Juan Guas (San
Pol-de-Léon, 1430-Toledo, 1496) se formó como arquitecto a la
sombra de su padre. Está documentada su presencia en España desde 1448. Desarrolló
su carrera profesional en Castilla. Fue maestro de obras en las catedrales del
Salvador de Ávila, Santa María de Segovia y Santa María de Toledo. Trabajó para
los Reyes Católicos y para grandes familias nobiliarias de Castilla como los
Mendoza.
El monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo
(1477) se construyó por encargo de Isabel la Católica. Es uno de los edificios
más destacados del gótico isabelino, estilo creado por Juan Guas.
Juan Guas se convirtió en el máximo
representante del gótico isabelino, que presenta las características
siguientes:
- Los edificios son de amplias proporciones.
- Los edificios religiosos son de una nave con capillas entre los contrafuertes.
- Los edificios civiles y los religiosos se organizan alrededor de un patio o de un claustro con dos crujías.
- Predomina la horizontalidad frente a la verticalidad del gótico clásico.
- Aúna elementos del gótico flamígero y del flamenco.
- Las bóvedas de crucería se complican y adoptan formas estrelladas.
- Predomina la decoración propagandística en forma de motivos heráldicos –el águila de san Juan, el yugo, las flechas y las granadas–, las cadenas, conchas, arcos mixtilíneos, etc.
Juan Guas construyó edificios de
carácter civil y religioso. Entre las obras civiles hay que citar el castillo
de Belmonte (1474), el castillo de Manzanares el Real (1475), el palacio de los
duques del Infantado de Guadalajara (1480) y el patio del colegio San Gregorio
de Valladolid (1488), y entre los religiosos el monasterio de San Juan de los
Reyes de Toledo (1477).
El castillo de
Belmonte (1474) se ajusta al tipo fortaleza-palacio.
La construcción del castillo de Belmonte
se inició en 1456 por iniciativa de Juan Pacheco, primer marqués de Villena, y
se dio por terminada a su muerte en 1474. El castillo fue concebido como
fortaleza-palacio. La planta es un triángulo equilátero con dos cuerpos en dos
de sus lados y en el otro la torre del homenaje; el triángulo se convierte en
un nonocaedro con torreones en los vértices, que cumplen una doble función de
contrafuerte y defensiva. La decoración de los techos es de estilo mudéjar.
El castillo de Manzanares el Real o
castillo de los Mendoza es del tipo fortaleza-palacio. Se inició su
construcción en 1475 por iniciativa de Diego Hurtado de Mendoza, primer duque
del Infantado. La planta es cuadrangular; cuenta con cuatro torres circulares;
destaca la torre del homenaje, de forma hexagonal; el edificio está rematado
por una terraza con almenas y matacanes; la decoración exterior son bolas de
estilo isabelino. Consta de un patio rectangular porticado y de dos galerías
sobre columnas octogonales; sobre el adarve meridional la galería es de traza
flamígera sobre antepechos decorados con puntas de diamante. El castillo está
rodeado por una barbacana, cuyas saeteras llevan esculpidos en bajo relieve la
cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén.
El castillo de
Manzanares el Real (1475) se construyó por iniciativa de Diego Hurtado de
Mendoza, primer duque del Infantado.
El palacio de los Duques del Infantado de
Guadalajara lo mandó construir en 1480 Íñigo López de Mendoza, segundo duque
del Infantado. Se levantó sobre el solar que ocupaban las antiguas casas de la
familia Mendoza, que fueron derribadas. Juan Guas fue el arquitecto que lo
diseñó, pero contó con la colaboración de Egas Cueman y Lorenzo de Trillo. Las
partes más relevantes del palacio son la fachada de poniente, la puerta de
acceso a palacio, el patio central o de
los leones, la galería del jardín y las salas bajas. La fachada principal o
de poniente dota al palacio de una estética inconfundible. Al exterior las
plantas baja y principal son un muro de sillar decorado con puntas de diamante
en tresbolillo; en la planta principal se cuentan cinco balcones coronados con
frontones triangulares. Remata la fachada una galería corrida de dobles
balcones y garitones salientes alternados con arquería conopial, y presenta
tracería gótica y mocárabes. La puerta de acceso a palacio se encuentra
descentrada, en el tercio izquierdo; presenta dos arcos, conopial mixtilíneo y
apuntado; el tímpano está decorado con escudos y tracería gótica, la rosca del
arco con motivos caligráficos, la clave con una bicha alada y las enjutas con
sendos grifos; la puerta está flanqueada por dos columnas cilíndricas con basas
prismáticas, fuste con red de rombos, collarín intermedio y capitel con
mocárabes, que se repiten en la cornisa que une las columnas. Sobre la puerta
hay dos esculturas de varones velludos que sostienen una corona ducal con el
escudo de los Mendoza en el centro. El patio central o de los leones es de planta rectangular, de siete arcos en los lados
de levante y poniente y cinco en norte y sur.; presenta doble arquería superpuesta
conopial mixtilínea; las columnas de la planta baja son de fuste liso y capitel
dórico; las de la segunda presentan fuste torsionado y collarín intermedio; las
arcadas están decoradas con leones y grifos enfrentados y la balaustrada de la
galería superior con filigranas góticas. La galería del jardín es obra de
Lorenzo de Trillo y se concluyó en 1496; consta de una doble arquería de
columnas prismáticas. Los paramentos están decorados con arquillos lobulados
superpuestos.
Portada del
palacio de los Duques del Infantado de Guadalajara (1480).
El patio del colegio de San Gregorio de
Valladolid es de planta cuadrada; cuenta con dos pisos que se levantan sobre
pilares helicoidales con capiteles decorados con medias bolas y lises separados
por cadenas; en las arquerías del piso superior la decoración es calada con un
friso de yugos, flechas y gárgolas; se accede al piso superior a través de una
escalera con pretiles góticos, paramentos almohadillados y artesonado mudéjar;
se leen las iniciales F e Y, de Fernando e Isabel, reyes de Aragón
y Castilla.
Otras obras civiles son los castillos de
Cuéllar, Miranda de Ebro, Jadraque, Palazuelos y la portada del palacio de los
duques de Arcos de Marchena.
En la decoración
exterior del monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo (1477) destacan las
cadenas de los cristianos liberados de las cárceles musulmanas del norte de
África.
La gran obra religiosa de Juan Guas es
el monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo. Isabel la Católica lo mandó
construir en 1477 para conmemorar su victoria en la batalla de Toro (1476)
sobre Alfonso V de Portugal durante la guerra civil con Juana la Beltraneja por
el trono de Castilla; Isabel la Católica cedió el monasterio a la Orden de San
Francisco de la Observancia; el monasterio habría de ser panteón real, pero los
Reyes Católicos decidieron enterrarse en Granada tras ser reconquistada en
1492. Juan Guas murió en 1496 sin haber terminado de construir el monasterio de
San Juan de los Reyes; Luis Aguirre, García Pérez de Roxas, Enrique Egas y
Antón Egas terminaron las obras en 1505; Egas Cueman se encargó de la
decoración escultórica. La iglesia es de una sola nave que se estructura en
cuatro tramos, crucero y capilla mayor; sobre el primer tramo se asienta el
coro; a la nave asoman capillas laterales entre los contrafuertes; el crucero
no sobresale en planta y está cubierto con un cimborrio octogonal sobre
trompas; la capilla mayor es pentagonal, está elevada sobre unas gradas y tiene
la misma altura que la nave; todos los espacios están cubiertos con bóvedas
estrelladas. Se accede a través del hastial norte, a los pies de la iglesia,
único acceso hasta que se abrió la portada oeste en una de las capillas
laterales. La luz llega al interior a través de las vidrieras laterales y del
cimborrio. En el interior de la iglesia la decoración es variada en sus
motivos: heráldico, con el escudo de los Reyes Católicos sostenido por el
águila de san Juan (aquellos que no llevan la granada son anteriores a 1492),
además de las letras F e Y, de Fernando e Isabel, reyes de Aragón
y Castilla; epigráfica de carácter conmemorativo; figurativo, con imágenes de
santos y de personajes relevantes de la sociedad toledana de la época; vegetal,
con hojas de vides; y el retablo de la capilla mayor. El exterior de la iglesia
es austero; está decorado con cadenas colgantes en homenaje a los cristianos
rescatados de las cárceles musulmanas del norte de África, escudos de los Reyes
Católicos, yugos y flechas y estatuas de ángeles y santos. El claustro es de
planta cuadrada, tiene siete tramos en cada lado y dos pisos; la crujía baja se
abre al jardín a través de arcos apuntados decorados con filigranas góticas;
está cubierta con bóvedas de terceletes en las esquinas y de crucería de tipo
alemán, sin clave central, las demás; los pilares que sostienen las bóvedas y
ventanales constan de núcleo cilíndrico con molduras, pedestal e imagen bajo dosel
prismático; a cada pilar le corresponde un contrafuerte en el jardín; la crujía
alta se abre al jardín a través de arcos conopiales mixtilíneos y antepecho de
balaustres; la cubierta es un artesonado mudéjar policromado decorado con
motivos geométricos. La decoración claustral es diversa: zoomórfica, personajes
bíblicos y santos, pero destacan los relacionados con los Reyes Católicos, el
yugo y las flechas, el lema tanto monta
y los leones, símbolo de la monarquía y protectores del paraíso cristiano.
En la decoración
del interior de la iglesia del monasterio de San Juan de los Reyes se reconoce
el escudo de los Reyes Católicos sostenido por el águila de san Juan.
La intervención de Juan Guas en el
monasterio de Santa María de El Paular se limitó al atrio, portada de la
iglesia y claustro de los monjes. Destaca la portada de la iglesia; está formada por tres arquivoltas ojivales en degradación,
prolongadas por finas columnillas con capiteles vegetales, y una cuarta, la más
externa, de arco conopial, rematado por florón y que apoya sobre pilastras; en
las caras de estas últimas hay cuatro hornacinas, que cobijan estatuas de
santos; en el más interior de los intercolumnios hay otras doce hornacinas con
sus correspondientes estatuillas; en el resto de los intercolumnios y cubriendo
hasta el menor de los espacios los temas decorativos son vegetales y
zoomórficos; en el tímpano se distingue una Piedad
policromada; en el dintel y en grandes caracteres se lee la inscripción “VIDETE
SI EST DOLOR SICUT DOLOR MEUS”, es decir, “Mirad si hay dolor como mi dolor”.
La
portada de acceso a la iglesia es la intervención más destacada de Juan Guas en
el monasterio de Santa María de El Paular.
Otras obras religiosas de
Juan Guas son el monasterio de El Parral de Segovia e intervenciones menores en
las catedrales del
Salvador de Ávila, Santa María de Segovia y Santa María de Toledo.
Juan Guas alcanzó a ser uno de los
arquitectos más importantes de finales del siglo XV. A él se debe el desarrollo
del gótico isabelino, que se distingue del gótico del resto de Europa.