el Románico al Barroco.

La Virgen de Olp se ajusta al modelo de virgen románica, caracterizada por el hieratismo y la frontalidad.


Del arte románico (siglos XI al XIII) destacan las pinturas murales Bóveda de Baltarga, Adoración de los Reyes y Crucifixión de Estaón; las esculturas exentas Virgen de Cortscastell, Virgen de Olp, Virgen de Ginestarre y Crucifijo de Olp; las piezas de orfebrería Cáliz y Patena de Nuria; los códices Miscelanea Patrística (938), que trascribe los diálogos del papa san Gregorio el Grande y de los santos padres, un ejemplar del Beato de Liébana (786) y la Bula del papa Silvestre II (1001), que decreta la confirmación y reconocimiento de los privilegios de la iglesia de Urgell; de la ropa religiosa destaca la capa de san Ermengol; y diversas piezas de arte popular.

Del arte gótico (siglos XIV y XV) sobresalen las pinturas murales Los cónsules de la ciudad de La Seo de Urgell y Santa Cena de la iglesia de Os de Civis; las esculturas San Pedro de Cubells, Virgen con Niño de Sedó y Retablo de san Bartolomé; las piezas de orfebrería Veracruz de La Seo de Urgell, Cáliz del obispo de Garcelán de Vilanova, Copón-reconditorio del mercader Ramón Grau y Cruz procesional de la Piedad, que ponen de manifiesto que Barcelona se convirtió en un centro destacado en la producción de orfebrería litúrgica desde el siglo XIV; y Misal del obispo Garcelán de Vilanova, libro de 41 x 27,3 cm., de casi 400 páginas, en pergamino vitela, escrito a dos columnas, con letra gótica libraria a dos tintas, negra y encarnada, con representaciones miniadas.

Misal del obispo Garcelán de Vilanova es un códice miniado de estilo gótico.


Del arte renacentista (siglo XVI) hay que citar las esculturas Virgen dormida (1549) y Retablo de la Piedad (1550), dedicado a la Virgen Dolorosa, ambos de Jerónimo Xanxo; y piezas de orfebrería –cálices, relicarios y veracruces–, de entre las que destaca Relicario de los Corporales de Arcavell.

Del arte barroco (siglos XVII y XVIII) sobresalen las esculturas Purísima, San Odón, Cristo resucitado y Sarcófago de san Ermengol; las piezas de orfebrería Cáliz del obispo Bernardo Caballero, Custodia del obispo Benlloch y Ánfora del obispo Simeón de Guinda; y entre los ornamentos litúrgicos destacan varios ternos y capas pluviales.