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viernes, 26 de enero de 2018

Sagrada Familia del pajarito, de Murillo

Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617-1682) es uno de los pintores más sobresalientes de la pintura barroca española. Se formó en el taller de Juan del Castillo. No se sabe que viajase al extranjero, pero fue un gran conocedor de las pinturas flamenca y veneciana. Sus primeras obras son tenebristas, pero evolucionó hacia una pintura suave de gusto burgués y aristocrático. Alcanzó celebridad gracias a las pinturas religiosas, desde Sagrada Familia del pajarito (hacia 1650) a la Inmaculada Concepción de L’Ermitage de San Petersburgo (1680), y costumbrista, con la infancia como protagonista, caso de Dos niños comiendo melón y uvas (1650).

Bartolomé Esteban Murillo: Sagrada Familia del pajarito, hacia 1650.
Estilo: Barroco.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 144 x 188 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid, España.


La Sagrada Familia se ofrece en una escena doméstica. San José y Jesús aparecen en primer plano; san José sentado, sujetando a Jesús entre su brazo y pierna derechos; el Niño aparece de pie, con un pajarillo en su mano derecha y mirando a un perro, que está sentado frente a él con la pata derecha levantada; la Virgen María aparece a la izquierda, haciendo un descanso en la tarea de hilar para comer una fruta a la vez que mira a su hijo. Completan la escena los elementos de trabajo de san José y la Virgen María y una cesta de mimbre.

La composición es cerrada y se organiza en torno a Jesús. Los esquemas compositivos de san José con Jesús y de la Virgen María son triangulares.

El tratamiento de las figuras es realista en su fisonomía, tanto que parecen modelos salidos de las calles de la Sevilla del siglo XVII, que tan bien conocía Murillo. Los gestos de los tres personajes son amables.

El dibujo es preciso y elegante, y la pincelada lisa.

La gama de colores es escasa, predominan los ocres y pardos de las ropas de san José y la Virgen María, por lo que destaca el blanco de las ropas de Jesús, del pelo del perro y del paño del cesto de ropa, además del dorado del cabello de Jesús.

La luz es tenebrista y procede de una fuente de luz exterior al cuadro y que se encuentra a la izquierda de este, recibiendo más luz el rostro de Jesús y menos los de la Virgen María y san José. El fondo de la estancia queda en penumbra.

Con ser un cuadro de temática religiosa está tratado de manera costumbrista por no haber ningún elemento religioso.

Murillo quiso que el cuadro cumpliese una doble función. La primera de carácter religioso, para excitar la fe y el sentimiento católico del espectador e identificarle con la Sagrada Familia. La segunda de carácter social, con el fin de poner en valor el trabajo manual en una sociedad que lo despreciaba. Por ello, es tan importante la figura de san José en este cuadro, padre de Dios hombre y carpintero.

Sagrada Familia del pajarito era propiedad de Miguel de Espinosa a principios del siglo XVIII, quien lo regaló al cardenal Molina, que lo vendió a la reina Isabel de Farnesio en 1744. Formó parte del Museo de Napoleón entre 1810 y 1817. Desde 1819 forma parte de la colección del Museo Nacional del Prado.

viernes, 19 de enero de 2018

Caja de las Ágatas

La caja de las Ágatas fue donada en 910 por el infante Freula de Asturias y su esposa Nunilo Jimena a la iglesia de San Salvador de Oviedo, hoy desaparecida. Ha sido restaurada en dos ocasiones: en 1942 para reparar los desperfectos ocasionados por los sublevados durante la revolución de Asturias de 1934, que dinamitaron la Cámara Santa de la catedral de San Salvador de Oviedo, y en 1985, para restaurar el daño causado tras su robo en 1977.

Caja de las Ágatas, 910.
Estilo: Prerrománico asturiano.
Técnica: Mixta en madera, oro, plata y piedras preciosas talladas.
Temática: Religiosa.
Dimensiones: 16,5 x 42,4 x 27,1 cm.
Catedral de San Salvador, Oviedo, España.


Los materiales utilizados en la fabricación de la caja de las Ágatas son madera de ciprés, oro, plata, ágatas, gemas, granate, esmalte, perlas y cabujones.

La caja de las Ágatas es una arqueta en madera de ciprés de forma rectangular con una tapa de forma piramidal rectangular truncada y solero. A excepción del solero y de la placa colocada en la tapa, está recubierta con láminas de oro repujadas con formas florales estilizadas. En las láminas de oro se cuentan 99 aberturas con formas de arcos de medio punto, de herradura, peraltados y semielípticos y formas elipsoidales, todas cubiertas con placas de ágata listada de 3 mm. de grosor. Los laterales de la caja se dividen en dos niveles, separados por la abertura que separa la caja de la tapa, y están adornados con cenefas de trazos rectilíneos oblicuos repujadas que alternan con gemas. El solero de la caja es de plata maciza, sujeto a la tapa por clavos; en él se lee una inscripción y se observa una representación del Tetramorfos, rodeando otra estilizada de la Cruz de la Victoria; además, hay cuatro semiesferas con reborde fileteado que sirven de soporte a la caja, a la que están unidas mediante clavos. La placa colocada en el remate de la caja es su parte más antigua, se fecha entre los siglos VIII y IX; su base es de oro, rodeada por celdillas tabicadas que contienen fragmentos de granate que se prolongan en el interior formando dibujos curvilíneos; en sus cuatro ángulos hay sendas gemas en cabujones de borde semicircular, otras cuatro en los medianeros, tres en el eje mayor y una en el centro; los espacios carentes de ornamentación están rellenados de esmaltes policromados con formas de dragón, pájaros, peces, reptiles y árboles.

En el solero de la caja se lee una inscripción en latín vulgar que dice:

     “SVSCEPTVM PLACIDE MANEAT HOC IN HORDE DI QVOD / OFFERVNT FAMVLI XPI FROILA ET NVNILO COGNOMENTO / SCEMENA HOC OPVS PERFECTVM ET CONCES / SVM SCO SALVATORI OVETENSIS QVISQVIS / AVFERRE HOC DONARIA NSA PRESVNSERI FVLMINE DIVINO / INTEREAT IPSE OPERATVM EST ERA DCCCCXLVIII”,

que se traduce por:

            “Acéptese este regalo en honor de Dios que le ofrecen los siervos de Cristo, Freula y Nunilo, por sobrenombre Jimena. Esta obra fue terminada y concedida a San Salvador de Oviedo. Cualquiera que intentare robar esta nuestra ofrenda, perezca por el rayo divino. Se hizo en la era 948 (año 910)”.

La caja de las Ágatas debe su importancia artística a ser una de las pocas piezas que se conservan de la orfebrería prerrománica asturiana.

viernes, 12 de enero de 2018

Museo de Zaragoza

El Museo de Zaragoza se creó en 1836 con fondos procedentes de la desamortización de Mendizábal y abrió al público en 1848. Las sedes del museo han sido la iglesia de San Pedro Nolasco, hasta 1845, el ex convento de Santa Fe, de 1845 a 1894, el Colegio Militar Preparatorio, de 1894 a 1910, y desde entonces el edificio Ricardo Magdalena. En 1976 se sumó al Museo de Zaragoza el Museo Etnológico y de Ciencias Naturales de Aragón y en 1997 se abrió la sección Colonia Celsa, dedicada a Roma, en la localidad de Velilla del Ebro.

Resurrección de Cristo (1362), de Jaime Serra, destaca en la sala dedicada al arte gótico del Museo de Zaragoza.


Los fondos del Museo de Zaragoza se organizan en las siguientes secciones:
  • Prehistoria. Destaca el hacha de mano de Cauvaca de hace unos 100.000 años.
  • Protohistoria. Llaman la atención las cerámicas lisas de la Edad del Hierro.
  • Roma. Destacan los restos hallados en la colonia romana de Caesar Augusta.
  • Alta Edad Media. Sobresalen el cancel mozárabe de Zaragoza y la escultura románica María de la Visitatio Sepulchri.
  • Gótico. Destacan la pintura Resurrección de Cristo, de Jaime Serra, y la escultura Ángel custodio, de Pere Johan.
  • Renacimiento. Sobresalen las obras San Onofre, de Damián Forment, Retrato de Alfonso V, de Juan de Juanes, y La Adoración de los Reyes Magos, de Pablo Scheppers. También hay que citar la pintura Doble retrato de matrimonio, de Lavinia Fontana.

Retrato de Alfonso V (1557), de Juan de Juanes, es una de las obras maestras del Renacimiento aragonés y del Museo de Zaragoza.


  • Barroco. En pintura religiosa destaca Jusepe Martínez por sus obras Santa Cecilia y San Pedro Nolasco, y en pintura profana Antonio de Pereda con Vanitas y Juan de Arellano con Canastillas de flores.
  • Goya y su época. Se cuentan obras de Luzán, Bayeu y Goya. De Goya hay que citar el retrato Luis María de Borbón y Vallabriga niño y estampas seriadas de los Desastres, Caprichos, Disparates y Tauromaquia.
  • Siglos XIX y XX. El romanticismo costumbrista del XIX está representado por Álvarez Dumont y el paisajista por Carlos de Haes. De los pintores retratistas del siglo XX destacan Benlliure, Sorolla y Zuloaga.
  • Colecciones singulares. El Museo de Zaragoza reúne colecciones singulares como la Colección de Arte de Asia Oriental, de Federico Torralba; la de Etnología, con piezas de la vida cotidiana del siglo XIX; de Cerámica, con piezas de Manises, Talavera de la Reina, Alcora y del Buen Retiro; Colonia Celsa, a partir de las excavaciones arqueológicas realizadas en este asentamiento romano; y Numismática, con más de 5.000 piezas de monedas acuñadas en Aragón desde los tiempos anteriores a Roma hasta 1728.

Santiago Ramón y Cajal (1906), de Sorolla, es uno de los retratos del siglo XX que cuelgan de las paredes del Museo de Zaragoza.


Además, el Museo de Zaragoza cuenta con una biblioteca con más de 60.000 volúmenes y servicio de publicaciones.