Antoni Gaudí (Reus, 1852-Barcelona, 1926) está entre los
arquitectos más destacados de todos los tiempos por su capacidad creativa y
originalidad. Revolucionó la arquitectura inspirándose en la naturaleza para
crear nuevos elementos constructivos.
La Sagrada Familia de
Barcelona es la obra más universal de Antoni
Gaudí.
Antes de ser
arquitecto, Gaudí trabajó como delineante para Serrallach, Martorell, Sala
Cortés, de Paula y Fontseré, los arquitectos más reconocidos de los que
trabajaban en la Barcelona de los años setenta del siglo XIX.
El primer año
importante en la carrera artística de Gaudí fue 1878. Obtuvo el título de
arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, su
vitrina para Guantería Esteban Comella obtuvo el reconocimiento en la
Exposición Universal de París y le sirvió para conocer al industrial Eusebio
Güell, que se convirtió en su mecenas.
Otro año
importante en la trayectoria de Gaudí fue 1883. Aceptó hacerse cargo de las
obras recién iniciadas del Templo expiatorio de la Sagrada Familia de
Barcelona.
En 1900
recibió el premio al mejor edificio del año por el Ayuntamiento de Barcelona
por la Casa Calvet.
En 1910 el
Salón de la Societé des Meaux-Arts de Francia organizó en el Grand Palais de
París una exposición dedicada a Gaudí, que se repitió en 1911 en el Pabellón
Municipal de Exposiciones del Buen Retiro de Madrid. Ambas exposiciones fueron
un éxito de público y crítica.
Desde 1915 Gaudí se dedicó casi en exclusiva a la obra que le
inmortalizó, la Sagrada Familia.
Colegio
de las Teresianas de Barcelona (1888-1889). La columna helicoidal fue uno de los elementos
constructivos más utilizados por Gaudí y el ladrillo uno de los materiales de
construcción más empleados.
Gaudí creó una arquitectura con unas
características que la hacen inconfundible:
- La naturaleza es la fuente de inspiración para crear nuevas formas caso del paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.
- Integración del edificio en el paisaje de una manera natural. Para conseguirlo elegía como material de construcción el más común en el entorno próximo.
- Orientaba el edificio para obtener la iluminación óptima, que consideraba conseguida si la luz incidía con una inclinación de 45 º.
- Distribución del espacio interior adaptándolo al uso que se le iba a dar.
- Entre los elementos constructivos más utilizados aparecen el arco catenario, hasta entonces empleado sólo en los puentes suspendidos, las bóvedas catalana tabicada e hiperboloide y las columnas helicoidal y arborescente inclinada.
- Entre los materiales constructivos más utilizados aparecen el ladrillo unido con argamasa en capas superpuestas, los hierros colado y forjado, el hormigón armado, el vidrio, el azulejo cerámico y el trencadís o cerámica de deshecho.
- Utilizó como motivos decorativos la cruz de cuatro brazos y el dragón. Las chimeneas y torres las valorizó como elementos decorativos.
- Innovó la técnica de hacer vidrieras. Yuxtaponía tres vidrios, cada uno de los colores primarios –amarillo, azul y rojo– y, en ocasiones, uno neutro, todos de distinto grosor.
- En el método de trabajo fue contrario a dibujar planos; prefería construir maquetas, que podía modificar sobre la marcha, igual que el edificio que iba a construir.
- En el mobiliario reproducía las características formales del edifico que lo contenía. Se especializó en mobiliario litúrgico.
Gaudí fue el primer
arquitecto en utilizar el arco catenario como elemento constructivo en un
edificio. Fue en la Cooperativa Obrera Mataronense (1878-1882).
De entre las
primeras obras de Gaudí hay que destacar la Cooperativa Obrera Mataronense
(1878-1882). En la nave de la fábrica utilizó por primera vez el arco catenario
como elemento constructivo y en el edificio de servicios el azulejo cerámico
como recurso decorativo.
Otros trabajos
de sus primeros años fueron las farolas de la Plaza Real de Barcelona, los
kioscos Girossi y el mobiliario para la capilla-panteón del Palacio de
Sobrellano de Comillas.
Durante la etapa orientalista (1883-1888) Guadí se
inspiró en la arquitectura tradicional oriental. Sus mejores obras son El
Capricho de Comillas (1883-1885), la Casa Vicens de Barcelona (1883-1888), los
Pabellones Güell de Pedralbes (1884-1887) y el Palacio Güell de Barcelona
(1886-1888).
El Capricho
presenta planta rectangular (15 x 36 ms.), con tres alturas y torre cilíndrica
inspirada en los alminares persas revestida de cerámica. La puerta de acceso es
adintelada sobre columnas con capiteles ornamentales con pájaros y hojas de
palmito.
La Casa Vicens se organiza en cuatro plantas, con tres fachadas y remate
de chimeneas y torres con forma de templetes; cuenta con jardín con fuente
monumental de ladrillo. En el interior llaman la atención las vigas de madera
policromada de los techos y el suelo en opus tesselatum.
En los Pabellones Güell (1884-1887) llama la
atención el dragón que adorna la reja de la puerta de entrada. El dragón fue un
elemento decorativo muy utilizado por Gaudí.
La puerta
principal a los Pabellones Güell (1884-1887) cuenta con una reja de hierro en
forma de dragón. Los pabellones constan de una caballeriza, de planta
rectangular cubierta con bóveda en arco de catenaria tabicada; un picadero, de
planta cuadrada con cúpula hiperboloide y templete; y portería en tres
espacios, el central de planta poligonal y cúpula hiperbólica, y los otros dos
de planta cúbica. Como material de construcción se usó el ladrillo visto en
amarillo y rojo.
Del Palacio
Güell destacan el recibidor con cubierta con doble cúpula, paraboloide en el
interior y cónica en el exterior; y la tribuna de la fachada con arcos
catenarios y columnas con capiteles hiperboloides.
Durante la etapa neogótica (1888-1898) Gaudí
estudió a Viollet-le-Duc y el gótico español. Llegó a la conclusión de que la
arquitectura gótica era imperfecta. Para superarla creó la columna arborescente
que le permitió suprimir el contrafuerte; además, eliminó las cresterías. De
estos años destacan el Colegio de las Teresianas de Barcelona (1888-1889), el
Palacio Episcopal de Astorga (1889-1915) y la Casa Botines de León
(1891-1894).
El Colegio de
las Teresianas destaca por su sobriedad y por contar con elementos distintivos
de la arquitectura de Gaudí, caso del arco catenario, la columna helicoidal y
la cruz de cuatro brazos.
El Palacio Episcopal de Astorga presenta un pórtico con tres arcos
ojivales abocinados separados por contrafuertes inclinados, cuatro torres
cilíndricas y almenado mudéjar. Gaudí abandonó el proyecto en 1893 y lo
concluyó en 1915 Ricardo García Guereta.
El
Palacio Episcopal de Astorga (1889-1915) es de estilo neogótico.
La Casa de los
Botines se levantó con sillar almohadillado. Las esquinas están ocupadas por
torres cilíndricas rematadas con agujas cónicas de pizarra; las ventanas son de
guillotina con voladizos inclinados; y en la fachada destaca la escultura San Jorge y el dragón de Lorenzo Matamala.
Durante la etapa naturalista
(1898-1914) Gaudí se inspiró en las formas de la naturaleza. Sus obras se
pueden incluir en el modernismo orgánico, y destacan la Casa Calvet (1898-1899),
el parque Güell (1900-1914), la Casa Batlló (1904-1906) y la Casa Milà
(1906-1910), todas en Barcelona.
La
Tribuna es uno de los elementos más destacados de la Casa Calvet (1898-1899).
La Casa Calvet
se construyó en piedra de sillería. En la fachada destacan la tribuna del piso
principal, decorada con motivos mitológicos y vegetales, los balcones de hierro
forjado y dos frontones rematados con cruces de hierro forjado.
En el parque
Güell la arquitectura se adapta al medio físico. Tres elementos llaman la
atención: los pilares inclinados, que cumplen tres funciones: arquitectónica,
al actuar de contrarresto; técnica, al servir de drenaje; y decorativa, al
simular árboles; las fuentes esculpidas, donde aparece el dragón, símbolo del
parque y emblema decorativo de Gaudí; y el banco corrido hecho en trencadís.
El
banco corrido del parque Güell está hecho en trencadís, un mosaico hecho con
trozos de cerámica de deshecho.
La Casa Batlló presenta varios elementos de interés: la fachada ondulada
con columnas con forma ósea y decoración en trencadís;
el patio con claraboya de cristal sobre estructura de hierro que apoya en arcos
catenarios; y la azotea con chimeneas helicoidales revestidas con vidrio
transparente y cerámica rematadas con sombreretes cónicos y bolas de vidrio que
contienen arena de distintos colores.
La
Casa Batlló (1904-1906) es uno de los iconos de la ciudad de Barcelona por su
llamativa fachada en la que se reconocen columnas con forma de hueso.
La Casa Milà o
La Pedrera se organiza a partir de dos patios curvilíneos, uno circular y otro
oval. Se estructura sobre pilares de piedra, ladrillo y hierro colado que no
concuerdan entre plantas, creándose una auténtica planta libre. La fachada está
hecha en piedra calcárea y azulejos blancos en la parte superior. Las chimeneas
parecen esculturas abstractas. Al exterior las líneas son cónicas y convexas, y
en el interior se mezclan ángulos agudos y obtusos con pasillos curvos. No hay
dos habitaciones iguales y ninguna está al mismo nivel.
La obra maestra de Gaudí es el Templo expiatorio de la Sagrada Familia
de Barcelona, iniciado en 1883 e inconcluso a su muerte. La planta de cruz
latina, dentro de un rectángulo exterior, presenta ábside con deambulatorio.
Destacan las torres: en el centro del crucero la de Jesucristo de 170 ms. de
altura, rodeada de otras cuatro que representan a los evangelistas; otras
cuatro torres, dedicadas a los apóstoles se reparten entre las portadas de la
Gloria, al sur, de la Pasión, al oeste, y de la Natividad, al este; la torre
del ábside representa a la Virgen María. Las torres son de perfil parabólico y
están perforadas para resistir mejor los vientos. Las columnas arborescentes
crean un sugestivo juego de luces en el interior.
Interior
de la Sagrada Familia de Barcelona.
Gaudí
ideó la columna arborescente como elemento sustentante.
En los años
posteriores a su muerte la obra de Gaudí fue considerada de forma negativa por
barroca. No fue hasta mediados del siglo XX, y gracias a Dalí y Sert, que Gaudí
fue reivindicado como uno de los grandes arquitectos de todos los tiempos. Así,
en 1956 se organizó una exposición sobre Gaudí en el Salón del Tinell de
Barcelona y otra en el MOMA de Nueva York en 1957. En 1956 se instituyó la
Cátedra Gaudí en la Universidad Politécnica de Barcelona, que en 1987 fue
elevada a Real Cátedra Gaudí por el rey Juan Carlos I. En 2002 se celebró el
Año Internacional Gaudí. Varias de sus obras han sido reconocidas por la UNESCO
Patrimonio de la Humanidad: en 1984 el Parque Güell, el Palacio Güell y la Casa
Milà, y en 2005 la Casa Batlló y la Sagrada Familia.
Gaudí apenas
influyó en arquitectos contemporáneos por no haber dejado escritos tratados de
arquitectura, ni haber creado escuela. Se reconoce cierta influencia en
arquitectos modernistas caso de Martorell y Muncunill. Sin embrago, en años
posteriores Le Corbusier se declaró admirador suyo, y Nervi, Niemeyer, Candela
y Calatrava entre sus deudores.