Joaquín Sorolla (Valencia,
1863- Cercedilla, 1923) es uno de los pintores españoles más sobresalientes de
finales del siglo XIX y principios del XX. Se le asocia al impresionismo y al postimpresionismo,
pero las características de su pintura le hacen singular, difícil de encasillar
en una corriente artística.
Paseo a orillas
del mar
(1909) es uno de los lienzos más conocidos de Sorolla y en el que mejor se
aprecian algunas de las características de su pintura: la luz mediterránea, la pincelada
larga y suelta, el brillo de los colores y el protagonismo del color blanco.
Los cuadros de Sorolla se distinguen por
las características siguientes:
- Los
temas tratados son diversos: historicistas, de denuncia social, costumbristas,
naturalezas, jardines y retratos.
- Los
protagonistas las más de las veces son mujeres y niños.
- Trasmite
optimismo y alegría de vivir.
- Es
pintura a plein air, al aire libre,
es decir, pintura en exteriores.
- La
luz llena todo el lienzo. Es la luz deslumbrante del sol mediterráneo.
- El
dibujo juega un papel importante para dar corporeidad a las figuras
representadas.
- La
pincelada es larga y suelta.
- Los
colores son brillantes. El blanco es protagonista, en contraste con los demás.
- Los
cuadros son de grandes dimensiones.
Sorolla inició sus estudios de dibujo en
1874 en la Escuela de Artesanos de Valencia bajo la dirección del escultor
Cayetano Capuz. En 1879 ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San
Carlos. Su profesor Gonzalo Salvá le inició en la práctica impresionista de
pintar al aire libre. En 1881 completó su formación académica con su visita al
Museo del Prado, donde conoció la obra de Velázquez, Ribera y El Greco.
Defensa
del Parque de Artillería de Monteleón (1884). Sorolla pintó pocos cuadros
historicistas.
En los años ochenta del siglo XIX
Sorolla comenzó a ganar premios: en 1880 la Medalla de plata en la exposición
de la Sociedad El Iris con Moro acechando
la ocasión de su venganza; en 1883 la Medalla de oro en la Exposición
Regional de Valencia con Monja de oración;
y en 1884 la Medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes
con Defensa del Parque de Artillería de
Monteleón.
En 1885 Sorolla viajó a Roma pensionado
por la Diputación Provincial de Valencia. En Roma conoció el arte clásico y
renacentista. Desde Roma viajó a París, donde conoció el impresionismo. De
regreso a Italia viajó por varias ciudades hasta que se instaló en Asís en
1887, donde comenzó a pintar escenas de inspiración valenciana bajo la
influencia de Benlliure. De estos años destacan El padre Jofré protegiendo a un loco, trabajo final de pensionado,
y El entierro de Cristo, con destino
a la Exposición Nacional de Madrid, ambos de 1887.
El
padre Jofré protegiendo a un loco (1887) fue su último trabajo como
pensionado en Roma.
Cordeleros
de Jávea
(1898) es uno de los cuadros costumbristas de Sorolla.
En 1889 Sorolla se instaló en Madrid y
viajó a París por segunda vez con motivo de la Exposición Universal. A partir
de este año desarrolló dos temas característicos en su producción pictórica: el
costumbrismo marinero y la denuncia social. De las obras costumbristas destacan
Cosiendo la vela (1896), La comida en la barca (1898) y Cordeleros de Jávea (1989), en las que rinde homenaje a los pescadores por su duro trabajo. De entre las obras de denuncia
social destacan Trata de blancas
(1894), Aún dicen que el pescado es caro
(1894) y Triste herencia (1899). En Trata de blancas se aborda la
prostitución de una manera piadosa; sólo la anciana está despierta y vigilante
mientras las otras mujeres duermen sin posibilidad de escapar a su destino. Aún dicen que el pescado es caro le
sirvió para ganar la Medalla de primera clase en la Exposición Nacional de
Bellas Artes de 1895; aparecen dos pescadores atendiendo a un tercero que ha
sufrido un accidente. Triste herencia
le permitió ganar el Grand Prix en la Exposición Universal de París de 1900 y
la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Ates de 1901; un grupo
de niños enfermos se disponen a tomar un baño bajo la vigilancia de un
religioso de la orden de San Juan de Dios.
Triste
herencia
(1899) es un cuadro de denuncia social en el que se reconoce la labor de las
órdenes religiosas.
En 1906 Sorolla expuso con éxito en la
galería Georges Petit de París. De entre los cuadros expuestos destacó El pescador (1904): un joven porta en
una cesta la pesca del día; está conseguida la luminosidad de un sol de
justicia, el efecto del viento y las distintas tonalidades de azul y rosa.
Otros cuadros de estos años son El niño
de la barquita (1904) y Nadadores
(1905).
El
pescador
(1904) fue de los cuadros mejor apreciados en la galería Georges
Petit de París.
Entre 1909 y 1911 Sorolla, con el apoyo
del hispanista Archer Milton Huntington, expuso con un éxito sin precedentes en
las ciudades estadounidenses de Buffalo, Boston, San Luis, Chicago y Nueva
York.
Durante esos años Sorolla pintó dos de
sus lienzos más conocidos. En Paseo a
orillas del mar (1909) aparecen su esposa Clotilde García y su hija mayor
María Clotilde; las dos caminan por la playa de Valencia; la brisa agita sus
vestidos; la luz y el color son vitalistas y la pincelada es suelta. En Niños en la playa (1910) aparecen tres
niños desnudos, tendidos boca abajo sobre la arena; la luz remarca el contraste
entre el blanco y carne de los cuerpos, y los azules y violetas de las olas;
también están conseguidos los reflejos y las sombras de los niños sobre la
arena y el agua.
En Niños en la playa (1910) Sorolla
demuestra su dominio perfecto en la representación de la luz del sol sobre el
cuerpo humano, la arena y el agua.
En 1911 Sorolla firmó con The Hispanic
Society of America de Nueva York un contrato que le obligó a pintar la serie Regiones de España, más conocida como Visión de España, que le ocupó entre
1913 y 1919. Son catorce lienzos de grandes proporciones, suman 70 metros de largo por
3,50 de alto, en los que se recogen escenas típicas de la cultura española. Los
catorce lienzos son: Castilla: La fiesta
del pan (1913), Sevilla: Los
nazarenos (1914), Aragón: La jota
(1914), Navarra: El concejo del Roncal
(1914), Guipúzcoa: Los bolos (1914), Andalucía: El encierro (1914), Sevilla: El baile (1915), Sevilla: Los toreros (1915), Galicia: La romería (1915), Cataluña: El pescado (1915), Valencia: Las grupas (1916), Extremadura: El mercado (1916), Elche: El palmeral (1918) y Ayamonte: La pesca del atún (1919).
Andalucía es la única región que se repite -hasta cinco veces-, mientras
Asturias, Murcia, Baleares y Canarias no aparecen.
Ayamonte:
La pesca del atún
(1919) es el último lienzo de la serie Visión
de España que Sorolla pintó para The Hispanic Society de Nueva York.
Sorolla también destacó como retratista
y pintor de jardines. Entre sus mejores retratos hay que citar Retrato de Beruete (1902), María Guerrero (1906) y Retrato de Raquel Meller (1918). Entre
sus cuadros de jardines hay que destacar En
el jardín de la calle Miguel Ángel (1906), Jardines de Carlos V (1910) y varios titulados El patio de la casa de Sorolla, pintados entre 1916 y 1920.
Retrato
de Raquel Meller
(1918) es uno de los retratos más célebres de Sorolla.
La combinación
de malvas y grises es perfecta.
Sorolla sufrió un taque de hemiplejia en
1920 mientras pintaba Retrato de la
señora de Pérez de Ayala teniendo que poner fin a su carrera pictórica y
docente como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de
Madrid.
Entre sus discípulos y seguidores hay
que mencionar a Teodoro Andreu.
Sorolla alcanzó a ser uno de los
pintores españoles más prolíficos, con más de 2.000 lienzos catalogados;
singulares, su estilo es personal e inconfundible; y reconocidos dentro y fuera
de España, habiendo triunfado en París y Nueva York, capitales mundiales del
arte.